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Internacional

Desinformación, inexactitudes e intereses oscuros tienen enfrentados a un grupo de indígenas huicholes, a empresarios turísticos y a una filial de la minera canadiense First Majestic Silver Corp en Real de Catorce. El resultado: una inversión de 100 millones de dólares y la creación de 700 empleos directos detenidos.

27 de Agosto de 2012.- Una serie de inexactitudes, desinformación e intereses creados han provocado el enfrentamiento de 2 visiones que antes habían coexistido en la argentífera tierra de Real de Catorce.

Hoy, este enfrentamiento tiene detenida una inversión de 100 millones de dólares y la creación de 700 empleos directos para una de las comunidades más desprotegidas del Altiplano potosino.

Esta es la otra historia de Wirikuta que no se ha contado desde 2009, cuando la canadiense First Majestic Silver Corp adquirió las 35 concesiones de la desaparecida Real Bonanza para extraer mineral de plata y relanzar la actividad minera en Real de Catorce, a través de su proyecto denominado ‘La Luz’, el cual ahora se mueve más entre las sombras debido a las indefiniciones legales y al rechazo de personas que no habitan en este pueblo por antonomasia ligado a la minería.


Escases de oportunidades

Hoy, para buscar un sustento, a las personas que viven en este pueblo, que otrora fuera el ‘Klondike’ mexicano, no les queda más alternativa que emigrar a la vecina Matehuala o San Luis Potosí capital.

Otras opciones son ponerse a las órdenes de los empresarios turísticos o de los paseantes; esperar por las remesas de sus familiares; pastorear sus animales, principalmente ganado caprino o, en su defecto, sembrar la tierra, la cual, si ocurre, dará magros frutos debido a la sequía que lleva una década azotando a Real de Catorce.

Otro camino de supervivencia es migrar a Estados Unidos en busca del ‘sueño americano’, como lo demuestra un informe del Consejo Nacional de Población (Conapo).

Pero conseguir una fuente de ingresos no es el único problema en este lugar. Cuando hay dinero, los habitantes de Real de Catorce deben recorrer distancias de hasta una hora y media para encontrar el supermercado o el tianguis más cercano, en Matehuala. La distancia aumenta cuando de problemas de salud se trata, ya que el hospital más avanzado se encuentra en San Luis capital, a 3 horas de camino en auto.


Intereses oscuros

Mientras las fuentes de empleo escasean en Real de Catorce, al menos tres posturas distintas se enfrentan en torno del proyecto minero y mantienen detenida la inversión.

En una esquina está la minera First Majestic Silver Corp, que promete detonar la alicaída economía de Real Catorce, a partir de 2013, con la oferta de al menos 1,500 empleos entre directos e indirectos. También contempla 10 proyectos de sustentabilidad para recuperar suelos erosionados, que significan ya una inversión de 10 millones de dólares, así como trabajo para un centenar de habitantes.

En la otra esquina están los detractores, encabezados por la etnia Wixárika y organizaciones no gubernamentales (ONG), quienes acusan a la minera de pretender destruir con sus actividades 2 de los centros ceremoniales más importantes para esta etnia, cuyos miembros son más conocidos como huicholes.

A los wixaritari los acompañan, principalmente, una docena de ONG del Distrito Federal, activistas y personajes ligados al mundo del espectáculo, ajenos al lugar.

En este conflicto también existen otros actores que han enrarecido el ya de por sí gris panorama que no deja ver una solución a los desencuentros entre mineros y los wixaritari, el gentilicio de los Wixárika.

Se trata de los empresarios del sector turístico, quienes temen que la filial de First Majestic represente de facto un contrapeso a su poder, el cual influye en los 2,500 habitantes radicados en este fantasmal pueblo y sus inmediaciones.

Habitantes que pidieron el anonimato aseguran que los empresarios turísticos rechazan a Real Bonanza porque suponen que la actividad de la minera ahuyentará el turismo de un Pueblo Mágico que apenas comienza a consolidarse como tal.

Además, tampoco están dispuestos a ceder poder e influencia, pues su sector oferta cuando menos un cuarto de los empleos, en su mayoría eventuales, con los que sobreviven los habitantes del lugar.

Otro poder, el espiritual, también ha tenido qué ver en el conflicto. Hasta hace unos meses, la iglesia católica se pronunciaba en contra de la minera, aunque ahora está más inclinada a favor de Real Bonanza, debido a que tuvo acceso al proyecto de la minera.

