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Internacional

28 de Enero de 2011.- Los metales preciosos ha copado la mayor parte de las rentabilidades dentro del mercado de materias primas. Pero los nuevos lanzamientos de ETF respaldados por commodities como el cobre o el aluminio puede hacer cambiar la fotografía.

El oro ha sido en la última década el activo que más se ha apreciado, ya que su precio ha pasado de los 272 dólares a los cerca de 1.400 dólares a los que cotiza ahora la onza. Y en ello no sólo ha influido el aumento de la demanda de joyería. También han tenido un papel protagonista los llamados por algunos especuladores, y por todos inversores.

Los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) son algunos de ellos, ya que no sólo invierten en futuros sobre el metal sino que replican el comportamiento del mismo comprando directamente lingotes, que se almacenan en las cajas fuertes, eliminando así el efecto contango (la diferencia de precio que se produce siempre entre el futuro y el precio al contado) aunque no el coste de almacenamiento que tienen que soportar por mantenerse en esas cámaras acorazadas. Se conocen como ETF físicos.

Hasta ahora este tipo de productos sólo existían sobre el oro y la plata pero, ojo, porque puede que a partir de ahora a estos metales preciosos les salgan competencia, ya que ETF Securities acaba de lanzar al mercado los primeros ETF que replican el comportamiento al contado de algunos metales industriales como el cobre, el níquel, el estaño, el aluminio y el zinc. Con todo el impulso que eso puede suponer para su precio. "La introducción en el mercado de ETF físicos sobre estos metales será muy positiva para sus precios, al menos a corto plazo pero puede que reduzcan la transparencia del mercado", avanzaban en Citi hace unos meses.
El cobre es el favorito

Y es que la entrada en el mercado de una nueva demanda, la de estos inversores institucionales, no hace sino traducirse en un incremento de los precios, sobre todo teniendo en cuenta que la oferta de estos metales no suele experimentar incrementos demasiado significativos. Por ejemplo, el presidente de Codelco, uno de los mayores productores de cobre, ha explicado esta misma semana que la industria minera del cobre no ha cumplido las promesas de producción. "La oferta mundial de 2010 ha sido un 14,7 por ciento menor que los pronósticos de hace cuatro años", afirmó.

Es precisamente este metal el que más se repite en las quinielas de los analistas como materia prima que mejor comportamiento tendrá en 2011. Aunque en todos los pronósticos consideran clave que para que estas previsiones se conviertan en realidad es necesario ver un crecimiento en China, uno de sus principales exportadores, ya que una ralentización del mismo (algo que el gigante asiático persigue como método para limitar la escalada inflacionista que vive el país) provocaría una caída de la demanda y, por tanto, del precio.

Sin embargo, parte de esa caída podría ser compensada por la entrada en el mercado de nuevos inversores, ya que ETF Securities no es la única gestora que ha apostado por ETF que repliquen físicamente este metal. También JPMorgan y BlackRock han mostrado su interés recientemente en lanzar productos de este tipo.

Las opciones que tiene en la actualidad el inversor para invertir en este metal precioso es a través de ETF que replican índices de materias primas industriales como, por ejemplo, el fondo de Deutsche Bank db Industrial Metal Booster, mediante fondos cotizados que replican sólo el futuro del cobre o a través de ETC (fondos cotizados de una sola materia prima) que compran cobre y replican su precio al contado como ETF Physical Cooper que, de momento, es el único producto de este tipo. Todos ellos están en negativo en 2011. Algo normal si se tiene en cuenta que el cobre ha recortado un 3 por ciento desde que en diciembre marcara máximos históricos. Sin embargo, los pronósticos siguen siendo optimistas. Los analistas de Bloomberg lo ven con un potencial cercano al 5 por ciento para este año.

Similar es también la evolución que se maneja para el resto de metales industriales. El aluminio fue uno de los principales beneficiados tras conocerse que había gestoras interesadas en lanzar fondos que replicasen el comportamiento físico de este metal. Desde octubre, cuando se empezó a hablar de esta posibilidad, el precio por tonelada de este metal se revalorizó un 9 por ciento, del 12 por ciento que se anotó en total de ganancias en 2010. Además, las perspectivas de los analistas aún le otorgan un potencial del 4,85 por ciento. Unas cifras muy similares a las que se manejan para el zinc, el níquel o el estaño (Eleconomista.es)

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