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Chile

Esta fuente energética cuenta con una cualidad que ni las centrales solares ni eólicas pueden mostrar: su factor de planta cercano a 100%. Es decir, no depende de si hay viento o sol, opera al máximo siempre. El problema es que al igual que otras ERNC, no logran insertarse en los procesos de contratos con grandes clientes. Y por ello, nadie las financia.

05 de Noviembre 2012.- El sector desarrollador de geotermia en Chile incorpora a varios actores, pero sólo tres tienen planes de hacerlo a gran escala y, por ello, están realizando fuertes inversiones en el país. Se trata de Geoglobal Energy (GGE), Enel Green Power y Energía Andina (Antofagasta Minerals y Origin Energy), que en conjunto ya han gastado US$250 millones en exploraciones.

El problema es que toda esta inversión aún no se traduce en producción. A la fecha, no existe un sólo MW operativo con esta tecnología en Chile, y los proyectos que asoman son de tamaño más bien pequeño. Es así como GGE planea para el próximo año dar el vamos a su primera central conectada a uno de pozos productivos que han sido pinchados en la fase de exploración avanzada. Este se conectará a la red eléctrica local, por lo que tampoco tiene mucho espacio para crecer, salvo una inversión grande en transmisión.

Lo que acusan las empresas desarrolladoras es falta de apoyo estatal. Pero no en términos monetarios, pues están dispuestos a asumir el riesgo de exploración, a pesar de que salvo algunos trabajos hechos por la Corfo hace casi 30 años, no existe información básica para comenzar a trabajar.

En las últimas semanas, ejecutivos de las principales empresas del sector han asistido a las sesiones de la comisión de Minería y Energía del Senado, instancia en la que han dado a conocer cuáles son los cambios que, a su juicio, permitirán que la energía geotérmica despegue.

Rüdiger Trenkl, gerente general de GeoGlobal Energy Chile, hizo una presentación hace algunas semanas en el Congreso, donde señaló que entre las principales dificultades para el desarrollo de la geotermia en Chile existen algunas que son propias de la industria y de la actividad, como la escasez de campos probados, lo que se traducen en un lento desarrollo de proyectos de carácter greenfield, a lo que se suman complejidades de carácter geográfico. “La zona de los recursos es generalmente inhóspita y de difícil acceso, con zonas volcánicas, altura, nieve y otros”, planteó el ejecutivo.

Otro aspecto clave es el elevado costo de la perforación de pozos en Chile, lo que se relaciona a la falta de una industria petrolera a nivel local, dado que son estos equipos los que permiten realizar perforaciones para geotermia. Esto deriva en que deba encargarse las máquinas a otros países (principalmente EEUU), con un valor de hasta 3 veces más caro que en cualquier otro país en el que exista una industria geotérmica.

La lejanía de las líneas de transmisión (los pozos suelen ubicarse en la alta cordillera, lejos de los centros de consumo) es otra dificultad que conspira en contra del despegue geotérmico.

Pero más allá de todas estas particularidades, la mayor de todas es la modalidad de contratos entre grandes clientes y generadores, conocidos como PPA. Para financiar un proyecto, los bancos requieren de PPA firmados, lo que permite asegurarle a la entidad un flujo de caja estable durante un determinado espacio de tiempo.

“El mercado eléctrico chileno no es conducente a la entrada de nuevos actores, en especial a aquellos con nuevas tecnologías y alta inversión inicial. No podemos participar en las licitaciones de las distribuidoras, debido a las condiciones y los tiempos (65% del mercado del SIC). No hay clientes dispuestos a concertar precios y condiciones bancables, de largo plazo y para un horizonte de proyecto geotérmico y los incentivos de los atributos ERNC no funcionan”, agregó Trenkl frente a la comisión de Minería y Energía del Senado.

Nelson Muñoz, ex hombre fuerte del área de exploración de ENAP y actual principal advisor de Origin Energy en Chile (socio de Antofagasta Minerals en Energía Andina), dijo en un seminario organizado por el Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA), que el tema pasa por el temor de los inversionistas financieros. “La mayor barrera es la baja cultura en este país de la gestión de capital de riesgo. Porque la rentabilidad potencial de los proyectos con los valores esperados son altísimos”, señaló.

Piden un tratamiento distinto
El principal tema de preocupación de la industria es el cambio que se está analizando a nivel político de la ley de geotermia, que tiene diez años y que, teniendo en cuenta el lento desarrollo del sector, requiere modificaciones.

Si bien la geotermia, como energía renovable no convencional que es y que así está descrita en la normativa, está incorporada en la ley de ERNC (con el correspondiente atributo e incentivo para su materialización) en la práctica las empresas creen que debería tener un tratamiento distinto.

La principal razón para que así se haga es el factor de planta. Mientras las centrales eólicas y solares sólo operan cuando existen buenas condiciones de sol o viento, lo que ocurre menos de la mitad del tiempo, la geotermia opera a full capacidad todo el día y toda la noche, llueva o truene, pues su combustible es el inagotable calor de la tierra.

De esta manera, dependiendo del potencial de desarrollo y la cantidad de proyectos que logren materializarse, no es descabellado pensar que varias centrales de este tipo podrían reemplazar a gigantescas turbinas a carbón u otro combustible fósil. Pero para eso, al igual que hace una década, faltan años.

 

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