Chile
Dicen que cada crisis representa principalmente una oportunidad. Y en la Minería, que apenas terminaba de acomodarse al escenario post “súper ciclo” del precio del cobre, y ya ha tenido que enfrentar una brusca caída en la cotización de ese y otros metales; la reflexión está cargada de sentido. Sobre reinventarse y aprovechar oportunidades que no siempre son conocidas por los proveedores de la industria trata el siguiente reportaje.
Miércoles 07 de Octubre de 2015.- Hace tiempo se habla de la necesidad de que Chile desarrolle una industria proveedora de clase mundial. Para muchos actores, el futuro de la minería de nuestro país radica justamente en la capacidad de exportar bienes y servicios en este ámbito, que permitan potenciar, desde nuestra expertice como país líder de la producción minera, soluciones innovadoras y competitivas a más allá de nuestras fronteras.
Se trata de un desafío mayor. La meta que se ha fijado el Programa Nacional de Minería Alta Ley, instancia surgida de un extendido proceso de diálogo que convocó a diversos actores del sector público y privado, habla de generar exportaciones desde la industria proveedora local en torno a USD 10.000 millones anuales para 2035. Unas veinte veces lo que actualmente genera este segmento en ventas al exterior, según datos del Reporte de Exportaciones de Proveedores de la Minería para 2010-2014, publicado por Fundación Chile, en conjunto con ProChile y Achilles; que cifró en USD 537 millones los envíos de este tipo durante el año 2014.
La publicación reveló además que sólo el 23% de las empresas que exportaron durante el 2014 son Pymes, versus un 76% de empresas de tamaño grande.
Mauro Valdés, que encabeza el mencionado Programa Alta Ley, le pone el pecho a estos números: explica que en años anteriores, en otro escenario de precios, las cifras estuvieron más cerca de los USD 600 millones, pero asume que la línea de base está baja y queda mucho camino por recorrer:
“Evidentemente estos números visibilizan la magnitud del desafío que nos hemos planteado. El desafío es más grande de lo que muchos supusimos”, reconoce; aunque aclara que "se debe avanzar hacia la meta, sí o sí”.
Para ello habrá que enfrentar una barrera “ambiental” importante. Y es que el actual escenario de precios bajos en la cotización de los metales, al que muchas de las empresas mineras han estado respondiendo con diversos ajustes; lógicamente repercute también en el estado de ánimo y la dinámica da los proveedores de la industria, los principales llamados en el objetivo planteado.
¿Es posible “darle la vuelta” y enfrentar de otra manera la situación actual?
Otra mirada
“La crisis es una oportunidad”, dice Valdés. Hablando de las principales empresas mineras, cree que es sumamente necesario preguntarse sobre lo que vendrá después de los ajustes propios del actual contexto, y que “la respuesta más natural es que hay que innovar, correr ciertos riesgos y hacer apuestas mayores para los efectos de lograr mayor productividad, mayores eficiencias y ventajas competitivas”; lo que debiera repercutir en interesantes oportunidades y espacios para el desarrollo y fortalecimiento de los proveedores.
Para Aldo Labra, miembro del directorio de Minnovex AG, que reúne a empresas orientadas a la innovación y la exportación de productos, insumos y servicios intensivos en conocimiento para el sector; “siempre existen dos miradas: la del vaso medio lleno y la del vaso medio vacío”.
Él por cierto ve el vaso medio lleno: “Yo vengo llegando del norte, estuve en varias mineras y lo que veo es que le gran desafío que hoy día existe es cómo logramos incrementar la productividad, como logramos ser más eficientes con los mismos recursos, o incluso con menos recursos. Y ahí la creatividad en las soluciones, la innovación, es parte fundamental de poder aportar en esa línea. Creo que en esto la responsabilidad la tienen los proveedores”. “Desde el punto de vista de la oportunidad que se da, creo que hay que mirarlo más positiva que negativamente”, señaló en conversación con Portal Minero.
“Hoy día nosotros tenemos una oportunidad única como país, de ir generando un Clúster de empresas, un conjunto de empresas que sean capaces de capaces de orquestar soluciones mucho más complejas tanto en su envergadura como en su dimensión. Y ahí la oportunidad radica en el ámbito colaborativo que se pueda generar”, añade Labra, que desde la empresa Innovaxxión está enfocado hace varios años al desarrollo de este tipo de soluciones (ver abajo).
Oportunidades disponibles
Pero ¿cómo sumarse a esta dinámica? En el país existen diversas instancias que hoy participan y empujan en la dirección propuesta. Como explica, Mauro Valdés, Corfo suele estar cerca de la mayoría de este tipo de iniciativas, y resulta un actor importantísimo “sosteniendo este esfuerzo colaborativo”.
La entidad tiene una gran variedad de instrumentos de financiamiento para distintos tipos de iniciativas, que abarcan desde estudios previos para apalancar al desarrollo de un proyecto, hasta la implementación de proyectos piloto; lo que además está desagregado por tipos de industria. Los montos que otorgan obviamente varían según el tipo de instrumento, que se dividen en tres grandes áreas: innovación, emprendimiento y acceso a crédito.
En ese contexto, si bien no se trata de herramientas totalmente focalizadas en el desarrollo de proveedores mineros, pueden ser utilizadas por ellos y abrir una puerta en este sentido. Cada uno de estos instrumentos, sus condiciones, objetivos y otras consideraciones, está explicado en detalle en la página web de la institución.
