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Internacional

El presidente de Sacyr, socia del grupo, tenía un plan para desplazarlo, pero fue destituido.

21 de Octubre de 2011.- La carrera por el control de Repsol YPF comenzó a definirse en favor del actual presidente de la compañía, Antonio Brufau. La súbita destitución de su principal competidor, Luis del Rivero, de la titularidad de la constructora Sacyr Vallehermoso, echó por tierra anoche el plan del legendario empresario español de alzarse con la conducción de la petrolera hispano­argentina.

Del Rivero, que en las últimas semanas había formado una alianza entre Sacyr y la petrolera mexicana Pemex, ambas accionistas de Repsol, para conseguir el 30 por ciento del paquete de la compañía y desplazar así a Brufau, fue presionado a presentar su renuncia por la mayoría del consejo de administración de la constructora.

Si bien la explicación oficial sobre su destitución apunta a la sindicación de sus derechos de voto en Sacyr con la de su predecesor, lo cierto es que la fuerte discusión interna que generó su obsesión por controlar Repsol produjo marcadas grietas dentro del directorio.

La aparición de trabas legales y administrativas para cerrar el pacto entre Sacyr y Pemex pronto comenzaron a erosionar el liderazgo de Del Rivero, quien veía en esa operación un principio de solución para refinanciar el crédito pedido hace cinco años, y del que se valió para comprar el 20 por ciento de Repsol. Pero la ansiedad producida entre sus compañeros de directorio por el inminente vencimiento de ese préstamo de 4900 millones de euros (tiene que ser devuelto el 21 de diciembre) jugó en contra del empresario y fortaleció a la facción que, en principio, busca desprenderse de la participación de la constructora en la petrolera para aliviar la carga de la deuda.

Crecimiento vertiginoso

Dentro de ese grupo, la figura de Manuel Manrique, un hombre de negocios considerado "muy prudente" por sus pares, comenzó a crecer vertiginosamente. Por eso en la tarde de ayer, tras la destitución de Del Rivero, nadie se sorprendió con la noticia de que él había sido elegido, automáticamente, su sucesor en la constructora.

Más allá de que aún se desconoce cuál será la estrategia por seguir respecto de las acciones de Sacyr en Repsol, anoche su primera medida fue reunirse con Brufau, con quien mantiene excelentes relaciones.

Sin embargo, desde Pemex aún no se dan por vencidos. Luego de conocerse la noticia de la renuncia forzada de Del Rivero, la empresa mexicana señaló en declaraciones a la prensa que esa destitución es un "asunto interno" de su socio Sacyr.

"No tenemos nada que decir respecto de lo que está sucediendo en Sacyr", dijeron en la petrolera, en donde la semana pasada ratificaron su intención de no ceder en la lucha por la presidencia de Repsol, a través de la alianza formada en agosto pasado con la constructora.

Por otra parte, el director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, defendió ayer ante representantes de las comisiones de Hacienda y de Energía del congreso español la reciente ampliación en el capital de Repsol y negó que se estén utilizando fondos que tendrían que haberse invertido en México.

Suárez Coppel destacó que la operación, que implicó un desembolso de 1600 millones de dólares, fue financiada en un 70 por ciento con deuda asumida por PMI Holdings y que el restante 30 por ciento fue aportado con efectivo de las operaciones internacionales de Pemex, "por lo que no compiten ­dijo­ con las inversiones de Pemex en México". Además, el directivo afirmó que Pemex no planea ampliar su porción accionaria en Repsol, tal como había transcendido (La Nación).

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