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El Salvador

Empresa asegura que las operaciones no afectarán afluentes cercanos a la mina.

28 de Mayo de 2012.- La futura explotación a gran escala de la mina Cerro Blanco, ubicada en Asunción Mita, Guatemala, pondría en grave peligro la calidad del agua del río Lempa al generar tal grado de contaminación con metales pesados y elementos químicos (cianuro principalmente) que sería imposible potabilizarla, señala el Gobierno salvadoreño.

“Eso sería muy grave para El Salvador, si se comenzara a hacer una explotación a gran escala porque pondría en riesgo la posibilidad de consumir el agua del río Lempa”, manifestó recientemente Salvador Sánchez Cerén, vicepresidente de la República.

Asunción Mita está ubicada en la denominada cuenca alta del Río Lempa, compartida por Honduras, Guatemala y El Salvador, y posee quebradas que pasan por Cerro Blanco y alimentan al río Ostúa, el cual tributa sus aguas a la laguna de Metapán.

En nuestro país, las aguas del río Lempa son utilizadas para generación eléctrica, riego y consumo humano. La planta Las Pavas, ubicada en San Pablo Tacachico, La Libertad, potabiliza casi la mitad del agua que consumen los habitantes de 13 municipios del Área Metropolitana de San Salvador.

Una contaminación del más grande y principal río del país es de tal preocupación que la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA) ya contempla alternativas ante una posible contaminación (nota secundaria).

El tema es considerado asunto nacional, por tanto el liderazgo lo lleva el Ministerio de Relaciones Exteriores, el cual ha conformado un comité que tiene un equipo técnico en el que participan Plan Trifinio, Medio Ambiente, Agricultura y la ANDA, entre otros.

De acuerdo con Sánchez Cerén, el Gobierno está tratando de hacer todas las gestiones diplomáticas con Guatemala porque hay dos visiones respecto a la minería: una de limitaciones en nuestro país por ser pequeño y los posibles daños a las fuentes de agua, mientras que allá hay autorización para desarrollar proyectos de este tipo.

Por tanto, el tema trasciende la esfera del Plan Trifinio, aunque se trabaja por sensibilizar a los vicepresidentes de Guatemala y Honduras, sin encontrar a la fecha una respuesta debido a la reclamada soberanía de cuencas y la interpretación que se hace al respecto en el Tratado Trifinio.

“En el área transfronteriza la soberanía es limitada, pero son conceptos que entran en el enfoque jurídico internacional. Ahí cancillería tiene que hacer los estudios y análisis, pero se está preparando un planteamiento integral para enfrentar el tema”, señaló el vicepresidente salvadoreño.

Miriam Hirezi, directora ejecutiva nacional del Plan Trifinio, informó que sostuvo una reunión con las comunidades salvadoreñas cercanas a la mina Cerro Blanco, tras recibir una carta en la que expresaban su preocupación por la contaminación que generaría la extracción de metales y solicitaban que el Gobierno de El Salvador pida a Guatemala que se pare la actividad minera.

“Nosotros no tenemos la potestad de hacer eso, no podemos, pero sí hacer un monitoreo de los recursos hídricos para ver los niveles de contaminación. Contamos con asistencia técnica como la del Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés), que puede hacer los análisis”, expresó Hirezi.

La funcionaria dijo que El Salvador enfrenta la dificultad de no contar con análisis certificados que revelen el comportamiento de los niveles de contaminación, lo cual pudiera lograrse con el OIEA.

Agregó que la comisión interinstitucional encabezada por cancillería analiza el tema desde un enfoque jurídico, diplomático y técnico para determinar “qué se va a hacer con respecto a esta amenaza”.

El Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio (CEICOM), señala en su primera evaluación físico–química de aguas superficiales y subterráneas de los alrededores de la mina Cerro Blanco, realizada por Cidia Cortés, que en la quebrada de agua termal que Entre Mares de Guatemala (subsidiaria de Goldcorp) utiliza como vertedero pueden observarse altos niveles de concentración de arsénico, litio, fluoruros y boro.

“Esta primera evaluación, cuando aún no inicia la extracción propiamente dicha de oro y plata, deja ver que, iniciada las operaciones extractivas, aumentarán los niveles de metales pesados en las descargas de invierno. El impacto al Ostúa y lago de Güija es inminente en el mediano plazo, extendiéndose y aumentando la contaminación del río Lempa”, dice la investigadora.

Manejo seguro

Consultados al respecto, representantes de Entre Mares de Guatemala y Goldcorp dijeron a través de una misiva que “Cerro Blanco trabaja de manera transparente, responsable y segura con el medio ambiente, como parte de un proceso sostenible; además de estar circunscrito a las leyes nacionales y a los parámetros internacionales”. 

Señalaron que la gestión ambiental es un tema clave para la operación minera responsable, sobre todo para Cerro Blanco, por lo cual para la elaboración del estudio de impacto ambiental se utilizaron los criterios más exigentes de minería, aceptados nacional e internacionalmente, aplicando los estándares más estrictos y bajo un proceso debidamente auditado.

Goldcorp es respaldada por la certificación en el Código Internacional del Cianuro de varias de sus minas, siendo Marigold (ubicada en Nevada, Estados Unidos) la primera en el mundo en certificarse.

“Dicha certificación garantiza el manejo seguro de este químico utilizado en el proceso minero, el cual es otorgado luego de verificar la protección de la salud, seguridad del trabajador, el almacenamiento, manejo y cumplimiento de normas requeridas por el Instituto Nacional del Código de Cinauro con sede en Washington, D.C., Estados Unidos”, agregaron. 

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