Para conocer su versión, se buscó a la ex alcaldesa Petra Puente y la argentina naturalizada mexicana Mercedes Aquino, ambas empresarias hoteleras, así como al sacerdote de la parroquia de la Purísima Concepción de Real Catorce, Ernesto Vega Torres, todos señalados como opositores al proyecto de Real Bonanza. Aunque se trató de contactarlos en varias ocasiones, esto no fue posible.

Lo mismo ocurrió cuando, de manera presencial y telefónica, se buscó al presidente municipal de Catorce, Héctor Moreno Arriaga.


Dimes y diretes

Los detractores de Real Bonanza argumentan que ésta ya se encuentra operando y que tiene en la mira al Cerro del Quemado, el sitio donde, según la cosmovisión Wixárika, nació su cultura.

Lo cierto es que la subsidiaria de First Majestic Silver aún no ha sacado ni una piedra de las aproximadamente 5,000 hectáreas sobre las que tiene la posibilidad de extraer plata y otros minerales.

Tampoco es verdad que la minera posea el permiso de extraer minerales sobre, bajo o en los alrededores del Cerro del Quemado. En un recorrido físico y con documentos oficiales en poder de EL FINANCIERO, se pudo corroborar que el acceso que planea la minera para sacar los minerales queda a 7.5 kilómetros de dicho cerro y el límite máximo de su concesión se ubica todavía a poco más de 1 kilómetro de distancia de esta elevación (Ver infografía).


Quienes rechazan el proyecto afirman, además, que Real Bonanza “engañó” al Estado mexicano, a los wixaritari y a los locales de Real Catorce con el tipo de extracción de mineral que pretende utilizar. La minera, aseguran, aplicará el método de tajo a cielo abierto, (destrucción de cerros y superficies). La filial de First Majestic lo niega.

Directivos de la minera afirman que el tratamiento del mineral será por el método de flotación (plantas tratadoras de minerales) y su extracción por la vía subterránea, desde 3 metros contados bajo el límite del suelo, como lo marcan sus concesiones y los túneles que dejó la antigua minera.

Consultado sobre las posibles afectaciones que pudiera causar una eventual operación de Real Bonanza en Real de Catorce, Miguel Vera Ocampo, jefe del Departamento de Yacimientos Minerales y secretario académico de la División de Ingeniería en Ciencias de la Tierra de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, señala que una minería subterránea y con recuperación de minerales por el método de flotación no dañaría la zona de Wirikuta.

Este tipo de minería, afirma, “no afecta en lo absoluto”. Además, explica, usar cualquier otro método de extracción del metal “no sería costeable” para ninguna empresa.

Si la filial de First Majestic decidiera extraer minerales por otro método, destaca Vera Ocampo, estaría violando el Reglamento de la Ley Minera que, un caso extremo, derivaría en el retiro de su concesión.


Voces y silencios de los Wixárika

En 1994, la zona en disputa fue declarada área natural protegida. Sin embargo, en el apartado 6.4.2.4 del Plan de Manejo de ese año y de 2008, firmado por los wixaritari (del cual EL FINANCIERO posee copia), se establece que será permitida la actividad minera.

Pese a este acuerdo firmado en 1994 y refrendado en 2008, Santos de la Cruz, vocero del Frente en Defensa de Wirikuta, asegura que esta etnia cuenta con “investigaciones propias” en las que se demuestra que Real Bonanza y las demás mineras que operan o pretenden operar en Wirikuta sí modificarán drásticamente la fisonomía de esta área natural protegida.

Este líder asegura que Eleuterio de la Cruz Ramírez, presidente de la Unión Wixárika de Centros Ceremoniales de Jalisco, Durango y Nayarit, quien se ha reunido con los representantes de las mineras a nombre de la comunidad, no representa los intereses wixaritari. La asociación civil que De la Cruz encabeza, afirma, está “manipulada y dominada” por el gobierno federal para “legitimar” los proyectos empresariales.

Hoy, según Santos de la Cruz, el pueblo Wixárika cuenta con una suspensión derivada de un amparo presentado en febrero pasado, en la que los tribunales ordenan a Real Bonanza no extraer ningún mineral hasta que no se concluya con los desahogos de la denuncia presentada por los wixaritari.

El dirigente también se opone a una veintena de otros proyectos mineros que tienen a Real de Catorce en la mira, como el de Revolution Resources Corp, pues, afirma, operarán con el método de cianuración de minerales.

