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Chile

17 de Enero de 2011.- Cuando Jaime Ravinet precipitó el anuncio de los cambios en el gabinete que el presidente Piñera venía fraguando hace días, ni el más osado se habría atrevido a apostar por la reedición de la denominada "patrulla juvenil" de Renovación Nacional (RN) que en los ´90 integraban el hoy mandatario, su nuevo ministro de Defensa, Andrés Allamand y la flamante titular de Trabajo, Evelyn Matthei, junto al senador Alberto Espina.

Es que la primera reingeniería ministerial en la administración Piñera, dio un vuelco en lo que había diferenciado a su equipo de los antecesores de la Concertación: su marcado perfíl técnico ahora daba paso a la llegada de dos fuertes en la arena política.

En medio de una serie de conflictos de distinta magnitud que amenazan con debilitarlo aún más en las encuestas, el presidente Piñera apuntó a sus problemas más inmediatos: el hoy ex ministro de Energía, Ricardo Raineri, por la grave crisis derivada en Magallanes tras la decisión de ENAP ­directorio del cual era miembro junto con el titular de Minería, Laurence Golborne­ de aumentar las tarifas del gas. No obstante, a Golborne le duplicó la responsabilidad nombrándolo biministro de Energía y Minería y con la misión inmediata de bajar la presión en Punta Arenas, lo que en principio, se habría logrado en vista de la favorable reacción de los habitantes de la región ante el anuncio. Por otra parte, quedó como blanco preciso para una oposición que descargaría en el ministro más popular del gabinete, sus cuestionamientos a las definiciones gubernamentales.

Otro de los focos que buscó aplacar Piñera fue el del Ministerio del Trabajo, donde, a la fecha, la ex titular del ramo, Camila Merino, acumulaba un respetable cúmulo de críticas por manejo y gestión. En su reemplazo asumió la senadora UDI, Evelyn Matthei, quien hasta su nombramiento, además de rememorar cada cierto tiempo la tranquilidad por su "reconciliación" con el presidente, se había posicionado en temas que al gobierno no le resultaban cómodos, como el aborto terapéutico y las uniones de hecho.

Por el renunciado Ravinet, Piñera apostó por un antiguo aliado y más reciente detractor. Andrés Allamand, quien al momento del anuncio se encontraba con el presidente en Frutillar, lideraba desde hace meses, el grupo de los llamados "díscolos" de la Alianza.

Los nombramientos de ambos senadores, dieron paso a una nueva definición no exenta de disputas: quién ocupará ambos escaños en la Cámara Alta. En la lista ya figuran el presidente de RN, Carlos Larraín y el diputado de la UDI, Gonzalo Uriarte.

Pero dado el perfíl y vasta trayectoria política de los nuevos secretarios de Estado ¿eran los ministerios adecuados para ubicarlos?

Además de imprimirle un nuevo sello al inicio del segundo año de gobierno, Piñera buscó asegurar la lealtad de dos personeros claves en la definición de estratégias, desde ahora más políticas que técnicas.

Al mismo tiempo, constituyó en su gabinete, un verdadero podium de presidenciables potenciado por los ahora, ex senadores. Ambos sin embargo, no precisamente, representativos de sus respectivos partidos.

Lo que se viene

Hoy lunes se cumple un año desde el triunfo de Piñera y los desafíos con un gabinete remozado son aún mayores.

El mandatario deberá definir la continuidad de esquemas de trabajo como el comité político de los lunes en palacio, el que ha sido desacreditado como una instancia de definición de estrategias que incorporen el sentir del oficialismo.

Este nuevo camino que asumirá La Moneda, plantea también, un escenario complejo para los asesores del "segundo piso", quienes tendrán que "lidiar" con dos históricos de la centro­derecha. Para algunos una bomba de tiempo activada al interior de la actual administración y que el propio Ravinet se encargó de dejar en evidencia.

En la misma línea, las bilaterales acostumbradas del presidente , caracterizadas por una fuerte verticalidad con sus ministros, podrían transformarse en permanentes desencuentros.

Hasta ahora el sitial de conversación y retroalimentación se da sólo con el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. Dada la personalidad de Allamand y Matthei, cabe preguntarse si la fórmula podría ser ampliada a los dos nuevos integrantes del gabinete.

Después de todo es la misma "patrulla juvenil" pero claramente, sin el afiatamiento que los caracterizó en sus inicios (DF).

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