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México

Hablar de un país tan complejo como Chile no es fácil. Como visitante, se antoja describir la cordialidad distintiva de su gente, la limpieza evidente de sus ciudades y carreteras, su disciplina y orden, el respeto de los chilenos a las leyes y normativas, la seguridad que se disfruta y de manera significativa su extraordinario nacionalismo.

Lunes 25 de Febrero de 2013.- Basta recorrer algunas de las modernas carreteras de este sorprendente país en Sudamérica para encontrar evidencia de ello: los memoriales de fallecimientos localizados a la vera de las rutas no solo están acompañados de una cruz, que atestigua su fe religiosa, sino de la bandera de Chile, una muestra simple pero permanente del orgullo de cualquier chileno por su patria. Un país que ha venido reduciendo su nivel de pobreza hasta alcanzar en 2011 un 14.4%.

Además, la realidad es mucho más interesante. Chile es un país con uno de los niveles más elevados de educación en América Latina, superior al 96% que está irrumpiendo en distintas actividades productivas de manera exitosa, su industria vitivinícola es sin duda un buen ejemplo de este dinamismo, gracias a una mejor oferta exportadora de vinos de mesa de excelente calidad hoy se sitúa entre los primeros países en volumen de exportaciones de cepajes tintos como Cabernet Sauvignon, que representa el 48% de la superficie, la uva País (17%), Merlot (15%), Carménère (8%), Syrah y Tintoreras (con un 3% cada una). Entre los cepajes blancos destaca Sauvignon Blanc (31% de la superficie de estos cepajes), Chardonnay (29%), Moscatel de Alejandría (22%), Semillón (6%) y Torontel (4%).

De igual manera, en acuicultura la producción, entre ellas de salmón, ha venido incrementándose y tomando un papel preponderante en la economía de este largo país, con un litoral de más de cuatro mil 200 kilómetros, el equivalente a cuatro veces la distancia entre Londres y Berlín. Como prueba de ello es que no obstante a la grave crisis del virus ISA que obligó a cambios en la normatividad incluidos mayores estándares en materia ambiental y sanitaria, las exportaciones del sector pesquero durante el año 2010 ascendieron a tres mil 200 millones de dólares.

Pero sin duda, la actividad más emblemática y representativa de Chile con apenas 17.2 millones de habitantes, menos del 15% de la población de México, es su minería que representa en su conjunto más de 250 mil empleos directos relacionados con la industria y exportaciones por 48 mil 865 millones de dólares en el 2011 según la SONAMI, lo que contribuye a que Chile haya tenido un crecimiento de su PIB del 6% en éste último periodo, permitiendo a este país andino tener el segundo lugar de PIB per cápita más alto en América del Sur, en el puesto número 28 de Competitividad Mundial IMD 2012.

Los datos en este sector son apabullantes; mientras que Argentina, su país vecino, produce 180 mil toneladas métricas de cobre por año; la industria minera en Chile produce más de cinco mil 400 millones de toneladas anuales, lo que significa más del 32% de la producción mundial conjunta de este metal.

Este logro, sin embargo, no es el resultado casual de su evidente riqueza geológica. Chile ha evolucionado la industria minera mundial gracias a su cultura de trabajo, de su orden y respeto a las leyes, de los valores de los metales y de la aplicación -sin regateos- de normas y estándares en temas de seguridad, en eficiencias productivas, en materia ambiental y de manera destacable -en sustentabilidad- y sigue creciendo.

Sin embargo, los retos no son sencillos: el descenso del 20% en la productividad, según el Anuario 2012 de Cochilco, asociado con menores leyes, mayor dureza y complejidad del mineral, mayores profundidades y distancias de transporte, la tecnología y al incremento y calidad en el número de trabajadores propios contratados en al menos 10 de las principales mineras -incluidas la gigante estatal CODELCO, Pelambres, Anglo American, Escondida y Collahuasi- obliga a la búsqueda inmediata de eficiencias, a través de mejores procesos, ingeniería y disminución de costos entre ellos, a través de más y mejores proveedores.

Pero esto no es todo. Chile tiene problemas estructurales de abastecimiento eléctrico para los proyectos existentes, lo que sitúa en una posición crítica las ampliaciones de nuevos emprendimientos mineros.

De igual manera, el importante volumen de mega proyectos a realizar, a un mismo tiempo ha provocado la disminución sustantiva en la calidad de la ingeniería y la escasez de recursos humanos con adecuadas competencias laborales.

Pero la minería chilena está orientada a los retos.

