Chile
En la oportunidad el Subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, enfatizó que la Formación Técnico Profesional (FTP) se debe abordar con una mirada integral y destacó, además, que se debe ajustar a las necesidades del sector productivo.
Jueves 06 de Diciembre de 2018.- Representantes del mundo público, productivo y formativo, se dieron cita hoy en el II Seminario Internacional organizado por Eleva, “Nuevos Técnicos para la Industria del Futuro”, que tuvo por objetivo analizar los desafíos y oportunidades de innovación de la Formación Técnico Profesional en la industria minera en un escenario marcado por la transformación digital.
La actividad contó con la participación del Raúl Figueroa, subsecretario de Educación; Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero y presidente alterno del Consejo Directivo de Eleva; Hernán Araneda, gerente de Desarrollo Humano de Fundación Chile; Daniela Kework, directora ejecutiva de Eleva; Juan Eduardo Carmach, jefe de la Unidad de Desarrollo Estratégico del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (SENCE); Ana María Rabagliati, presidente del Consejo de Competencias Mineras, entre otros.
En la oportunidad el Subsecretario de Educación, Raúl Figueroa, señaló que es crucial pasar a la acción y tomar medidas concretas para hacer de la Formación Técnico Profesional un camino virtuoso de mayores oportunidades para los jóvenes: “nuestro desafío permanente es instalar capacidades en escuelas, liceos”.
Figueroa explicó que “debemos abordar la formación técnico profesional con una mirada integral que contempla la educación media TP, la educación superior TP y las capacitaciones. Estas etapas tienen que ir necesariamente de la mano con el sector productivo para que nuestros jóvenes tengan reales oportunidades laborales”.
La autoridad realizó un llamado a valorar las iniciativas público-privadas que están hoy en desarrollo. En ese sentido destacó el trabajo que está realizando Eleva al promover el impulso privado en la materia.
En esa línea, el gerente de Desarrollo Humano, Hernán Araneda, se refirió a las lecciones aprendidas y a los desafíos en estos cerca de dos años del programa Eleva: “Eleva ha sido un modelo ejemplar por el grado de involucramiento de diversas instituciones, organismos y empresas. En este sentido, la visión de la minería respecto a sus necesidades es fundamental para que las herramientas como el Marco de Cualificaciones sintonicen con esos requerimientos. Este programa involucra formación de docentes y directivos con una serie de herramientas para implementar la lógica de cualificación y sus distintas componentes”.
Uno de los indicadores más relevantes de Eleva -según enfatizó Araneda- es que los estudiantes que cursen programas con sello CCM aumenten su probabilidad de ingreso al mercado del trabajo, “ya sea en la cadena de valor minero o en otros empleos de alta calidad. Y que puedan reducir sus períodos de búsqueda de empleo”.
Modelo basado en desafíos
El Seminario dio cuenta, además, de la experiencia australiana y mexicana en materia FTP, que en base a modelos educativos innovadores están permitiendo a los futuros profesionales, ser capaces de enfrentar los retos y oportunidades del Siglo XXI.
La Directora Internacional en Educación de TAFE Directors Australia, Jen Bahen, se refirió a la experiencia del organismo que representa a los institutos de educación técnica y superior de ese país. TAFE ha dedicado sus esfuerzos por años a liderar la promoción de habilidades de calidad en la materia y a administrar una gama de proyectos internacionales de educación y capacitación en cooperación con sus institutos.
Bahen relató que la Formación Técnico Profesional es crucial para la innovación de los trabajos en Australia y que incluso se espera que sea más determinante en el futuro.
Por su parte, Rafael López, director de Diseño y Calidad Académica del Tecnológico de Monterrey, se refirió al modelo Tec 21, que basa su éxito en mejorar la competitividad al potenciar las habilidades y desarrollar las competencias requeridas en los diferentes campos profesionales.
“Esta ha sido una experiencia de varios años de trabajo en el Tecnológico de Monterrey buscando innovar, de tal manera, que podamos vincular el aprendizaje de los estudiantes y el trabajo de los profesores con el entorno. Este modelo basado en retos, que es el eje sobre el cual gira la interacción entre profesores, estudiantes y el entorno nos parece que es una forma de darle mucha más fuerza al aprendizaje, haciéndolo más significativo y permitiendo una mejor interacción entre la institución educativa y el entorno”, precisó López.
Según detalló, la construcción de este modelo les ha permitido tener una educación basada en competencias, “creemos que puede servir como una referencia y oportunidad para otras instituciones, particularmente en los niveles técnicos donde la vinculación y la conexión con el entorno es fundamental”.
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