Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata

Internacional

Miércoles 03 de Julio de 2013.- En conversación con ESTRATEGIA, el periodista y politólogo peruano, director del Center on Global Prosperity del Independent Institute en Washington, afirmó que respecto a China ha habido una “sobrerreacción”.

—¿Cómo evalúa el ruido que han generado los anuncios de la Fed?
—Por años los mercados han vivido bajo los efectos de una droga, que ha abaratado la propiedad en EE.UU. y la refinanciación de ésta y tenido un efecto alcista en el mercado de acciones. Todo esto ha sido producto de una distorsión, que además ha dado a los agentes una señal de perdurabilidad. De pronto la Fed anuncia que acabará con esta intervención, y en los mercados se produce un típico síndrome de abstinencia.

—¿No es paradójico que se prefiera la droga que la salud económica?
—Así es. Así es como invierto y como debiese invertirse, no haciendo caso a los elementos superficiales sino a los fundamentales, por eso a mediano plazo esto no va a ser un problema, y a quien esté hoy día viendo con pánico el declive de sus acciones le digo humildemente que tenga paciencia. Pero lamentablemente así no funcionan los mercados en el corto plazo y más en un momento de tanta intervención. Lo he dicho antes, esta política absurda iba a generar una dependencia con efectos dramáticos cuando se acabara, y aún falta por ver cuando todo ese dinero que se ha acumulado en las reservas salga al mercado.

—¿Cómo afecta a Chile esto y, al mismo tiempo, la inquietud por China?
—Chile percibe un problema en la medida en que hay una salida de los mercados emergentes. Otro problema más inmediato es el precio del cobre, hay una presión bajista y ahí está jugando mucho la percepción de lo que pasa en China, donde ha habido una sobrerreacción. Chile va a tener que acostumbrarse por un tiempo, no a mediano plazo, a cobre en US$3, US$3 y poco, pero a medida que la economía china siga en lo fundamental, muy sólida, no veo porqué tenga que mantener los precios actuales.

—¿No existe, acaso, justificación para preocuparse por el gigante asiático?
—En China hay varios problemas. Están esta transición que implica en lo inmediato que el consumo interno no pueda sustituir las exportaciones, entonces ya no se crece al 10% sino al 7 y tanto. Este problema es transitorio. Otro, un poco más delicado, es el financiero, que siempre fue una debilidad, porque el nivel de control del gobierno chino sobre el sistema bancario es muy grande. Así, prestó demasiado dinero y ahora que se ha dado cuenta que en algunas áreas ha habido sobreinversión. Obviamente han empezado a contener un poco más el crédito, y eso ha provocado el efecto psicológico al frenar un poquito la economía. Pero si el Gobierno no permite que esas inversiones excesivas se liquiden y las mantenga artificialmente a flote, como ha pasado en los países desarrollados, puede empezar a caer en una desaceleración más prolongada.

—¿Cuál es la probabilidad de que esto pase?
—Si bien ha habido una señal mixta en los últimos días desde el Gobierno con el crédito, aflojando un poco para aliviar la tensión, veo que son muy conscientes del peligro. Si tuviera que hacer una apuesta, diría que ellos van a mantener una disciplina por lo menos gradualmente, con lo cual estaríamos hablando de un bache económico temporal.

—¿Cuánto puede impactar este bache?
—En última instancia, y lo que finalmente importa, es que en China hay dos elementos muy positivos, el primero es una gran cantidad de ahorro, y el segundo es una importante movilidad de los factores de producción. Si eso sigue así yo no tengo temor por el futuro de la economía china, para nada.

—¿Cuánto crecería el país este año?, las estimaciones se sitúan entre 7,4% y 7,8%...
—Van a estar por ahí, por debajo de 7 este año lo veo imposible, me parece que 7,4 o 7,5, probablemente entre 7 y esas cifras.

—¿Qué se puede esperar, en tanto, para el precio del cobre?
—En el corto plazo hay una perturbación general del ambiente, por cuanto este lapso no es determinante, pero para el mediano y largo China es fundamental. Si mantiene tasas de crecimiento del 7%, una vez que pase esta turbulencia, no veo ninguna razón para la que el cobre esté por debajo de los US$4 o incluso podría subir más. Si la tasa se ubica en torno al 5% o 6%, quizás haya que acostumbrarse a vivir con un cobre que no supere los US$4. Pero no debería ser así. Si lo que digo es cierto, no hay ninguna razón para que el cobre esté debajo de los US$4 o US$5 incluso.

Anuncio Tributario

—Tras constatarse una leve moderación en la economía chilena, ¿qué espera?
—En general la veo bastante bien. La dinámica de la inversión todavía es muy alta. A menos que se produzca una situación internacional que frene significativamente la inversión en los mercados emergentes no veo que eso tenga que cambiar. La alta inversión va compensar si hubiese una pequeña desaceleración externa en un corto plazo.

—¿Cuánto espera que crezca el país este año?
—Es imposible decirlo aún, porque las turbulencias de corto plazo pueden todavía tener un efecto. Me parece difícil que llegue al 5%, en ningún caso por debajo del 4%, así que yo lo situaría en un punto entre medio, pero no descarto que en la segunda parte del año haya una aceleración y de pronto llegue al 5%.

—¿Cómo podría afectar la inversión una reforma tributaria como la planteada por la candidata Bachelet?
—Una sola medida, incluso una equivocada por sí sola no va a bastar para perder la confianza en un modelo como el chileno. La eliminación del FUT es una medida muy equivocada, que le resta un fuerte incentivo a la reinversión. Ahora, si sólo fuese eso no es el fin del mundo, las empresas chilenas van a seguir invirtiendo, pero en el contexto actual, con un cuestionamiento creciente del modelo, una radicalización de la izquierda y una señal permanente de la candidata Bachelet de ser sensible a esas demandas de un modo excesivo, sí pueden en su conjunto generar una disminución de la confianza. Hay que tener un tremendo cuidado con eso. 

Estrategia

Portal Minero