En una actividad con uno de los menores índices de accidentabilidad, ciudades como Copiapó crecen a un ritmo del 15% anual, muy por encima de economías como la china, atrayendo el desarrollo de otros sectores como la construcción y el inmobiliario. La sorprendente expansión de la industria minera, correlacionado con el crecimiento y demanda de China, ha generando a su vez, según Daniel Barreda de Aquilles, Chile, evidentes oportunidades en áreas de proveeduría como los sistemas de apoyo a la planificación y gestión del negocio minero, de geotecnia, el transporte de explosivos y la administración de polvorines, los climas artificiales y el E-Business entre otros.

Pero, ¿de qué manera se explica esta sorprendente transformación en un país en el que hasta hace pocos años se le consideraba un referente medio por el nivel de su minería? La respuesta es simple: por su cultura. Por su historia reciente, los chilenos son disciplinados y conservadores; el empoderamiento de los mandos intermedios permite un mejor desempeño de sus empresas e industrias por lo que la implementación de mejoras se realiza de manera ágil y eficiente. A esto sumemos un entorno en el que los niveles de corrupción son mínimos, existe certidumbre jurídica y absoluto respeto a las inversiones y a la propiedad privada.

Pero además, la minería es una actividad bien respetada y valorada por la inmensa mayoría de la población. Es decir, existe una positiva percepción de los beneficios de la actividad. Algo que en países como Bolivia, Perú, Costa Rica, Panamá y ahora en México lamentablemente no es así y con un número cada vez más preocupante y creciente de opositores a los trabajos extractivos.

La minería en Chile, a diferencia de México, contribuye con el pago de una regalía o derecho por la naturaleza no renovable de los recursos naturales, lo que equilibra la política tributaria con las empresas mineras extranjeras, quienes a través de recursos legales pagaban pocos o nulos impuestos por su actividad, y así contribuye de manera importante con las comunidades, disminuyendo la pobreza, respetando el medio ambiente, impulsando la sustentabilidad, la comunicación y el vínculo con su entorno social a través de beneficios y apoyos en salud, educación e infraestructura así como integrando a la mujer en sus operaciones.

Para Verónica Toro, Líder de Control de Gestión de Abastecimiento de CODELCO, las mujeres no sólo han tomado mayores posiciones en áreas de operación, y como un ejemplo en el manejo de equipos, sino también ahora en puestos ejecutivos. CODELCO, una empresa del estado, con una ley promedio de cobre de 0.97% tiene utilidades antes de impuestos que superan los cuatro mil 300 millones de dólares.

Para Joel Enríquez, el brillante y auto motivado director de PROMEXICO en Chile, toda esta realidad es una oportunidad para empresas manufactureras mexicanas. “México es el cuarto productor mundial de automóviles y el principal destino de inversiones en aeronáutica; esta dinámica está alineada a una importante base tecnológica y a una fuerte infraestructura en capacidad de manufactura”.

De tal modo que del 17 al 20 de julio, varias empresas mexicanas como DeAcero, Bombas Rodase, International de Navistar Inc., London Consulting, PyroSmart México, Vantage New Century Co, Industrias Metálicas de Monclova, Industrial Agrícola y Minera Encinales y Fensa tuvieron reuniones con ejecutivos de los organismos ENAMI, SONAMI, CORPROA así como con el Comité de Inversiones Extranjeras liderada por Matias Mori, quien busca establecer nuevas alianzas estratégicas para manufacturas a través de asociaciones con actores locales, y ejecutivos de las empresas mineras CODELCO, Barrick y Anglo American en una apretada agenda comercial en lo que se desprende una complementaridad interesante de las fortalezas de ambos países para una industra que compra insumos por 20 mil millones de dolares por año.

¿Interesante? Ciertamente. Para Daniel Barreda de ASB Ingeniería del 2012 al 2020 Chile tendrá más de 107 mil millones de dólares de inversión en minería. Se calcula, por otra parte que en los próximos 3 años exista un faltante de más de 69 mil trabajadores para esta industria con un nivel de ingresos envidiable para sus contrapartes en otros países. Esta visión hace suponer oportunidades económicas de suministro diferenciado de sistemas de gestión de calidad, medio ambiente y previsión de riesgos con una fuerte tendencia a la migración de los servicios y a soluciones integrales.

Los retos en recursos humanos, energía y agua generarán también atractivas oportunidades de negocio. Baste decir que debido a las necesidades hídricas de los procesos se tendrá que dotar de agua obtenida en el océano, desalinizándose en reservorios, a muchos de los nuevos proyectos mineros a alturas promedio de dos mil 400 metros sobre el nivel de mar y a distancias típicas de 150 kilómetros.

Pero para las empresas extranjeras hay un mensaje, según la SONAMI “hay que establecerse en Chile para generar confianza” y conocer el mercado, el who is who. Para CORPROA, los requerimientos de este crecimiento generan oportunidades en ingeniería y construcción, servicios de mantenimientos especializados, manutención de planta, energía, repuestos de chanqueadores, aceros de fundición, maestranzas, logística y transporte.

NTR Zacatecas

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