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Chile

De los principales proyectos en carpeta, el único cercano a concretarse es la Fase V de Romeral, señala esta nota del Diario El Día.

Jueves 24 de Julio de 2014.- En julio del año pasado, la Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO), daba a conocer el informe “Inversión en la minería chilena, cartera de proyectos 2013-2021”, en el cual se informaba que la inversión proyectada para la actividad en la Región de Coquimbo al 2017 sería de USD7.820 millones, con lo cual la zona llegaría al 6,9% de participación en la industria a nivel nacional.

Tres iban a ser los proyectos que se pondrían en marcha durante este periodo. Para el 2014, se esperaba la entrada en operación de Romeral Fase V, del grupo CAP. En tanto, para el 2017 se estimaba que iniciaría operaciones El Espino, perteneciente a la empresa Sociedad Punta del Cobre (PUCOBRE), ubicado en Illapel.

Pero, no obstante, sería el Proyecto de Expansión de Minera Los Pelambres el que significará el 90% de esta inversión proyectada para la región. En ese momento, las proyecciones indicaban que su puesta en marcha se efectuaría el 2021, con un total de recursos que se estimaba en 7 mil millones de dólares, permitiéndole a la principal minera regional duplicar su capacidad productiva.

Con el tiempo, se sumaron, además, los Proyectos de Dominga, de la firma Andes Iron y Cuprum Resources Chile, de capitales brasileños, con su Proyecto Puquíos, ambos ubicados en la comuna de La Higuera.

Actualmente, todos estos proyectos se encuentran en desarrollo, sin embargo, se estima que factores como la baja en el precio del cobre, el encarecimiento en los procesos de producción y la incertidumbre económica podrían generar un retraso en las fechas programadas para su puesta en funcionamiento.

Ya el primer golpe lo recibió la región a poco más de un mes de darse a conocer el informe de Cochilco, cuando el presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals (AMSA), Diego Hernández, anunció que el grupo Luksic, decidió postergar el millonario plan de expansión de Minera Los Pelambres. “Lo que no debe hacerse hoy es concretar proyectos al costo que hemos visto en los últimos años”, indicó en esa oportunidad el ejecutivo.

Juan Carlos Sáez, Presidente del Consejo Regional Minero de Coquimbo (CORMINCO), señala que incluso el 2012 se hablaba de hasta USD10 mil millones de proyección en la Región de Coquimbo. “Ahora, esto en la medida que han ido avanzando los meses se ha ido pescando de varias circunstancias que dicen relación tanto con el frente internacional, que es la baja valorización de los precios de los metales y por otro lado de la problemática que tenemos a nivel nacional”.

En este sentido, el dirigente sostiene que hay tres aspectos fundamentales que se están generando en nuestro país que habrían provocado un cierto freno en estas iniciativas. El primero serían los costos, principalmente los problemas de productividad que tiene la minería en general, que se suman a los problemas de agua y energía y un tercer aspecto la perspectiva de judicialización de los proyectos, lo que a juicio de Sáez también agrega un factor de incertidumbre.

“Todo eso ha ido colocando a la región en un problema en cuanto a cómo se van a continuar desarrollando las inversiones”, enfatizó.

Respecto de cuándo se ve una señal de reactivación que permita acelerar estos proyectos, el presidente de Corminco manifiesta que eso va a depender de las decisiones que tome cada compañía minera, “pero en términos generales lo que necesitamos y lo antes posible son señales claras primero de que el precio de los metales se va a estabilizar y eso no depende de nosotros, porque no hay seguridad de que el crecimiento de China alcance los niveles presupuestados para este año y lo convierten en un factor de dudas para los años 2016, 2017 y 2018 que es el trienio que viene. Eso pone una barrera dura por la cual generalmente las empresas mineras tienden a mirar sus futuros flujos de caja y a detener las inversiones que no sean altamente positivas”.

También habrá que resolver, plantea, los factores negativos internos que estarían influyendo en la actividad. “Las nuevas legislaciones ambientales, esta ola de judicializaciones que han tenido los proyectos energéticos dejan a la minería con un especial temor frente al estar haciendo desembolsos que después no se puedan concretar. Es muy difícil que un negocio pueda prosperar en ese clima”, indica.

Tampoco ayudan en el escenario actual, precisa, temas como la reforma tributaria “donde hay que entender la letra chica y cómo las empresas van a recoger sus flujos, no hay un mecanismo que esté definido y eso agrega un factor de incertidumbre”. 

El Día

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