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Chile

El CIE adelanta que el cierre de año traerá “muy buenas noticias” en materia de inversiones dado el creciente interés internacional.

18 de Noviembre de 2011.- En la última década los proyectos energéticos, tanto de generación como transmisión, han mostrado un creciente retraso en su entrada en operaciones, provocando estrechez en el sistema.

Ejemplos hay varios. La central Ralco demoró dos años más de lo previsto. Las carboneras Bocamina II (Endesa) y Santa María (Colbún), deberían haber partido a fines de 2010 y lo harán a fines de 2011. Y el proyecto HidroAysén, que recién pondría en marcha su primera central en 2020, y la central Campiche (Gener), que entrará en 2013.

Ante esta realidad, los integrantes de la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (Cade) que el miércoles entregó su informe al Presidente estimaron que en un escenario de crecimiento de la demanda eléctrica de 5% a 6% para los próximos 20 años considerado como conservador, el retraso de un año en la entrada de los proyectos definidos por la Comisión Nacional de Energía (CNE) Plan de Obras, incrementaría los costos de operación del sistema en 24%, impactando la seguridad de suministro.

"El simple retraso de un año calendario de inversiones se traduce en alzas de más del 20% del precio, elemento que puede llegar a ser más relevante en otros costos y precios", consignaron los expertos. Según datos de la CNE, la capacidad instalada en los dos principales sistemas (SIC y Sing) es de 15.600 Mw.

El consultor eléctrico Renato Agurto, integrante del Cade, explica que si los proyectos se retrasan en 12 meses, el costo para el sistema se incrementaría en US$ 1.874 millones en el costo marginal del sistema más el costo por potencia, que pasaría desde US$ 85,2 por Mwh (Megawatt/hora) a US$ 102,8 por Mwh.

Pero el retraso no sólo tendría impacto en los costos. Según el informe, también se traduciría en un incremento de 13% en las emisiones de CO2, sumando unas 2.300 toneladas de contaminantes al ambiente.

Asimismo, limitar el desarrollo de proyectos hidroeléctricos construir centrales con un tamaño inferior a 250 Mw, traería aparejado un mayor costo de hasta 7,5% al sistema.

Agurto señala que tres factores actualmente están provocando el retraso en la entrada de los proyectos eléctricos: el incremento en los plazos de tramitación de los tendidos eléctricos, por la oposición de los propietarios a que estas pasen por sus predios; el extenso trámite ambiental al que son sometidos los proyectos de generación, principalmente los hidro y termoeléctricos, en el sistema de evaluación ambiental, y la judicialización de las decisiones de la autoridad ambiental. "En los últimos años hemos visto que, desde que se anuncia una central hasta que llega a ser una obra física, prácticamente todas las plantas han tenido problemas para concretar su construcción y han sufrido atrasos por problemas con las comunidades locales", dijo.

En todo caso, los expertos opinan que el retraso de las inversiones en generación no implicaría que se deba recurrir a racionamiento (LT).

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