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Chile

Firmas controladas por extranjeros generan sobre el 60% de la electricidad del país y dan agua potable a más del 90% de los chilenos. Los bancos de dueños de origen foráneo representan el 44,6% de las colocaciones.

Lunes 20 de Junio de 2016.- Doce años de ventas de Microsoft, la producción de un país como Singapur o Dinamarca, o unos mil millones de comidas en la Osteria Francescana, el mejor restaurante del mundo. A eso equivalen los USD 278.210 millones de inversión extranjera total que recibió Chile entre 2003 y abril de este año. Una enorme corriente de capital que alcanzó su punto máximo en 2012, cuando llegaron USD 28.493 millones, y si bien los recursos han seguido fluyendo hacia el territorio nacional, los números indican que el impulso inversor externo ha ido cayendo, puesto que en 2015 entraron USD 20.457 millones, 8,4% menos que el año anterior.

Pero más allá de los números, la mirada panorámica a la inversión extranjera que se ha acumulado en el país entrega varias sorpresas: hay sectores como el suministro de gas natural o la generación eléctrica que están mayoritariamente en manos de compañías extranjeras, consigna El Mercurio. 

¿Qué está pasando hoy? “La inversión extranjera siempre va a existir, pero es evidente que ésta ha disminuido, por el deterioro de nuestra economía, con un crecimiento promedio de 2% en tres años, la caída del precio del cobre y la incertidumbre regulatoria generada por el gobierno con deficientes políticas públicas”, opina Jorge Hermann, de Hermann Consultores.

Jorge Bravo, socio de Quiroz y Asociados, sostiene para la publicación que “estamos estancados, y en el último año lo que ha habido es más traspaso de empresas que inversiones productivas”. El fin del boom minero -en 2011, el 78% de la inversión fue a la industria minera- y cierta incertidumbre en los mercados explican esta menor inversión, según este experto. Pero el desafío es detectar sectores nuevos para orientar el futuro crecimiento del país, sostiene Bravo.

En InvestChile -el organismo público promotor de la inversión extranjera- difieren de esa mirada, y explican que si bien ha habido un ajuste en la inversión, “se está pasando de un foco dirigido solo a la cantidad, a un análisis de su “calidad”, entendida esta como su capacidad para crear empleos y sofisticar las economías locales”. La entidad gubernamental destaca que durante el gobierno de Michelle Bachelet, entre marzo de 2014 y abril de este año, han ingresado al país alrededor de US$ 44 mil millones, siendo energía el sector que lidera en inversiones, lo que seguirá en los próximos años.

Gas natural, a cargo de extranjeros, y gas licuado, de empresas chilenas

Salvo por la concesión de Lipigas para dar gas natural por cañería en Calama, el restante 99% del mercado está en manos de compañías controladas por capitales extranjeros.

La más grande es Metrogas, que cuenta con 614 mil clientes y que a fines de 2014 fue adquirida por el grupo español Gas Natural Fenosa. Esta firma también pasó a controlar el abastecimiento de gas natural en las empresas GasSur y Gasco Magallanes, aunque esta última pasará a ser controlada por la familia Pérez Cruz durante este año.

Las otras firmas del sector de gas de red provienen de diferentes latitudes. GasValpo, el segundo actor del mercado, es controlada por fondos de inversión australianos, uno de los cuales es Access Capital Advisors. Le sigue Intergas, ligada al empresario italiano Stefano Garilli.

Pero en el gas licuado el escenario es diferente: solo hay compañías chilenas. Ahí Abastible, del grupo Angelini, domina el mercado. Le sigue Lipigas, del grupo Yaconi-Santa Cruz, y Gasco GLP, el negocio con que se quedó la familia Pérez Cruz tras vender su parte de CGE a Gas Natural Fenosa.

Eléctricas: el 67% de la electricidad producida en 2015 fue generada por extranjeros

La presencia de capital extranjero es muy intensiva en el sector eléctrico. En términos de generación, en 2015 el 67% de la electricidad producida en el país provino de tres compañías de origen extranjero: AES Gener (Estados Unidos), Endesa (controlada por Enel, de Italia) y Engie (ex E-cl, de Francia-Bélgica).

En este segmento sobresale la presencia del único actor chileno importante, la eléctrica Colbún, ligada al grupo Matte.

En el negocio de la transmisión, la presencia se intensifica. En la red troncal resalta la presencia de Transelec, del fondo canadiense Brookfield, mientras que en la subtransmisión compiten además con Emelat y Emelari (ambas de CGE, hoy ligada a la catalana Gas Natural Fenosa); Engie (Europa); Saesa (de los canadienses OTPP y Alberta Investment Management), además de Endesa y AES Gener.

El experto eléctrico y académico de la UC, Hugh Rudnik, explica que el ingreso de capital extranjero en esta industria fue paulatino, y se produjo luego de la privatización de las empresas estatales, a fines de los 80, en que gran parte de las compañías pasaron a manos de inversionistas locales. Solo a partir de fines de los 90 se produce la entrada de grupos internacionales, en parte porque las compañías chilenas habían alcanzado un tamaño mayor, y requerían de una gran inyección de capital para seguir creciendo tanto en el país como en América Latina.

“El capital extranjero en el sector eléctrico ha traído beneficios en términos de ingreso de nuevas tecnologías, distintos modelos de negocios y gestión y experiencia”, reflexiona Rudnik, quien destaca que la reciente ola de inversiones en las energías renovables no convencionales insufló un aire nuevo a esta industria.

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