Ingeniería Civil de Minas: la nueva apuesta de la USM

Chile

Carrera del Departamento de Ingeniería Metalúrgica y Materiales, que comienza en marzo de 2013, pretende proveer a la industria de nuevos líderes que lleven consigo el valioso sello de la innovación.

Miércoles 26 de Diciembre de 2012.- La minería está en la médula de la economía: el cobre es llamado popularmente “el sueldo de Chile” y el año pasado se produjeron 5,24 millones de toneladas de este metal, en su modalidad fina, según datos recabados por la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI). La misma estima que para 2020 la inversión en el área minera alcanzará los US$100.000 millones.

Es en este contexto de gran crecimiento que la necesidad de nuevos profesionales capacitados para integrarse a la industria se hace perentoria. Las expectativas de remuneración y desarrollo profesional son muy altas en este campo. Y la Universidad responderá a este reto con la apertura de una nueva carrera: Ingeniería Civil de Minas, bajo el alero del Departamento de Ingeniería Metalúrgica y de Materiales (DIMM).

El profesional formado en esta Casa de Estudios será un especialista en la interacción con la corteza terrestre para el suministro de recursos naturales no renovables. Como explica el Dr. Juan Donoso, Director del Departamento, “su desempeño se orientará preferentemente a resolver los problemas técnicos y de gestión que presenta la explotación sustentable de recursos minerales que, luego de ser procesados adecuadamente, satisfacen las necesidades de la industria manufacturera y energética”.

El académico agrega que “su formación tendrá un enfoque moderno de desarrollo de competencias, según una metodología de aprender haciendo, apoyado por asignaturas disciplinares teóricas y prácticas. Esta metodología funde lo científico, lo técnico, lo económico y empresarial, la comunicación, los idiomas, el trabajo en equipo y el marco de sustentabilidad en un todo integrado”.

El sello sansano

El diseño del plan de estudios de la carrera tiene como elementos centrales: un enfoque de contenidos hacia lo más característicamente minero (la búsqueda de nuevos recursos, el desarrollo del proyecto minero, y la operación sustentable de una faena minera); una cobertura temática donde están presentes en forma balanceada los aspectos técnicos y económicos asociados a un manejo eficiente del negocio minero junto a los factores relativos a actuar en un marco de sustentabilidad; una duración del período de clases de cinco años; una columna vertebral de formación basada en aprendizaje activo; y, por último, el tradicional estilo analítico y riguroso de la formación sansana.

La carrera se impartirá a partir de marzo de 2013 en el Campus Santiago San Joaquín. Los cupos para el ingreso directo en 2013 son 60 y habrá un cupo adicional de 30 alumnos para quienes ingresen al Plan Común 2013. Estas vacantes se hacen efectivas al aprobar el primer año.

El trabajo del DIMM comenzó hace dos años a través de un equipo integrado por académicos del Departamento, profesores nacionales y extranjeros, además de asesores externos en materias técnicas y educacionales. Este grupo consideró los estudios preexistentes en la Universidad, la oferta formativa en el concierto universitario chileno, las necesidades de la industria, las tendencias internacionales en formación de ingeniería y en metodología educativa, la opinión de expertos e instituciones, y los resultados de estudios motivacionales entre los potenciales postulantes a la carrera. En pos de potenciar el proyecto, se ha firmado convenios de colaboración hasta ahora con el Instituto de Ingenieros de Minas de Chile y con la multinacional Kinross Gold, en tanto se contempla generar alianzas tanto con empresas como con instituciones académicas de Canadá, Australia, Alemania, Finlandia, España y Colombia.

El desafío de partir

El gran reto para la Universidad es “conformar una escuela sólida, donde profesores, infraestructura, programas de estudio, métodos y vinculaciones otorguen una educación profesional que combine saber con rigor, iniciativa, amplitud de mirada, flexibilidad, culto por la calidad y vocación de servicio para ser agentes de desarrollo sustentable”, expresa Juan Donoso.

De este desafío global se desprenden desafíos específicos, como la innovación educativa en contenidos, métodos, plazos de formación y conexiones, para adaptarse así al perfil de los jóvenes actuales y conducirlos hacia el desarrollo de competencias profesionales que respondan a los desafíos reales del Siglo XXI en el rubro: agua, energía, eficiencia, seguridad, relación con las comunidades. Son también desafíos la conexión de los estudiantes con sus pares extranjeros y el desarrollo de nichos de investigación de alto valor agregado. “Aspiramos a que esta escuela provea de líderes a la industria minera, capaces de abordar las complejas tareas de gobierno de las grandes compañías o de generar la innovación en compañías medianas y pequeñas donde los nuevos conceptos pueden tomar forma con más facilidad”, sostiene.

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