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Chile

5 de Marzo de 2012.- Salvo Andina y El Teniente, de Codelco, y Los Bronces, de Anglo American, la gran minería de cobre se asocia con exclusividad al norte del país. Sin embargo, hay una región que ha quedado relegada de esta actividad, mirando de lejos como la extracción del metal rojo dinamiza las economías de las zonas vecinas y eleva la calidad de vida de sus habitantes: Arica y Parinacota.

A lo largo de los años, y salvo emprendimientos menores, ligados principalmente a pirquenes, la minería no ha podido desarrollarse en esta región. ¿La razón? En rigor son varias. En primer lugar, la escasez de recursos, pues, de acuerdo con las exploraciones hechas por distintas mineras, la riqueza pareciera haberse quedado del otro lado de la quebrada Camarones. Pero también hay factores diplomáticos, pues la cercanía de Perú es un tema, como también lo es la falta de información geológica.

Pero en los últimos años, la tendencia ha ido cambiando y ya se cuentan proyectos en la zona por unos US$2.500 millones. Esto, ligado a un proceso de inversiones llevado adelante por mineras privadas, pero también por un esfuerzo del gobierno que busca desarrollar esta actividad en una zona con una economía alicaída, y que busca repuntar.

La mayor de estas iniciativas es la construcción de la mina de manganeso Los Pumas, de minera Hemisferio Sur en Putre, que suma unos US$100 millones y el proyecto Choquelimpe, también en esa comuna, que considera una inversión de US$150 millones. El resto de los recursos corresponde a iniciativas en etapas de exploración.

A esto se suman otras cifras. Mientras en 2010 se contaban 760 concesiones de exploración minera, en 2011 la cifra se empinó a nada menos que 2.104, lo que representa un incremento de 64%. Respecto a concesiones de explotación, se elevó desde 189 permisos en 2010 a 229 un año después, 17,5% más.

Similar aumento mostró el pago de patentes mineras. En 2008, alcanzaban los $285 millones, y en 2011 subió a $1.431 millones.

El ministro de Minería, Hernán de Solminihac, refrenda esta situación, pero dice que el desafío es avanzar más. "Hay un cambio de tendencia, pero hay que profundizar ese crecimiento y uno de los ejes del desarrollo en minería que está llevando adelante este gobierno es Arica. En ese desarrollo está claramente identificado el eje minero", plantea la autoridad.

Para los distintos gobiernos, del signo político que sean, Arica ha sido un dolor de cabeza principalmente por su estancamiento en relación con sus vecinas Iquique y Tacna, pero también por el interés en robustecerla, precisamente con fines de soberanía.

Para el alcalde (s) de Arica, Osvaldo Abdala, el crecimiento de la minería en la región es algo positivo, por una parte, porque implicará dinamismo económico y, además, una regularización de la situación familiar, pues es muy común que los jefes de hogar trabajen en faenas mineras en las regiones Primera y Segunda.

Sin embargo, existe preocupación por dos cosas: por un lado, no quieren convertirse en una ciudad dormitorio con una gran población flotante, con los problemas de seguridad que eso podría acarrear.

Por otro, el encarecimiento de precios, por ejemplo en el arriendo de viviendas (Pulso).

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