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Chile

Viernes 06 de Septiembre de 2013.- La falta de inversión en nuevas fuentes de generación, la creciente estrechez de transmisión, la sequía que enfrenta el país y la falta de voluntad para llegar a acuerdos que permitan viabilizar la agenda eléctrica. Todos son elementos que están golpeando a la industria manufacturera chilena, en particular aquella que se abastece del Sistema Interconectado Central, que durante el invierno ha visto precios cercanos -y varios meses, por sobre esa cifra- a los US$200  por MWh, más que duplicando lo que se paga en el SING (en el norte) y varias veces más que en Perú u otros países vecinos.

Si bien todos los temores sobre el efecto de la energía permanecían hasta ahora relegados a la arena teórica, ayer hubo dos anuncios en el sentido contrario. El déficit de oferta competitiva de electricidad ya está impactando a las empresas chilenas y obligándolas a paralizar operaciones.

El primer anuncio vino de CMPC. La Papelera, empresa ligada a la familia Matte -que además controla la eléctrica Colbún- resolvió paralizar las operaciones de su planta de papel periódico, perteneciente a la filial Papeles Río Vergara, ubicada en la comuna de Nacimiento, región del Biobío.

La medida se hará efectiva el 30 de noviembre próximo, una vez que finalicen los contratos comerciales todavía vigentes. “Esta es una situación que obviamente no queríamos que ocurriera, por ello trabajamos mucho tiempo para conseguir opciones que evitaran este hecho, pero no fue posible”, sostuvo Hernán Rodríguez, gerente general de CMPC.

La medida fue la última de una serie de decisiones que tomó La Papelera para mantener la viabilidad de sus operaciones en Río Vergara. El apogeo de la planta se dio entre 2000 y 2011, cuando se produjeron 200 mil toneladas anuales. Ya en 2012 se había reducido la capacidad a 130.000 toneladas y este año se esperaba producir 60 mil toneladas.

¿Por qué paralizar sólo esta línea?   Se trata de un proceso muy intensivo en el uso de energía. Mientras la producción de cartulina requiere sólo 1,2 MWh por tonelada, el papel periódico requiere 3,3 MWh por la misma unidad.

La medida afectará a 202 trabajadores, para los cuales habrá un plan de retiro que considera las correspondientes indemnizaciones; esfuerzos de relocalización en otras plantas de CMPC y un bono “especial para los que nos acompañen hasta el 30 de noviembre”, explicó la compañía.

Tras CMPC, vino otro anuncio, esta vez de CAP. Huachipato detendrá un alto horno, con lo que eliminará su línea de producción de planos, la más afectada por la competencia desde China, contra la cual se le ha hecho muy difícil hacer frente. La compañía ha manifestado en varias ocasiones los problemas que mantiene en su unidad de acero, que suma cuatro años con pérdidas operativas, lo que tiene que ver con una fuerte competencia de productos planos de origen chino contra los cuales es difícil competir por distintos aspectos, entre los cuales la energía es uno de ellos. La electricidad es, acaso, el más complejo para CAP por la dificultad para arbitrar precios.

Así, CAP Acero se especializará en productos largos para la construcción y la minería, con lo que bajará su producción desde las 1,1 millón de toneladas producidas el año pasado a 600 mil -la línea de planos aportaba 500 mil- aunque se proyecta que la línea de largos avance hasta las 800 mil toneladas, lo que se concretará el año que viene.

MÁS EMPRESAS EN RIESGO

Las reacciones no se hicieron esperar. Fernando Raga, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma) lamentó la decisión de CMPC, y lanzó una advertencia: la situación de la energía es tan crítica que otro tipo de plantas pueden verse afectadas. Entre éstas mencionó aquellas que producen desfibrados o MDF y aserraderos de todos los tamaños, todos ellos intensivos en el uso de la hoy disparada electricidad.

“No se ha escuchado de otros cierres tan grandes como esta planta de CMPC, pero la industria seguirá pagando los costos y dará cuenta de esta desventaja”, lanzó Raga.

En tanto, el presidente de la Asociación Chilena de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas (Asimet), Gastón Lewin, aseguró que las más expuestas son las siderúrgicas.

“No estoy pensando que vayan a cerrar más empresas, pero hay un alto riesgo por la sustitución por producto importado, que hace todo esto más complicado”, sostuvo el dirigente gremial.

En la reciente cena anual del sector metalúrgico y metalmecánico, advirtió que Chile está enfrentando un riesgo de desindustrialización, pues al alto costo de la energía se suma un problema estructural relacionado con bajas en la productividad.

Sus palabras fueron tomadas recientemente por el senador y ex presidente Eduardo Frei, quien planteó en el Senado que es urgente aprobar la agenda de  reformas en materia energética, hoy entrampadas en el Congreso, pues “Chile no puede entregar en bandeja toda la inversión que sale del país a países Perú, donde sí hay inversión en energía”.

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