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Chile

La mayor amenaza que enfrentan los proyectos mineros en el corto plazo son el limitado abastecimiento y los crecientes costos de la electricidad...

16 de Octubre 2012.- El camino de los US$100.000 millones en inversión minera que esperan concretar al final de esta década autoridades y el sector privado chileno presenta muchos obstáculos, dijo un ex ministro de Minería chileno.

Chile es el mayor productor de cobre del mundo, con cerca de 5,4 millones de toneladas métricas del metal rojo al año, y para 2020 se proyecta que el volumen crezca a más 8 millones de toneladas como resultado de dichas inversiones.

Los estratosféricos costos de la energía, la menor disponibilidad de agua, la falta de mano de obra capacitada, la creciente oposición de la ciudadanía a los proyectos mineros y las normas ambientales más estrictas podrían demorar o incluso desbaratar algunas de esas inversiones, dijo Santiago González, quien fue ministro de Minería durante la presidencia de Michelle Bachelet, y ahora dirige el Programa de Desarrollo Minero de la Universidad Central en Santiago.

Además del cobre, Chile también es un importante productor de otros varios metales básicos y preciosos y minerales.

Más allá de su importancia para los mercados mundiales, el sector minero de Chile es crítico para la economía de la nación andina, ya que representa 15% de su producto interno bruto, 20% de los ingresos del gobierno y 60% de los ingresos por exportaciones. La importancia del sector para el país es tan pronunciada que su moneda, el peso, frecuentemente se mueve a la par con los precios del cobre.

Tal vez la mayor amenaza que enfrentan los proyectos mineros en el corto plazo son el limitado abastecimiento y los crecientes costos de la electricidad.

La electricidad representa cerca del 20% de los costos de producción del cobre, y Chile tiene los mayores costos de energía de la región y los segundos más altos de la industria minera mundial, según González.

En los últimos meses, fallos judiciales han suspendido muchos de los mayores proyectos de energía y algunos podrían incluso ser cancelados. Eso sería nefasto para un país que necesita duplicar su capacidad de generación de energía en la próxima década para cubrir la demanda proyectada.

"No es solo un tema de disponibilidad. Los costos sin duda van a subir", dijo González. "Los altos costos de la energía nos hacen perder competitividad. Si tenemos la energía más cara, los proyectos dejan de ser rentables", aseveró.

Debido a que la mayoría de las operaciones mineras de Chile están localizadas en el desierto de Atacama, el agua también es escasa.

Muchas empresas mineras están recurriendo al agua de mar y a plantas desalinizadoras, pero debido a que las minas están ubicadas a grandes alturas en la cordillera de los Andes o en medio del desierto, son necesarias bombas eléctricas para transportar el agua hasta las operaciones mineras, lo que incrementa aún más los costos.

"La disponibilidad del agua es el gran signo de interrogación", dijo González, y añadió que la industria minera debe decir adiós a la extracción de agua desde fuentes de agua fresca.

Unas pocas minas, incluida la mina Esperanza de Antofagasta ANTO.LN +1.99% PLC (ANTO.LN), están usando directamente agua de mar para la mayoría de sus procesos e incorporando tecnología como los relaves espesados con un contenido de agua mucho menor.

Operaciones como las de Esperanza y las plantas desalinizadoras son la solución, según González.

La escasez de mano de obra capacitada, en tanto, no es un problema exclusivo de la industria minera chilena. Los trabajadores capacitados son necesarios en todo el mundo, según dicen frecuentemente ejecutivos de la industria.

Los US$100.000 millones en inversiones requerirán incrementar la fuerza laboral del sector minero en 60% para completar esos proyectos, estima el ex ministro. Añadió que aunque la minería no es una actividad intensiva en el uso de mano de obra, requiere trabajadores altamente capacitados, especialmente considerando las nuevas tecnologías que están siendo usadas en la industria, como la lixiviación, palas y grúas telecomandadas y camiones completamente automatizados.

Diego Hernández, presidente ejecutivo de Antofagasta y ex presidente ejecutivo del gigante cuprífero estatal Corporación Nacional del Cobre de Chile, dijo recientemente que no es optimista sobre esta cartera de inversiones debido a que los proyectos ahora demoran mucho más tiempo en entrar en funcionamiento.

"Si antes los proyectos mineros estaban previstos hacerlos en seis años, ahora se harán en doce12", dijo Hernández.

Pero además de esas restricciones, la industria minera chilena está enfrentando nuevos desafíos: ciudadanos y comunidades empoderados que están llevando a la justicia sus inquietudes sobre la posible contaminación relacionada con la minería, en busca de normas ambientales más estrictas.

"La gente se siente más afectada por los proyectos y eso hace que las empresas se vean obligadas a ser más exigentes y que respeten más el medio ambiente", indicó.

El ex ministro, miembro del Partido Radical -de centro izquierda- que forma parte de la coalición opositora Concertación, criticó al actual gobierno conservador por no tener una política clara respecto del futuro de la industria minera.

El Consejo Minero también ha advertido que el agua, la electricidad y las limitaciones laborales están dificultando las nuevas inversiones en el sector.

Luego del rescate de los 33 mineros atrapados bajo el desierto de Atacama en 2010, el gobierno prometió mejorar la seguridad y enviar un proyecto al Congreso, el cual establecería normas de seguridad minera más estrictas e incrementaría la supervisión del gobierno. El altamente anticipado proyecto no fue aprobado por el Congreso.

González también critica la falta de progreso del gobierno en el desarrollo de un mercado de capitales local para las inversiones mineras y por no incrementar las inversiones destinadas a mejorar los datos geológicos básicos del país.

Esos dos objetivos también figuraban entre los planes del gobierno de Bachelet. Pero ninguna administración ha sido capaz de poner en marcha planes para un mercado de capitales que pueda ayudar a financiar al sector minero, que requiere grandes inversiones, semejantes a los que tienen Canadá y Perú.

El Ministerio de Minería de Chile y su ministro, Hernán De Solminihac, no respondieron a los pedidos de comentarios (The Wall Street Journal Americas).

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