Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata
Jorge Soto Yáñez, Parque Educativo Solar 

Es reconocido en todo ámbito serio que toda actividad humana genera un impacto al medio. No existe el “0” impacto. Aún si fuéramos una Sociedad 100 % ecológica no sería inocua al medio ambiente, pero sí existen niveles. Y estos niveles, desde mi punto de vista están basados en la filosofía que impregna nuestras vidas.

Si la filosofía fuera “todo es sagrado” los niveles de impacto serían mucho menores. Pero como la filosofía imperante es “cómo beneficiarme más”, ni siquiera cómo beneficiar más a todos; la cuestión sería muy distinta. Y como creo en la resonancia mórfica, puede ser que aunando muchas ideas similares, promoviendo un pensamiento ecológico profundo, armónico, logremos algo en el menor tiempo posible. Menor tiempo vital, pues deberíamos acelerar los pasos para esa anhelada sociedad ecológica; cuestión que según estadísticas todos quisiéramos, pero en la práctica el 5 % toma acciones concretas. Esta cifra del 5 % es una cifra talvez optimista.

Bien, como me gusta contar historias reales, les contaré lo que pude apreciar en mi último viaje (el segundo en el lapso de un año) al Norte grande, nada menos que al Desierto de Atacama y sus ciudades de San Pedro de Atacama, Socaire, Calama, Caspana, Turi y Taira. En ese mismo orden, fui a capacitar en agricultura orgánica y a construir una deshidratadora solar fotovoltaica a pequeños agricultores que pertenecen a los programas de desarrollo territorial indígena – PDTI – de estas comunas y localidades. El Desierto de Atacama es el de mayor radiación solar en el mundo, algunas de sus localidades deberían ser declaradas Patrimonio de la Humanidad, por su belleza, su encanto, su pureza. Impulsando la gran idea de un chileno alemán, el Sr. Christof Horn, quien hace muchos años propuso la idea de generar toda la energía que nuestro país necesita, ahí, en este desierto, por medio de la energía solar fotovoltaica, una ERNC que hoy está de moda en nuestro país, pero que en países desarrollados ya lleva más de 50 años. Y, ojo, que ya están llegando empresas extranjeras para instalarse y vendernos lo que es nuestro.

Tomé contacto, incluyendo mi mundo interno; al conversar con los agricultores y las personas de las comunidades; con la genética nativa, original, pura; aquella que por su simpleza, pureza y amor por el prójimo, no es capaz de dañar a nadie, ni con sus actos, ni pensamientos. Me refiero a los últimos eslabones de aquellas civilizaciones de hace 10.000 años, que revolucionaron con la ola de la agricultura. Y lo que digo es real, palpable; por fortuna divina he recorrido casi todo Chile; y observo lo mismo: las grandes empresas, llámense mineras, forestales, salmoneras, etc. depredan y degradan la genética cultural de las localidades. Se adueñan de grandes territorios, apoyados por las leyes obviamente; y su impacto al medio ambiente, como el agua, uno de los recursos más vitales, es degradado, minimizado, contaminado y quitado a los pueblos originarios. ¿Y las leyes? ¿Y los políticos y autoridades qué hacen al respecto? ¿Y qué pasa con la Responsabilidad Social Ambiental, las normativas ISO y cuanta certificación existente? ¿La huella hídrica, la huella ecológica, la huella de carbono?

Entonces me pregunto ¿qué es DESARROLLO? El caudal de agua del río Loa, en estos últimos 30 años ha mermado considerablemente. Además de bajar su caudal y estar contaminada con residuos de las industrias; los hijos y nietos ya no se quedan en sus territorios, pues son absorbidos como mano de obra en las mismas empresas; y así se olvidan de su Madre Naturaleza. Y así las culturas locales tienen sus días contados. No es sólo el agua, es una cultura; y es nuestro patrimonio cultural. Una visión holística nos permite ver esta crisis.

La agricultura es nuestra gran revolución y la educación integral nuestra salvación. A esto yo le llamo Permacultura, idea original de dos biólogos australianos, idea que va creciendo a un ritmo muy lento, pero está aquí para quedarse por siempre. Yo soy un permacultor; y los permacultores somos la semilla del futuro; sembramos integridad en las comunidades que visitamos. Buscamos generar la mayor autosustentabilidad, con fuerza y energía, que nos la da, el estudio y la reflexión.

Hace veinte años eramos tratados como locos, hoy ya nos están escuchando, pero pronto olvidados, pues “la máquina me absorve”. La implantación de un estilo de vida sin reflexión, como simples títeres dominados por una sociedad consumista y sin futuro; nos llevará al caos cultural, económico y ecológico.

Esos eslabones son los adultos mayores que aún conservan la pureza de antaño, sus costumbres, comidas, semillas, artes; ¿y quiénes seguirán sus pasos, si sus hijos han emigrado a las grandes ciudades?.

¿Y qué podemos hacer al respecto? ¿Movilizaciones? ¿Paros? ¿Rezar? ¿Redactar nuevas leyes? Todo eso y más. Revitalizar por medio de la creación de polos autosustentables, con incentivos a todo nivel. En mi mundo imaginario interno puedo crear un Chile armónico, rico, culto. Pero la realidad me indica que para todo hay tiempos y procesos. Son los procesos los que podemos modificar ahora mismo. Sentarnos a conversar y recrear. ¿Hay voluntad? Por supuesto, es cuestión de gestionar. Hágalo Usted Mismo. Hagámoslo Nosotros Mismos.

Saludos a todos aquellos empresarios de buena voluntad que saben que pueden modificar sus procesos para ir creando en conjunto una Sociedad Más Ecológica, un Chile limpio, no sólo en el medio ambiente, pues primero está el cambio interno. Un ejemplo: desalinizar agua de mar y ocuparlas para sus procesos debería ser obligación.

Saludos a todos aquellos que eligieron el camino de la política como un camino de ayuda para desarrollar sociedades inteligentes. Uds. tienen el poder de lograrlo. Nosotros los hemos elegidos para ello.

Jorge Soto Yáñez, Parque Educativo Solar – Linares, Chile.

Portal Minero