Aunque está en contra, acepta que desconoce a detalle el proyecto de ‘La Luz’. “No conocemos en concreto el proyecto, pero sí sabemos (de los efectos) a través de nuestras investigaciones. No nos hemos sentado formalmente para analizar y conocer el proyecto. (…) Aun cuando dicen que no van a contaminar, sabemos los métodos que ellos utilizan.”

Luego de la entrevista que Santos de la Cruz mantuvo con este medio el 24 de julio, quedó de enviar los “resúmenes” de las investigaciones con las que la etnia Wixárika afirma que las mineras afectarán el territorio de Wirikuta, además de los datos del amparo con los que sostiene que Real Bonanza no puede operar. Hasta el cierre de este reportaje, el viernes 24 de agosto, ninguna de estas pruebas fue enviada.

Para conocer otros argumentos del lado de quienes se oponen a la entrada de la minera a Wirikuta, se buscó a los organizadores del Wirikuta Fest, realizado el pasado 26 de mayo, en el que participaron una docena de artistas, entre ellos Café Tacuva.

En la página oficial del Frente en Defensa de Wirikuta (FDW), se informa que el festival logró recaudar por la venta de boletos 21 millones 712,191 pesos, de los cuales 10 millones 337,153.52 pesos se destinaron al pago de “gastos de producción y operación”, 1 millón 736,975.28 pesos se dirigió al pago de 8% correspondiente al Impuesto Sobre Diversiones y Espectáculos Públicos. El resto, 9 millones 788,062.20 pesos, se entregó a las autoridades Wixárika, pero no está claro a quiénes ni para qué se utilizó el dinero.

Dado que las cifras del FDW no cuadran y que no hay claridad sobre el destino de los recursos, EL FINANCIERO solicitó una entrevista con OCESA, quien gestiona el Foro Sol, para conocer el destino final del dinero recaudado en este festival.

Rafael Salinas, director de Comunicación Corporativa de CIE, la empresa que controla a OCESA, remitió a este medio con la señora Aketzalli Mireya Hernández, representante Wixárika para la organización del Wirikuta Fest, quien, a través de un correo electrónico, respondió que “en próximos días” daría respuesta a la petición de entrevista y solicitó “paciencia” para enviar una información “clara y concreta” sobre el destino de los recursos del festival. Hasta el cierre de esta investigación, no llegó ninguna respuesta.


Apagar ‘La Luz’

Éste es el encargo “más complejo” que he enfrentado en mi carrera, debido a los “intereses y la desinformación” que desde todos los frentes intentan apagar a ‘La Luz’, cuenta Ricardo Flores, gerente del proyecto Mina Real Bonanza.

“Desde nuestro punto de vista, ha habido desinformación. En la población de Real de Catorce tenemos detectado que 96% están a favor de la mina y el empleo. (A los wixaritari) los hemos invitado a dialogar para que conozcan el proyecto y los planes de la empresa, y hasta este momento no hemos tenido una respuesta favorable”, dice.

Incluso, afirma que hay organizaciones ajenas a la población que están manipulando a los wixaritari: “Hay organizaciones externas alrededor de los Wixárika que se están encapsulando en los verdaderos Wixárika. Nosotros hemos platicado con algunos huicholes y ellos no ven peligro. Al venir una fuente de trabajo, también algunos pobladores de aquí verían afectados sus intereses. Con la empresa, al tener mejores sueldos, ciertas personas con poder económico se sienten afectadas, y nosotros pensamos que por ahí está la mala información.”

Pese a tantas posturas encontradas, en diciembre próximo, Real Bonanza pudiera ver la luz si la Semarnat le aprueba la Evaluación de Impacto Ambiental. De lo contrario, la indefinición legal para la empresa dejará detenido el proyecto y paralizada la oportunidad de una nueva fuente de empleos.

Por ahora, Ricardo Flores asegura que la minera “invita a los señores Wixárika y a las ONG a que conozcan la realidad del proyecto y la información técnica, de primera mano”.

Mientras, Santos de la Cruz, vocero oficial de los huicholes, rechaza que existan intereses detrás de los wixaritari. “Pedimos primero la cancelación; segundo, que (Wirikuta) se reconozca como Patrimonio de la Humanidad y, como tercero, que se atienda la situación de los habitantes, que quieren empleos, pero que no necesariamente debe ser con la mina”.

Las posturas de todos los involucrados son irreductibles. Con la desinformación y los intereses de por medio, un entendimiento entre mineros y Wixárikas se antoja difícil. En diciembre, tal vez nada cambie. Mientras, la sequía de empleo y de recursos terminará por establecerse en las calles fantasmales de Real de Catorce.

Elfinanciero.com.mx
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