Otra línea interesante es la que está impulsando el Centro Nacional para la Innovación y Fomento de las Energías Sustentables (Cifes), es el Programa Estratégico Solar, que apunta al desarrollo de proveedores locales para la industria solar fotovoltaica.
Cristian González, Coordinador de Proyectos de Cifes, está enfocado últimamente a este tema, intentando responder a la problemática de la poca participación de proveedores chilenos tanto en productos como servicios para este tipo de proyectos. En esa línea, explica, entre otros proyectos la entidad está articulando un pool de proveedores para una iniciativa que busca implementar una planta piloto de 3MW en terrenos que entregará el fisco en la región de Atacama, que sea “lo más made in Chile posible”, como describe.
Y aunque este proyecto solo apunta por ahora a potenciar la industria de proveedores que pueden ofrecer soluciones a proyectos solares, “con posterioridad va a haber iniciativas del mismo estilo, de desarrollo de proveedores; para las minihidro, para la bioenergía, para la generación eólica y otras”, dice González, explicando que este diagnóstico sobre el potencial no explotado por parte de proveedores locales en la industria de las ERNC se puede ver en todos ellos. Ver aquí
En este caso, se trata de un programa más focalizado, como también existen por cierto para el sector minero.
Uno de los más conocidos es el Programa de Desarrollo de Proveedores de Clase Mundial, de Fundación Chile, que esta institución desarrolla en alianza con tres de las principales empresas mineras que operan en nuestro país: Antofagasta Minerals, BHP Billiton y Codelco.
Al alero de esta iniciativa, los proveedores inician una “ruta”, como lo definen en el programa; que se inicia con un diagnóstico, para dar paso a un plan de desarrollo a partir de las brechas detectadas y un sistema de seguimiento. Se trata, en definitiva, de un sistema de desafíos o “problemas desafiantes” que son planteados por las mencionadas mandantes a los proveedores para que estos intenten ofrecer soluciones innovadoras y competitivas; como explica su sitio web.
Siempre desde Fundación Chile, se lanzó hace algunos días también el Think Big Mining, que busca atraer y apoyar iniciativas innovadoras para el sector por parte de emprendedores que tengan soluciones que se puedan considerar “escalables”. Según explican desde la fundación, la iniciativa busca emprendimientos en fase de validación técnico–comercial, o que cuenten con prototipos en etapa avanzada de desarrollo, que impacten en los grandes desafíos de la industria minera como Energía, Agua, Capital Humano y otros; y promete para los proyectos seleccionados “un completo programa de aceleración que permita su introducción a la industria minera”.
Finalmente, otra puerta de entrada al denominado “ecosistema” en el que los proveedores pueden llegar a encontrase con oportunidades en este sentido es la mencionada Minnovex, que se define en su sitio web como “una red de competencias complementarias”; que posee convenios con la Universidad Adolfo Ibáñez, la propia Fundación Chile y Csiro.
Para Mauro Valdés, lo principal es que “se está poblando este ecosistema”. Además de los mencionados, el timonel del programa Alta Ley destaca los centros de excelencia que se han ido instalando el último tiempo en Chile, que “también están participando de este tipo de cosas y también están poniendo foco en los aspectos que son críticos de resolver por parte de la industria chilena, y donde la industria chilena podría tener también ventajas competitivas”.
Otros aspectos positivos, señala Aldo Labra, son que se trata en general de programas que no apuntan al corto plazo, sino que funcionan con un esquema y una perspectiva interanual; y que el tema “no está concentrado solo en Santiago”, dice.
¿Lo que queda por mejorar? Quienes son cercanos a este tipo de iniciativas reconocen que hay un largo camino que recorrer aún en cuanto a difundir mejor los instrumentos y programas. En el caso de Corfo, por ejemplo, comentan que en algunos casos los presupuestos disponibles para los distintos instrumentos no se utilizan en su totalidad. Y aunque muchas veces ello tiene que ver con que los requerimientos mínimos que se exigen a los proyectos; también hay una parte que no se entrega por la falta de postulaciones.
Un caso de éxito
La pregunta que razonablemente podría surgir es qué tan lejos podría llevarnos un proyecto al alero de este tipo de programas y líneas de apoyo. Y qué mejor respuesta que un ejemplo:
Además de su rol en Minnovex, Aldo Labra es gerente general de Innovaxxion, una empresa orientada al desarrollo de soluciones que puedan contribuir al aumento de la productividad, la disminución de costos y la optimización de procesos en la industria minera.
Empresa chilena, con casi cuatro años de vida, Labra cuenta que este emprendimiento nació al alero del Programa de Proveedores de Clase Mundial, y que además recibieron apoyo de Corfo a través de distintas líneas.
En el marco del programa de la Fundación Chile, explica Aldo, resolvieron un desafío de Codelco, con una innovación que rediseñó el ánodo de cobre, para optimizar el proceso de producción. La solución, en términos simples, consistió en minimizar la cantidad de material que no entra en reacción durante el proceso de electro-refinación, remplazando las actuales orejas de cobre del ánodo por orejas artificiales reutilizables. “Comenzamos a diseñar una nueva oreja, que se engancha en el ánodo de cobre, que permite una optimización del proceso en torno a un 40%. De la tasa que hoy día tienen, de un 17% de reproceso; con esta tecnología estamos llegando a una cifra en torno al 10%”, comenta el emprendedor.
Fue el punto de partida para Innovaxión, que hoy tienen presencia también en Ecuador y Perú, y ha desarrollado otras importantes soluciones.