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Chile

2 de Agosto de 2011.- La industria teme que este evento siente un precedente y aumente la conflictividad laboral. Sindicatos de Codelco y de toda la minería privada han apoyado directamente las negociaciones de los trabajadores. En el piso 7 de Alcántara 3500, a las cinco de la tarde de este jueves, se reunieron los encargados de Recursos Humanos de todas las grandes mineras del país. El tema: el efecto de la movilización de los trabajadores de Escondida, el mayor yacimiento de cobre del país, en el resto de la industria. Las empresas socias del Consejo Minero temían que si la minera operada por BHP Billiton se sentaba a negociar o cedía en algunos de los puntos en conflicto, sentaría un antecedente clave para el resto del sector. Una hora más tarde, a 1.300 kilómetros de Santiago, sus mayores temores se hicieron realidad.

"Por la importancia de Escondida entre las mineras privadas se generó un precedente, sobre todo por ser la primera vez que recuerde en que hay una huelga fuera del proceso de negociación reglada", señala el director del Centro de Estudios del Cobre (Cesco), Juan Carlos Guajardo. Y agrega que "por cierto que las compañías están monitoreando cercanamente el tema", señala.

En Codelco, Diego Hernández ha estado pendiente de la negociación y ha hablado con sus pares de la industria, indican en la estatal. "Para nadie es positivo que se esté creando un clima de hacer paros por motivos no justificados y al margen de la ley", dice el presidente del directorio de Codelco, Gerardo Jofré. El Gobierno ha seguido de cerca las tratativas, a través de la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, quien se ha contactado con el Consejo Minero, incluyendo a su vicepresidente, Jean Paul Luksic.

¿Por qué el temor? "Esto ya lo vimos en el 2006", explica un ejecutivo del grupo Antofagasta Minerals, de los Luksic. No es lo mismo, pero es igual: se refiere a la huelga de ese año que terminó con el pago de un histórico bono de fin de conflicto por $14 millones, tras 26 días de paralización de obras. Esa negociación fijó un "piso" para la industria, ya que después de Escondida venía la renovación del contrato en Spence, Andina de Codelco y Codelco Norte, y las tratativas fueron duras y el valor de los bonos fue subiendo.

En el proceso negociador de 2009 de la empresa de BHP Billiton ocurrió lo mismo: Escondida pagó otro bono "tapabocas", como se le llama en jerga sindical, de $14 millones. Cuando le tocó negociar a Codelco Norte, los mineros de esa división de la estatal rechazaron la oferta de la corporación diciendo que "son migajas". Se referían a un bono de $11,5 millones. El vicepresidente de Recursos Humanos de Codelco de esa época, Francisco Tomic, llegó a decir que la oferta de Codelco "está al límite de lo ético", dado el nivel de los salarios del resto de los trabajadores del país.

El tema de los bonos no es menor. El conflicto de Escondida se gatilló por el bono fiscal year , el importe que entrega todos los años la empresa cuando cierra sus balances de acuerdo al año fiscal de Inglaterra y Australia. Los trabajadores de Escondida rechazaron el beneficio extraordinario de $2,8 millones ofrecido a los trabajadores en junio y pidieron $5,5 millones. "Como los bonos mensuales de producción estaban bajo la expectativa de los trabajadores y atendiendo a los beneficios extraordinarios de la empresa, esperábamos más", señala el vocero del sindicato, Marcelo Tapia.

Aunque este pago desató el conflicto, hay otro punto más estructural: el bono de producción. "No existe una fórmula muy clara, y aunque el trabajador haga todo su esfuerzo, hay meses que lo gana y otros que no", explica Tapia. Y ejemplifica: la expectativa era que el bono de producción mensual llegara a $300.000, pero en promedio sólo se logran $90.000. En este punto, el temor de las mineras privadas es que los sindicatos logren una fórmula para calcular los bonos de producción y que ésta se termine aplicando en toda la industria, pese a que la realidad de cada faena es única.

Una estrategia de las grandes mineras para evitar el costo de las huelgas en la minería es extender los convenios colectivos en más de 40 meses; es decir, sobre los tres años. Las negociaciones que se aproximan son en Spence en septiembre de 2012; Codelco Norte a inicios del 2013 y luego, en 2014, Michilla, Collahuasi y Los Pelambres.

Escondida es un prodigio. Fue por décadas la mina con mejor ley de cobre del país. Produjo en 2010 un total de 1.086.701 toneladas, de las cuales 786.603 correspondían a concentrados y 300.098, a cátodos. Su dotación propia total, incluyendo supervisores, llega a 3.640, con 5.704 subcontratados operacionales.

El grupo BHP Billiton Chile ­donde Escondida es su empresa más importante­ pesa en todo el sector empresarial: sus actividades representaron, en forma directa, el 1,3% del PIB del país y en forma total (por sus inversiones y gastos) un 3,1% de la economía chilena. Un dato: este conglomerado es el mayor contribuyente privado del Estado de Chile y sólo el año pasado pagó en impuestos US$1.519 millones. BHP Billiton Chile calcula que si se suma el valor generado pagando remuneraciones, leyes sociales, bonos y otros aportes, tanto a sus trabajadores como a sus subcontratados, como el aporte al fisco, se tendría que el grupo aportó al país US$8.757 millones sólo el año 2010.

