Este es el momento para abrazar la minería con más fuerza

Jaime Retamal, Escuela de Ingeniería Duoc UC

Hasta hace algunos años (no más de 36 meses) se hablaba hasta el cansancio de la falta de gente en la minería. Se decía que eran decenas de miles las personas, técnicos y profesionales con altas competencias, que esta industria requería para llevar adelante un impresionante número de proyectos con inversiones por sobre los US $100.000.000.000.

En esa época el valor de la libra de cobre se transaba de forma sostenida por sobre los USD 3 y el dólar tenía un tipo de cambio del orden de los $550. Hoy ese precio ha caído al orden de los USD 2 por libra y el tipo de cambio se encumbra sobre los $700.

Esta situación ha generado una clara sensación pública de desastre. Los proyectos se han detenido, ha comenzado una ola de despidos, y se ha instalado en la sociedad y en los jóvenes en particular, una mayor distancia con la minería.

Si antes, incluso con altos salarios y volúmenes de empleo  era poco atractiva por la baja calidad de vida que transmitía, la sensación de mala empleabilidad viene sólo a dificultar más la atracción de estudiantes a carreras vinculadas a esta industria. Si bien Duoc UC y otras instituciones han hecho un esfuerzo de sintonía con los jóvenes para acercarlos a esta industria con gran éxito, esta coyuntura, y la manera en que se está abordando ha sido un gran retroceso.

Las matrículas de las carreras vinculadas a la Minería son un ejemplo de ello. Si bien el esquema de Duoc UC no forma exclusivamente para la minería, si no para diversas industrias incluyendo la minería, aquellas cuyo nombre lleva la MENCIÓN en minería han presentado una baja importante.

Si bien esto podría ser sólo la corrección natural de una realidad cíclica, nuestra hipótesis, fundada en una gran cantidad de información levantada con más de mil personas a lo largo de Chile,  es que el problema no es el precio, sino la productividad; y la solución no es la baja artificial de salarios por la vía de despidos y futuras recontrataciones a salarios más bajos, sino la incorporación de más y mejor capital humano a la industria.

Nuestra mirada es que el mercado laboral en este sector funciona con varias imperfecciones. La primera y precursora de la falta de productividad, es la enorme escasez de capital humano debidamente capacitado y dispuesto a trabajar en este sector. En el período del súper ciclo, el incentivo económico a ir a esta industria atrajo e instaló a muchas personas sin las debidas competencias para poder utilizar los niveles de capital (tecnología) disponibles en ella. Con su consiguiente pérdida de productividad. Si ese relajo de competencias no se dio, lo que ocurrió es que la oportunidad de los nuevos proyectos implicó contratar otras personas debidamente probadas desde otras faenas u otras industrias a salarios por sobre su aporte marginal de producción y productividad. Al caer el súper ciclo la tentación ha sido volver a mirar la productividad como un problema, pero con un diagnóstico incompleto, que ha implicado una acción de despidos destinados a disminuir los salarios como si esa fuera la única o principal fuente de la baja productividad del mercado laboral. En artículos futuros intentaremos descubrir cómo esa mirada puede ser jibarizadora y dañina para la actividad, y que el capital humano que se ha formado y se está formando en estos años, es capaz de revertir esta situación aumentando los niveles de productividad de esta industria y del país. El problema es que si esta visión alternativa no se instala rápidamente en el consiente colectivo y de los ejecutivos del sector, todo lo avanzado en estos años en materia de formación, se habrá perdido.

Jaime Retamal, es el Director de la Escuela de Ingeniería de Duoc UC