Chile
Esta cifra determinada por el gobierno, dice Sergio Vicencio, se contradice con lo que aspira, es decir, apoyar verdaderamente el desarrollo de la minería a través de los proyectos de inversión. “Es indispensable devolver la sensatez a la tramitación de los permisos regulatorios”, precisa.
viernes 06 de septiembre del 2024.- Según cifras del Consejo Minero, a julio de 2024, hay 226 proyectos de exploración minera en Chile, provenientes principalmente desde Canadá (51%) y Australia (24%). La gran mayoría de estas iniciativas están concentradas en el segmento cobre (53%), oro (26%) y litio (11%). Asimismo, geográficamente, gran parte de los prospectos se encuentran en la zona norte del país, alcanzando una concentración del 91% en las primeras cinco regiones, entre las que resaltan Atacama, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso y Tarapacá.
En relación con el presupuesto en exploración por superficie de territorio, Chile destaca con US$1.101/Km2, seguido de Ecuador (934), Perú (383) y México (319). A estas cifras se suma que el país ostenta una participación del 6,52% en el presupuesto a nivel global de acuerdo a cifras del 2023 dadas a conocer en el último “Catastro de Empresas Exploradoras”, elaborado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco). Tal monto ha permitido que Chile se mantenga como el principal destino de exploración minera en Latinoamérica, y el cuarto país con mayor asignación de presupuesto.
Todo ello revela el gran potencial geológico y minero con el que cuenta el país, lo que lo hace muy atractivo para la exploración. Sin embargo, uno de los temas que preocupa a la industria minera y, por cierto, a esta etapa de la exploración, es la excesiva demora en la tramitación de los permisos para poder concretar los proyectos de inversión.
Gran potencial, pero…
Refiriéndose a este tema, el presidente del Colegio de Geólogos de Chile, Sergio Vicencio, dice que el conjunto de “reformas a la permisología” que actualmente están siendo analizadas en el Congreso constituye “una buena idea”, pero no existe claridad respecto si son suficientes o no. “Una reducción de los tiempos de tramitación propuestos por el Gobierno, de un 30%, me parece algo modesta. La meta debe ser mucho más ambiciosa”, comenta.
“Si se está discutiendo que los permisos y regulaciones dilatan la ejecución de los proyectos, más de un año en algunos casos para poder perforar, y se pretende dar una señal, esperaría una que sea más potente. La cifra determinada por el gobierno de un 30% se contradice con lo que aspira, es decir, apoyar verdaderamente el desarrollo de la minería a través de los proyectos de inversión. Esto es crucial, ya que lo más preocupante es que desde al menos hace 15 años no se hace exploración en Chile como debiera ser. Si no se hace exploración, significa que no hay futuro. Por ello, es indispensable devolver la sensatez a la tramitación de los permisos regulatorios”, especifica el geólogo.
Vicencio también hace hincapié en que “la lentitud y complejidad del sistema de permisos, sin duda, afecta a cualquier emprendimiento y, en el caso de la exploración minera, el proceso de permisos es notablemente más complejo que antes. Puntualmente en los años ’80, cuando ocurrió el último período de actividad exploratoria intensa, había incentivos y menos regulaciones que ahora”, precisa el ejecutivo, relevando que la exploración es clave para la generación de nuevos proyectos mineros. En este sentido, comenta el experto, es necesario recordar que los yacimientos minerales se localizan en la corteza terrestre, por debajo de la superficie, y requieren ser descubiertos antes de ser evaluados.
“Solo si cumplen con criterios como tonelaje, contenido metálico, factibilidad de procesamiento y otros aspectos, podrán avanzar a través de las distintas etapas de evaluaciones técnico-económicas antes de entrar en producción. Sin embargo, la proporción de hallazgos de depósitos minerales que se convierten en minas en funcionamiento es muy baja; aunque no existen datos precisos, podría ser de 1 en 1.000, y toma décadas que ello ocurra. Por esta razón, es esencial llevar a cabo una exploración intensiva, especialmente en lo que denominamos exploración básica o ‘greenfield’, para generar más oportunidades”, añade.
Adicionalmente, sostiene Vicencio, dado que la actividad exploratoria conlleva altos riesgos y costos, son necesarios los incentivos que fomenten su desarrollo, para suscitar nuevas ideas basadas en fundamentos geológicos sólidos para la búsqueda exitosa de recursos.
La necesidad de la certeza
Respecto de cuán grave y urgente es mejorar los parámetros propuestos en las reformas, el geólogo señala que la reducción de los tiempos y la simplificación del proceso es muy relevante, aunque dice que también lo es contar con la certeza de que, una vez cumplidos los requerimientos de permisos, los proyectos se puedan llevar adelante con seguridad.
“No se debiera repetir el caso de Minera Dominga, donde por una decisión administrativa se detuvo un proyecto que tenía todos los permisos. Creo que esto deteriora la institucionalidad que debiera ser más fuerte”, expresa.
Otro aspecto que se ha tomado el debate es el impacto que estas reformas pudieran tener en la competitividad de la minería chilena y de la economía en general. Al respecto, Vicencio indica que la minería chilena es aceptablemente competitiva desde el punto de vista técnico, sus profesionales y sus condiciones geológicas para contener nuevos recursos. “Sin embargo, si las reformas al sistema de permisos tienen un efecto real, el país sería altamente competitivo para proveer los minerales que el mundo necesita. Si la actividad minera crece, Chile también lo hará”, explica.
Finalmente, el también socio director de EGM Servicios Geológicos reafirma que Chile cuenta con una suficiente y exitosa experiencia en exploración y operación minera de gran y pequeña escala. “No me parece que debamos buscar modelos afuera, me refiero a experiencias internacionales de aprendizaje en materia de “permisología”, excepto el monitoreo lógico de la industria minera internacional”, comenta el ejecutivo.
“Lo que se requiere es voluntad política a nivel país para aprovechar el momento, extraer lo máximo de nuestros recursos mineros y con eso, potenciar nuestra educación en beneficio de nuestros niños y jóvenes, para así dar el salto hacia la economía del conocimiento. Si para ello hay que hacer algunas concesiones regulatorias, habrá que hacerlas en pro de reactivar la inversión y el crecimiento económico que tanto necesita nuestro país”, enfatiza Sergio Vicencio.
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