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Chile

Martes 19 de Enero de 2016.- Una investigación conjunta entre Estados Unidos y Chile ha confirmado que el cobre es un arma adicional en la lucha contra las infecciones asociadas a la salud, lo que demuestra su eficacia en un hospital pediátrico donde contribuyó a un entorno más seguro para los pacientes vulnerables.

La propagación de infecciones a través de las superficies que se tocan con frecuencia y que rodean pacientes es una preocupación seria en la asistencia sanitaria moderna. La limpieza puede eliminar dentro de minutos los patógenos de las superficies duras, pero pueden volver a contaminarse en minutos. Las superficies de contacto hechas de cobre ofrecen un complemento a la limpieza y desinfección –gracias a las propiedades antimicrobianas inherentes del metal rojo- y fueron puestos a prueba por el Dr. von Dessauer y su equipo en Santiago, Chile.

La nueva investigación fue conducida en la planta pediátrica más antigua de la ciudad de Santiago: El Hospital de niños Roberto del Río en la sala 249. 16 habitaciones en las unidades de Cuidados Pediátricos Intensivos y Cuidados Pediátricos Intermedios fueron incluidas en el estudio, cuyo primer paso se determinó un nivel base de bacterias en las superficies que se tocan con frecuencia. El equipo encontró que los niveles de contaminación superaron el umbral de seguridad propuesto de 500 unidades formadoras de colonias (ufc) por 100 cm2, convenciéndolos que estas superficies plantean el mismo nivel de riesgo como la reportada en las UCI de adultos, donde se informó que el cobre puede reducir las infecciones en más de la mitad.2

Las superficies más altamente contaminadas y que se tocan con frecuencia fueron identificadas como barandillas de la cama y palancas, postes IV, pasamanos y estaciones de trabajo de salud, por lo que éstos fueron objeto de actualización a cobre. Niveles de bacterias en las superficies de cobre, y sus correspondientes superficies no cobreizadas en las salas de control, se midieron dos veces por mes en un período de un año, y los resultados fueron comparados.

Se encontró que las superficies de cobre albergan, en promedio, 88% menos bacterias que aquellas de las salas de control, y el 94% de ellas contenían concentraciones de bacterias debajo de las recomendadas para cfu aeróbico totales, inmediatamente después de la limpieza terminal (500 cfu por 100 cm2), con independencia del momento en que la habitación fuera aseada. En contraste, sólo el 48% de las superficies no cobreizadas, los niveles de control estaban por debajo del nivel crítico, con únicamente 3% de los objetos de control por debajo del límite de detección.

Los investigadores concluyeron que las superficies de cobre merecen seria consideración para las instalaciones que consideran, como tecnologías de desinfección sin contacto que reducen la propagación de infecciones asociadas a la salud.

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