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Argentina

Los recursos minerales son imprescindibles para un sinfín de actividades económicas como la construcción, entre otros.

07 de Mayo de 2012.- La evolución del ser humano y el desarrollo de las civilizaciones han estado íntimamente ligados a la utilización de los recursos minerales. Tan marcada ha sido su influencia que se ha recurrido a ellos para marcar los grandes periodos  de la prehistoria; tradicionalmente ésta se ha dividido en Edad de Piedra y Edad de los Metales.

El sílex (la piedra), el cobre, el bronce (obtenido a partir de minerales de cobre y estaño) y el hierro fueron, pues, los primeros recursos minerales emblemáticos utilizados por el hombre.

A estos se fueron incorporando otros muchos, como el oro, la plata, el plomo, el mercurio, los mármoles, las arcillas, el litio, el bórax, etc.

Hoy en día el listado es casi imposible de reproducir y basta echar una mirada a los diferentes elementos que nos rodean, para comprender la amplísima utilización de los productos minerales en la casi totalidad de los productos consumidos en nuestra vida cotidiana.

En resumen los recursos minerales son imprescindibles para un sinfín de actividades económicas como la construcción, las obras públicas, la industria, la agricultura y un largo etcétera.

Los minerales y sus derivados están omnipresentes en nuestra vida diaria, desde que nos cepillamos los dientes al levantarnos, hasta que ponemos nuestro despertador a la hora de acostarnos. 

Incluso los productos de origen vegetal o animal que utilizamos (madera, ropa de fibras naturales) no podrían fabricarse hoy en día sin la imprescindible contribución de herramientas hechas con productos minerales.

A pesar de nuestra enorme dependencia por los recursos minerales y sus derivados, tanto mayor cuanto mayor es el grado de desarrollo de nuestra sociedad, existe hoy día un rechazo, variable según las zonas, hacia las explotaciones mineras.

Parecería como si algunos ciudadanos no fueran conscientes de la necesidad de los recursos minerales, como si usar un teléfono, prender una radio, o utilizar un cuchillo para cortar un pedazo de carne, fuesen actividades que no se realizan habitualmente.

Pero como es sabido, la minería sufre de una imagen de actividad generadora de fuertes impactos ambientales; bien ganada mala fama porque hasta épocas muy recientes el concepto de sustentabilidad ambiental no encontraba cabida en los planteamientos estratégicos de las empresas mineras.

Sin embargo, no parece éticamente sostenible, que siendo grandes consumidores de materias primas minerales, se eluda asumir la co-responsabilidad de su extracción con argumentos medioambientales. 
Gracias a los avances tecnológicos y a los nuevos planteamientos ambientales, pueden corregirse los impactos ambientales negativos de la actividad minera, siendo obligación del estado por una parte legislar fuertemente en esta materia y por otra hacer cumplir dichas normas.

Pero son las mismas empresas mineras quienes deben cumplir acabadamente con los controles autoimpuestos (normas de higiene y seguridad de cada una de ellas) como así también practicar "a pie juntillas", el cumplimiento de toda la normativa legal.


Eltribuno.info
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