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Chile

La decisión permite comenzar la construcción de la infraestructura inicial del proyecto que transformará el rajo más grande del mundo en una operación subterránea gigante.

20 de Octubre de 2011.- El Directorio de Codelco aprobó ayer –sujeto a hitos de control habituales para este tipo de obras­ la inversión de US$ 875 millones para la construcción de las obras tempranas del Proyecto Mina Chuquicamata Subterránea, hecho esencial que fue informado por la empresa a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).

La decisión permite que Codelco comience la construcción de la infraestructura inicial del proyecto que transformará la mina a rajo abierto más grande del mundo en una operación subterránea gigante, con niveles de producción similares a los de El Teniente.

Este proyecto estructural será ejecutado por la Vicepresidencia de Proyectos de Codelco y permitirá explotar parte de las reservas que quedarán bajo el actual yacimiento, las que se han cuantificado en cerca de 1.700 millones de toneladas de mineral de cobre (ley 0,7%) y molibdeno (502 ppm), que representan más de 60% de lo explotado en los últimos 90 años. La operación subterránea es la única solución viable para Chuquicamata, toda vez que la mina a cielo abierto, luego de haber entregado riqueza a Chile por casi 100 años, dejará de ser económicamente rentable a fines de la presente década, principalmente por el aumento en los costos de transporte y la relación estéril/mineral.

El presidente ejecutivo de Codelco, Diego Hernández, valoró la aprobación de inversión para las obras tempranas de la mina subterránea: “Con esta decisión no sólo comenzamos a hacer realidad el tercero de nuestros proyectos estructurales, sino que también le damos viabilidad económica a la División Chuquicamata en el largo plazo, por un período de 50 años más”.

El vicepresidente de Proyectos, Sergio Fuentes, afirma que “las obras tempranas suponen un trabajo que se extenderá por aproximadamente cinco años y son parte de la llamada ruta crítica del proyecto; es decir, deben ser realizadas anticipadamente para no retrasar la entrada en operación de la mina Chuquicamata Subterránea, que contempla iniciar la producción en el primer semestre del año 2019”.

En esa fecha, cuando el proyecto –que actualmente continúa desarrollando su etapa de factibilidad­ termine su construcción, iniciará un ramp up (escalamiento productivo) de aproximadamente 8 años, para alcanzar un régimen de 140.000 toneladas de mineral por día (tpd), lo que significará una producción anual de 340.000 toneladas de cobre fino y más de 18.000 toneladas de molibdeno fino.

El gerente general de División Chuquicamata, Julio Aranis, considera que “la aprobación de las obras tempranas de Chuquicamata Subterránea es un hito importante para nosotros, pero a la vez se trata de un gran desafío, ya que nos permite comenzar la construcción de la infraestructura del proyecto que en los próximos años transformará el rajo de Chuquicamata, hasta hoy el más grande del mundo, en una faena subterránea de grandes dimensiones. Esto tendrá como resultado el asegurar la extensión de la vida útil de este emblemático yacimiento. Es una nueva etapa que vivimos como División, ya que nos permitirá dar continuidad laboral y todos sus integrantes debemos estar orgullosos de que se haya concretado esta iniciativa”.

Álvaro Aliaga, gerente del Proyecto Mina Chuquicamata Subterránea, explica que “las obras tempranas contemplan una serie de movimientos de tierra y excavaciones, tales como túneles para el acceso de trabajadores, el transporte de mineral y la inyección de aire limpio, piques y galerías que formarán parte de la infraestructura del circuito de extracción de aire viciado, rampas para la posterior construcción de la mina y otras obras de apoyo, como redes de agua, energía, telecomunicaciones y parte del barrio industrial”.

El ejecutivo agrega que “el método de construcción de las excavaciones iniciales será a través de perforación y tronadura. Las rampas y piques son de dimensiones mayores a las habituales de la minería mundial, de manera que vamos a requerir maquinaria de última generación, que permita maximizar los rendimientos y minimizar los potenciales riesgos de exposición de nuestros trabajadores. Con los mismos objetivos, se contempla el uso de equipos de fortificación full mecanizada”.
Patricio Adriasola, gerente de Desarrollo Chuquicamata Subterránea, indica que “la aprobación de las obras tempranas constituye uno de los hitos –y unos de los desafíos­ más relevantes para la División Chuquicamata en los últimos años y nos permite dar comienzo a la construcción de un proyecto que, sin duda, deberá estar en el primer cuartil de la industria en temas como productividad y seguridad y salud ocupacional. Adicionalmente, queremos que la mina subterránea sea una de las mejores en calidad de vida de los trabajadores, como también un referente mundial en la aplicación de tecnologías de punta” (Codelco).

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