La Intendenta de Atacama reflexiona sobre cómo vivió el mensaje, "Estamos bien en el refugio los 33"

Chile

22 de Agosto de 2011.- Ximena Matas expresó su sentir y dedicó unas palabras para recordar el momento en el que se supo que los mineros en la Mina San José estaban vivos, tras 17 días del desplome de la mina. La noticia que ocupaba la pantalla de todos los noticiarios, el 5 de agosto del año pasado, estremeció a todo Chile: 33 mineros se encontraban atrapados, bajo 700 metros de profundidad. La autoridad regional supo, ese día, que sobre las autoridades de gobierno recaía la responsabilidad de entregar luz de esperanza o el más profundo pesar a las familias de los accidentados. “Las horas transcurrían lentamente, y todas las jornadas comenzaban a parecer iguales. El agotamiento se incrementaba y el dolor no dejaba descansar al alma. Pero en la mente y en el corazón, jamás perdimos la fe” Así recuerda aquellos días, la Intendente de la región, en una historia que tituló “Estamos bien, a un año del milagro”. En él se aprecia la preocupación que vivieron las autoridades de gobierno al ver que los días pasaban, sin novedades: “Las primeras horas, transcurrieron lentas. El agotamiento de cada jornada, se reflejaba nuestros rostros, aquel semblante, mostraba la gran preocupación que sentíamos, y la incertidumbre de no poder avanzar más rápido, para poder entregar alguna esperanza a todos aquellos familiares que se comenzaban a agrupar en la inmediaciones de la mina”. Matas expresa que la decisión de Presidente Piñera de hacer todo lo posible por sacarlos, fue una motivación para no perder la fe. “se transformó en un imperativo categórico, un “deber ser” para nuestro Gobierno, que jamás bajó la guardia”, expresó en el homenaje escrito. En su relato rememora lo que sucedió ese 22 de agosto del 2010, cuando el mensaje “Estamos bien en el refugio los 33”, escrito por el minero José Ojeda, subió a la superficie trayendo la vida y la esperanza a los presentes. “Fue una inyección de energía, en que pudimos expresar todas aquellas emociones encontradas, que durante 17 días guardamos, fue el día en que nos abrazamos, lloramos y celebramos ante el milagro de la vida, fue la clara muestra que la fe literalmente, mueve montañas.”, detalla la primera autoridad regional. SIGNIFICATIVAS DECISIONES Prosigue y cuenta que, tras conocerse la vital noticia, emociones de ansiedad, amor y pasión inundaron los corazones de los familiares, reporteros y todas las personas que conformaban el Campamento Esperanza. Pero esta felicidad pronto dio paso a un nuevo capítulo en el “milagro de los 33”, pues ahora los ojos del mundo entero se centraban en cómo el Gobierno lograría sacar a 33 personas de una profundidad de 700 metros. “Ahora, con más fuerza que nunca, debíamos buscar la forma de cómo sacar a aquellos 33 hombres, en una experiencia jamás antes vista en la tierra, y en la historia de nuestra humanidad, como llegaríamos a 700 metros de profundidad, con todos los problemas que presentaba la mina, y lo más difícil, en cuanto tiempo podríamos hacerlo, y en qué condiciones podríamos mantener a nuestros mineros. La decisión no era fácil, las opciones tampoco, los ojos de todo Chile y el mundo se centraban en la región de Atacama. De nuestras decisiones, dependía La vida de treinta y tres hombres atrapados, pero, por sobre todo, treinta y tres chilenos, compatriotas, el alma de toda una nación, y la credibilidad de un Gobierno estaba en juego” expresa Ximena Matas en su narración. Además, valora la avezada decisión del Gobierno, la intrépida gestión de los rescatistas, la voluntad de la empresa privada, el apoyo de los profesionales y de todos aquellos que siempre creyeron que había que sacarlos con vida. Concluye “Hoy, a un año de la tragedia, reflexionamos y valoramos la decisión valiente y decidida de nuestro Presidente, de realizar todo lo que estaba a su alcance para rescatar a los mineros atrapados” (Diario Chañarcillo).

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