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Argentina

Es parte de infinidad de artículos de uso cotidiano y sus propiedades benéficas para la salud están certificadas. Cómo actúa; su importancia en establecimientos hospitalarios.

Miércoles 24 de Julio de 2013.- Desde el inicio del Imperio Romano se han empleado utensilios de cobre para guardar el agua y cocinar, dado que tiene la capacidad de prevenir la propagación de enfermedades.

Tiempo después, científicos comenzaron a considerar cómo podían ser aprovechadas las propiedades antimicrobianas del cobre para entregar beneficios adicionales.

De hecho, el cobre es el único metal que tiene el  reconocimiento científico como bactericida. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) en marzo de 2008 registró al cobre como un metal con propiedades antimicrobianas aprobando, hasta ahora, más de 400 aleaciones con estas características.

Es importante destacar que ningún plástico, madera, aluminio, acero inoxidable, material para superficies sólidas ni revestimiento ha sido certificado por la EPA como material con propiedades bactericidas.

Contra los patógenos

Las superficies de aleaciones de cobre, inhiben más del 99,9% de bacterias en un promedio de dos horas de exposición, siendo justamente las bacterias, como el caso de la E. coli 0157 y la Salmonella, peligrosos patógenos causantes de múltiples enfermedades, eliminadas por los efectos bactericidas del metal.

En Argentina, un 7 % de la población que ingresa a un centro hospitalario después de dos días de internación es diagnosticado con una infección intrahospitalaria (IH), prolongando una media de 10 días la estadía en el centro nosocomial.

En Estados Unidos, todos los años, el 4,5% de los pacientes hospitalizados desarrollan IH, lo que da como resultado una cifra aproximada de 100.000 muertes, lo que implica un costo que bordea los 35,7 a 45 mil millones de dólares en salud. 

En 2011, los primeros resultados de un estudio amplio, multisectorial de ensayos clínicos en los Estados Unidos, demostró que el uso de superficies de cobre antimicrobiano en habitaciones de unidades de cuidado intensivo mostró tener una reducción del 40,4% en el riesgo de contraer una IH .

Por esta razón, sábanas, fundas de almohadas, ropa de cama, medias y cortinas fabricadas con telas impregnadas de fibras de cobre, pueden reducir la alta tasa de infecciones que bacterias, hongos, virus y microbios producen.

Del mismo modo, se están llevando a cabo aplicaciones en el sistema de infraestructura hospitalaria –portasueros, barandas de camas, botones de llamada, apoyabrazos de silla de acompañante, tiradores de puerta, placas para empuje de puertas, accesorios de baño, accesorios para duchas, controles remoto, dispensadores-; en el sistema de transporte público -como en Chile, donde se utilizan barandas de cobre en estaciones del tren subterráneo- hasta llegar a algo de uso tan cotidiano como un teclado y un mouse de cobre bactericida.

Actualmente, en los edificios modernos existe una gran preocupación acerca de la calidad del aire interior y la exposición a microorganismos nocivos.

Esta preocupación ha creado la imperiosa necesidad de mejorar las condiciones higiénicas de los sistemas de calefacción y aire acondicionado, ya que se cree que éstos son responsables del 60% de todas las situaciones de enfermedades dentro de los edificios.

Una alternativa eficaz es utilizar cobre antimicrobiano en las cañerías de los intercambiadores de calor, en las aletas, en el colector del condensador y filtros, en lugar de materiales biológicamente inertes, para controlar el crecimiento de bacterias y hongos que proliferan en los sistemas oscuros y húmedos.

Y está en todas partes

El cobre está donde quiera que miremos y  constituye una parte fundamental de todo lo que nos rodea. Ducharse con agua caliente, poder desplazarnos en un vehículo, mantener una conversación a través del teléfono móvil, utilizar la computadora, secarse el pelo con un secador, prender un equipo para escuchar música, cocinar con la ayuda de un electrodoméstico, y muchas tantas otras, son situaciones cotidianas que no podrían llevarse a cabo si no estuviera presente el cobre.Este metal semiprecioso, se encuentra en aplicaciones como cableado eléctrico y conectores, chips, cañerías,  llaves, cerrojos, manijas de puertas y barandas.

Hernán Sierralta Wortsman es director de Comunicaciones América Latina de la International Copper Association, Latinoamérica

Diario El Clarín

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