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Chile

La estatal afina un plan de inversiones inédito por USD 3.200 millones entre 2017 y 2020, según el gerente general, Marcelo Tokman. El foco es remozar instalaciones, potenciar Magallanes y mejorar el estándar ambiental y con las comunidades.

Lunes 14 de Noviembre de 2016.- Una nueva etapa experimenta Enap. La petrolera estatal ha logrado mejorar sus cifras financieras y reducir el nivel de endeudamiento, desempeño que ahora le permite embarcarse en llevar adelante un millonario plan de inversiones para remozar su infraestructura, cuyo objetivo está en potenciar Magallanes y modernizar las refinerías Aconcagua y Biobío.

Se trata de un programa que suma inversiones por USD 3.200 millones entre 2017 y 2020, el cual implicaría desembolsos anuales de USD 800 millones durante los próximos cuatro años. Este “plan inédito”, como lo califica el gerente general de Enap, Marcelo Tokman, se compara con la inversión promedio de USD 300 millones por año que impulsó la compañía entre 2010 y 2013.

Este año, la petrolera espera cerrar con un desembolso de US$ 750 millones (ver infografía).

“Contamos con un plan estratégico que se ha traducido en un incremento significativo de las inversiones”, destaca Tokman, agregando que recién ahora “estamos convergiendo gradualmente a lo que creemos que debe ser el nivel de inversión anual de una compañía como Enap si quiere cumplir con el rol estratégico que le cabe como empresa pública en el sector energético, que es de USD 800 millones anuales”.

Nuevo ciclo

Al interior de la compañía ya se habla de una “nueva etapa”, comenta el presidente de la Federación de Trabajadores del Petróleo y director de la firma, Jorge Fierro. “Sin duda, estamos viviendo una nueva etapa como Enap, basada en que nos hemos convertido en una empresa del Estado rentable, a pesar del volátil comportamiento que ha tenido el precio del barril de petróleo”, acota.

Agrega que han mejorado el Ebitda, que este año se ubicará por sobre los USD 600 millones, y que la firma está sana financieramente. “Todo eso nos lleva también a poder mejorar nuestros niveles de inversión”, dice.

La petrolera puso fin a la llamada “montaña rusa” que había caracterizado a sus resultados en el pasado tras la crisis que tuvo en 2008, año en que las pérdidas llegaron a USD 1.000 millones por salir al rescate del mercado eléctrico frente a los cortes de suministro de gas provenientes desde Argentina, recalca Tokman.

“Con este plan, la empresa está avanzando en su fortalecimiento financiero y recuperando su patrimonio, que hoy alcanza USD 769 millones, mientras que en 2012 llegaba a sólo USD 83 millones”, afirma.

El ejecutivo añade que con el programa de inversiones “apuntamos nuestros esfuerzos para los próximos años a continuar con el mejoramiento de los indicadores financieros, aumentar en el largo plazo nuestra capacidad de generación de Ebitda y, con eso, seguir llevando a cabo proyectos estratégicos para el desarrollo energético del país”.

Magallanes y las refinerías

El programa de inversiones de los próximos cuatro años se concentrará principalmente en las líneas de negocios de exploración y producción y la de refinería y comercialización.

En Magallanes, la estatal buscará potenciar el desarrollo del gas no convencional (shale y tight gas). Con esa orientación, un proyecto relevante es Arenal, el cual involucra recursos por USD 280 millones. La iniciativa tiene como objetivo asegurar el suministro de gas por, al menos, 20 años en la zona, región que tiene un consumo diario de gas de alrededor de un millón de metros cúbicos.

En su nueva área de negocios, de Gas y Energía, la compañía está impulsando la cogeneradora Aconcagua, de USD 80 millones en inversión.

También se suma la central Nueva Era, donde participa junto a Mitsui y que demandará unos USD 700 millones, junto al desarrollo de las energías renovables a través del proyecto geotérmico Cerro Pabellón, que impulsa con Enel Green Power y el parque eólico en Cabo Negro, por USD 20 millones, en la Región de Magallanes.

Fierro agrega que en refinerías se destinará un monto relevante para actualizar la refinería Biobío, operación que este 2016 cumplió 50 años y que “ha estado atrás de Aconcagua en términos de inversiones”. La petrolera destinará cerca de USD 700 millones para modernizar la planta que asegura el suministro de combustible a la zona centro-sur del país.

Pero hay otro proyecto relevante, como es la creación de una nueva unidad de desasfaltado y que permite eliminar del crudo los componentes más pesados. En carpeta también está la construcción de una nueva unidad de isomerización, que permitirá ampliar la capacidad de producción de combustible calificado como “valioso”, donde se reduce la presencia de fuel oil y diésel. Estas inversiones implicarán un desembolso de USD 220 millones. A la vez, invertirán en dos nuevos estanques para incrementar la capacidad de almacenamiento de combustible.

Nueva política

El mejoramiento ambiental también será un ítem relevante en el plan de inversiones de Enap, la segunda mayor empresa pública chilena.

En septiembre pasado, dice Fierro, el directorio de la compañía aprobó la nueva política de relacionamiento con las comunidades. Este proceso se inició con la creación de la Dirección de Comunidades, en abril de este año, unidad a cargo de la antropóloga Verónica Aguirre. Tokman lo refuerza: “Hemos modificado completamente nuestro enfoque de relacionamiento con nuestros vecinos para construir relaciones de mayor confianza y beneficio mutuo”.

Otro paso relevante, destacado por el gerente general de la estatal, es el esfuerzo de la empresa por mejorar su estándar ambiental y disminuir los impactos. Por eso, mirando hacia 2023 destinarán USD 300 millones para mejoramientos ambientales en el entorno de las refinerías.

“Esta es la mayor inversión en la historia de Enap en el ámbito ambiental para nuestras dos refinerías, siendo una prueba concreta de nuestro compromiso real con las comunidades con las que nos relacionamos y con mejorar permanentemente nuestro desempeño medioambiental”, subraya el economista.

Reconoce la necesidad de avanzar en ese ámbito. En los últimos años, Enap enfrentó episodios complejos en Hualpén, VIII Región, y en Quintero, V Región. “Hemos reconocido que existen brechas que son históricas en nuestra empresa en materia medioambiental. Por eso, la relevancia de implementar estos planes de inversión para disminuir impactos ambientales y rebajar estas brechas”, recalca Marcelo Tokman.

La Tercera

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