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Argentina

Ajuste contempla una tarifa social para los menos favorecidos. Se trata de cuidar la caja oficial.

4 de Octubre de 2011.- Con la mirada puesta en un eventual tercer mandato K, funcionarios clave del Ministerio de Planificación, a cargo de Julio de Vido, están en la última etapa de definiciones para cerrar un plan de reducción sistemática de subsidios a la energía eléctrica durante los próximos “cuatro o cinco años”, explicaron fuentes oficiales a El Cronista bajo pedido de reserva. La intención es presentárselo a la presidenta Cristina Fernández a fin año. La misma iniciativa fue confirmada por diversas fuentes privadas.

La contracara de esa decisión será un aumento paulatino y ­según esperan en despachos públicos­ muy controlado de la tarifa al público. En el gobierno están obsesionados con no repetir los errores de 2009. Ese año, con las cuentas públicas sofocadas por la crisis financiera internacional que había comenzado en 2008, Planificación intentó ajustar las tarifas para disminuir las erogaciones públicas, pero lo hizo sobre la base de consumos. Así, una familia de escasos recursos que utilizaba la electricidad para calefacción en invierno por falta de acceso al gas natural terminó recibiendo una factura más onerosa que una con mejores recursos que vivía en un barrio acomodado de la Capital Federal.

El ajuste, que de inmediato fue bautizado como “tarifazo”, fue frenado por diversos recursos ante la Justicia de asociaciones de usuarios, despertó críticas por parte de la oposición hacia el gobierno y fue finalmente cancelado por la Presidenta.

En Planificación, aún tienen fresco ese recuerdo. “¿Si aumentamos la luz en Belgrano, vos no vas a decir que fue un tarifazo?”, le preguntó un funcionario clave del Ministerio la semana pasada a El Cronista, con gesto simpático. Por eso, si bien está casi listo, nadie sabe a ciencia cierta si pasará el filtro de la jefa del Estado.

En esta ocasión, la iniciativa apunta a reducir hasta 70% la catarata de recursos que destina el sector público para mantener congelado el precio de la energía en la Capital y el Gran Buenos Aires, y en menor medida en las provincias. Sucede que esos fondos, que crecieron exponencialmente durante la gestión de Cristina, erosionaron los superávits primario y financiero, estandartes de la gestión K.

Por caso, el precio máximo de la generación eléctrica tiene un tope de $ 120 el megawatt (Mw) desde 2004. En el sector aseguran que por lo menos debería ser de $ 400 para cubrir los costos. Algo similar pasa con la distribución y el transporte (DF).

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