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Perú

15 de Marzo de 2012.- La minería, el motor de la economía en Perú, se ha convertido en el mayor problema para el presidente Ollanta Humala, presionado por el rechazo de una región a un megaproyecto aurífero y la oposición de mineros informales a los controles del gobierno, que el miércoles dejaron tres muertos.
Actualmente el Ejecutivo afronta un total de 229 conflictos sociales, de los cuales 152 se encuentran en calidad de activos y 77 en estado latente, la mayoría derivados de problemas sociambientales en relación a la actividad minera, según el último informe de la Defensoría del Pueblo.

Esta situación se presenta en el segundo mayor productor mundial de cobre y plata, sexto de oro, y en un país donde la minería representa el 59,1% de las exportaciones totales.

"Esos conflictos son bombas de tiempo que en cualquier momento pueden estallar y generar explosiones en cadena en todo el país", alertó a la AFP el analista Luis Benavente, de la Universidad de Lima.

Benavente advirtió que "los conflictos sociales son el mayor obstáculo, actualmente y a futuro, para la gobernabilidad, para el sistema político y para las inversiones".

Tres personas murieron y 55 resultaron heridas el miércoles en la región selvática de Madre de Dios (sudeste) en protestas de mineros informales que rechazan una norma del gobierno que crea el delito de minería ilegal y que busca formalizar esta actividad para evitar la depredación de bosques amazónicos.
El primer ministro, Oscar Valdés, afirmó que el presidente Humala se ha comprometido a "hacer las grandes cosas que el Perú necesita, como el de la minería ilegal que muchos gobiernos no se decidieron a enfrentar, o si entraron a la cancha, se volvieron a salir".

"Nosotros vamos a estar en la cancha, con una posición muy firme", añadió el mandatario.

Mientras en esa región los mineros informales defienden su labor extractiva, en la región norandina de Cajamarca varias comunidades indígenas rechazan la ejecución del proyecto aurífero Conga, donde la estadounidense Newmont proyecta invertir 4.800 millones de dólares.

La oposición de Cajamarca radica en que ese proyecto destruiría el medio ambiente y las cabeceras de cuenca que proporcionan agua a esa zona del país, argumento que es rechazado por Newmont.

Carlos Santa Cruz, vicepresidente de Newmont para Sudamérica, dijo el miércoles que Conga es un proyecto "estratégico" para Perú que no afecta el medio ambiente y que abre las puertas a inversiones superiores a 15.000 millones de dólares en los próximos diez años en esa región.

Ese conflicto se mantiene en un compás de espera hasta que peritos internacionales contratados por el Ejecutivo revisen el estudio de impacto ambiental de Conga, tras el que el gobierno tomará una decisión sobre su ejecución.

El problema es que el gobierno "no cuenta con operadores políticos para contrarrestar la efervescencia" de los que se oponen a los proyectos mineros a gran escala, advirtió Benavente.

A ello agregó que "no hay mecanismos de diálogo y los pocos que hay están obstruidos; por tanto al no haber diálogo y no haber un sistema eficiente de partidos políticos la solución de los conflictos es bastante difícil", subrayó.

En esa misma dirección opinó César Guzmán Barrón, del centro de análisis y resolución de conflictos de la Universidad Católica, quien declaró al diario El Comercio que en el caso de Madre de Dios "parece evidente que el gobierno falló en tres aspectos fundamentales: prevención, diálogo y creatividad".
"Los diversos sectores que protestan en el país han llegado a la triste conclusión de que la violencia es la única forma de hacerse escuchar", acotó Guzmán Barrón.

El diario económico Gestión editorializó que los dilemas del gobierno "en parte son producto de la falta de claridad en los mensajes y de la ambigüedad que a veces muestra en diversos temas; no se puede estar bien con Dios y con el diablo" (AFP).

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