Quiebre legal
Club El Golf 50. La crema y nata del mundo minero asiste a la presentación del Reporte de Sustentabilidad de BHP Billiton el pasado martes. Peter Beaver, presidente de Base Metal de la angloaustraliana, pone un power point con el título "Nuestra Gente: lo que nos permite alcanzar logros". Aunque la empresa trataba de dar una señal de normalidad, el tema Escondida encendía el ambiente.

Durante toda la semana el discurso oficial fue "no negociamos" porque "esta es una paralización ilegal". Pero el jueves 28 de julio, a las 18 horas, cuando las pérdidas ya eran de US$200 millones y se detuvieron los despachos a los clientes, la mayor minera privada del país se sentó a conversar.

Los ánimos en el resto de la industria se desplomaron. "Se quebró el Estado de Derecho, ahora cualquiera puede hacer huelga y en el ambiente político actual, cualquier cosa podría pasar", dice un ejecutivo de Collahuasi.

Los dirigentes mineros saben esto. En este proceso han trabajado codo a codo Raimundo Espinoza, presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) por los sindicatos de Codelco, y Cristián Arancibia, de la Federación Minera de Chile (FMC), de las mineras privadas. Espinoza se retiró el jueves del directorio de Codelco ­donde es miembro de la mesa­ para ayudar en la negociación de Escondida. "Incluso nos echó una ayudita con la ministra Evelyn Matthei y con el Presidente Piñera", asevera el vocero de los trabajadores de Escondida.

Los sindicatos mineros privados, en tanto, aseguraron todo el apoyo que requiera el sindicato movilizado y anunciaron que la FMC "queda en estado de alerta" y si la administración de Escondida despide a algún trabajador de esa empresa, "se realizarán movilizaciones en los otros sindicatos que integran la Federación". No es menor la amenaza: son 22 entidades sindicales y todas las mineras privadas.

Lincon Espinoza, tesorero de Collahuasi, señala que hay un clima de mayor movilización en el sector minero debido a que "hay reivindicaciones transversales en los trabajadores", y que si bien las empresas "tienen la llave de la puerta", en alusión al manejo de los recursos para las remuneraciones, "nosotros tenemos la fuerza y podemos pasar por encima de la puerta".

Las claves para descifrar el ADN del conflicto minero Precio del cobre
Desde 2006 el valor del metal rojo ha crecido en términos nominales 110,1% y esta semana se incrementó en 1%, llegando a US$4,39 la libra de cobre. Este "súper ciclo" del metal explica las altas utilidades de las mineras y el mayor apetito de los trabajadores, que por su alto grado de especialización son escasos.

Efervescencia social
El clima político actual facilita las movilizaciones. "Te queda la sensación de que sólo saliendo a protestar tienes cambios reales", señala un alto profesional de una minera. Pero, aclara, "en los trabajadores mineros hay un aprovechamiento de la situación, porque en esta industria sí tienen instancias de diálogo con las respectivas empresas".

Bonos de producción
No hay un único mecanismo de cálculo para tales bonos; depende de cómo se negociaron en el contrato colectivo. Pero los mineros quieren que se les asegure cierto pago. Por ejemplo, los trabajadores de Escondida tenían la expectativa de recibir en promedio al trimestre $1,2 millones y sólo perciben $270.000 en promedio. Esta reivindicación es común a todas las mineras, señala Lincon Espinoza, dirigente de Collahuasi, que esta semana presentó 10 inquietudes a la empresa, que hoy están analizando.

Condiciones de trabajo
Turnos de 12 horas, trabajos en la alta cordillera, a veces en difíciles condiciones climáticas, labores sobre 4.000 metros sobre el nivel del mar son factores que complican a los trabajadores mineros. Por ello buscan una modificación legal que vaya más allá de los contratos colectivos de cada compañía, señala el director y miembro fundador de la Federación Minera de Chile, Miguel Barraza. Ya le han hecho presentaciones al respecto a la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei. Su meta es que se apruebe el decreto que mejora las condiciones para la minería en altura y que se legisle sobre aspectos que, según los sindicatos, aún no se norman, como el efecto del electromagnetismo, la gran incidencia de cáncer pulmonar en los mineros, la exposición al plomo, arsénico, mercurio y otro metales, etc.

Liderazgos en pugna
Los trabajadores mineros adhieren a dos grandes confederaciones de la industria. Los mineros de Codelco, con 17.000 afiliados, pertenecen a la FTC, presidida por Raimundo Espinoza, quien lleva 16 años en ese cargo y era, hasta hace unos años, el líder indiscutido del sector. Pero desde mediados de la década pasada esta supremacía está en riesgo con la aparición de la Federación Minera de Chile, presidida por Cristián Arancibia, que tiene 22 sindicatos asociados y unos 12.000 trabajadores, todos de la minería privada. Sus reivindicaciones trascienden lo sindical, y de hecho son políticas: el jueves 28 de julio pasado llevaron a cabo una marcha en la capital minera del país, Antofagasta, pidiendo la renacionalización del cobre. Un tercer liderazgo lo ejerce el presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, Cristián Cuevas, que no oculta sus aspiraciones políticas, y de hecho fue candidato a diputado en las pasadas elecciones por el pacto Juntos Podemos (Emol).

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