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19 de Enero de 2011.- La filial chilena de Sika obtuvo recursos provenientes de su Casa Central localizada en Suiza  para reconstruir el Hogar de Coanil llamado “Juan XXIII“, ubicado en Maipo y que sufrió serios daños tras el terremoto del 27 de febrero de 2010. De acuerdo a la planificación inicial, las nuevas instalaciones, que albergarán a 49 niños de entre 9 y 33 años, serán entregadas durante el primer semestre de este año y permitirán mejorar la calidad de vida de los beneficiados por la entidad sin fines de lucro.

Juan Francisco Jiménez, gerente general de Sika Chile, explica que “una de las filosofías de nuestra empresa es ir en ayuda de los más necesitados. Para implementar iniciativas acordes a este principio, nuestra Casa Central creó un fondo para apoyar a las comunidades afectadas por catástrofes naturales o que se encuentran en condición de pobreza permanente”.

Al conocer las necesidades que surgieron luego de terremoto de febrero, “se estudió la opción de postular al fondo de nuestra Casa Matriz, específicamente para la reconstrucción de escuelas dañadas”, relata el ejecutivo. Sin embargo, la búsqueda de un lugar para cumplir esta meta no fue fácil,  ya que las alternativas disponibles no cumplían con un requisito fundamental: el lugar elegido no podía encontrarse a más de 200 kilómetros de las oficinas locales.

Tras una intensa búsqueda, se decidió ir en ayuda del Hogar “Juan XXIII“,  que entre sus instalaciones cuenta con una escuela y una casa donde los niños duermen. “Al realizar  nuestro diagnóstico, nos dimos cuenta de que las principales deficiencias se encontraban en la casa. Decidimos en una primera etapa, realizar la reconstrucción de las habitaciones en módulos, en una segunda fase restaurar la escuela y en una tercera intervención desarrollar para ellos una actividad permanente, que les permita estar en contacto con la naturaleza y que esté relacionada con la sustentabilidad y la ecología”, agregó Juan Francisco Jiménez.

En la empresa, pretenden implementar acciones de largo plazo que permitan estar en contacto con los niños a través de visitas programadas. En Navidad, los colaboradores de Sika entregaron regalos y dulces para los niños. “Participaremos de este proyecto de manera constante, con el objetivo de generar lazos y establecer, además de la ayuda monetaria, una conexión espiritual”, comenta Jiménez.

SIKA

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