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Chile

Algunos operadores evalúan el modelo para su posible implementación, pero otros lo ven con escepticismo.

27 de Diciembre de 2010.- La escasez de agua en las zonas mineras, principalmente del Norte Grande, está llevando a las compañías del sector a buscar alternativas que cada vez tienen asociado un mayor valor económico. Esto, porque este recurso es fundamental para sus procesos productivos.

A raíz de esto, el agua, al igual que la electricidad, está empinándose entre los ítems más importantes en la estructura de costos de la minería.
De ahí que el resultado de decisiones como la implementada por el grupo Luksic, de adaptar sus sistemas para utilizar agua de mar sin desalar en Esperanza ­su más reciente proyecto, próximo a iniciar su operación en régimen­ tiene expectante al resto de la industria.
Tal como señaló recientemente el gerente general de la minera Esperanza, Christian Thiele, varios ejecutivos del sector cuprero, como el presidente ejecutivo de Codelco, Diego Hernández, han visitado esta nueva faena. Ellos, comentó el ejecutivo, no sólo buscan conocer el sistema de abastecimiento hídrico, que demandó US$ 350 millones de los US$ 2.500 millones de inversión total de la mina, sino que también otras modificaciones que buscan hacer más eficiente el funcionamiento total de la faena, lo que les ayuda a enfrentar el mayor costo asociado a las menores leyes de mineral de cobre que contiene el yacimiento.
Otros operadores de la gran minería se han mostrado más escépticos y esperan ver el resultado que Esperanza tendrá al usar agua de mar sin desalar en el 100% de su operación minera. En Esperanza, Antofagasta Minerals aplicó en gran escala este sistema que debutó en Michilla, donde la producción es cinco veces menor a las casi 200 mil toneladas proyectadas para el nuevo proyecto.
Rossana Brantes, analista ambiental de Cochilco, que recientemente evacuó un informe respecto del uso de agua dulce en la minería, explicó que el agua de mar ­desalada y con sal­ abre espacios interesantes para que la industria minera resuelva el problema de escasez hídrica.
En Esperanza explican que la diferencia entre su modelo y el de desalación es que el segundo requiere más energía.
Las innovaciones que se están desarrollando en Chile no sólo están siendo observadas por operadores locales, sino que también en países con condiciones similares, como Australia.
El sistema implementado por Esperanza opera mediante el bombeo de 630 litros por segundo desde la costa hasta la faena. Para ello instalaron un ducto de 145 kilómetros de extensión, que para llegar hasta los 2.300 metros de altura de la mina requirió la instalación de cuatro estaciones de bombeo (Emol).

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