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Chile

Hoy, Codelco enfrenta otra coyuntura. Por un lado, "un período muy desafiante", dice Keller, en alusión a las inversiones históricas y proyectos estructurales, pero también aspectos menos gratos.

Lunes 25 de Marzo de 2013.- Presidente ejecutivo de la corporación estatal. "Soy porteño. Nací en el Cerro Alegre, en la avenida Alemania, en el Hospital Alemán", cuenta Thomas Keller Lippold (56 años, tres hijas), presidente ejecutivo de Codelco. Hijo de padres germanos que llegaron por separado a Chile en los 50, que se conocieron y se casaron acá. Él, Arnold Keller, doctor en física y profesor por 30 años en la Universidad Federico Santa María; y ella, Claire Lippold, una tecnóloga médica que trabajaba en el Hospital Alemán.

"En la casa se hablaba alemán. Hasta el día en que murió mi madre -un día antes de que se firmara el acuerdo entre Codelco y Anglo American-, yo hablaba alemán con ella", cuenta Keller, sobre una infancia que se desarrolló primero en el Colegio Alemán, aunque a los 14 años partió a un internado en Alemania, cerca de Hannover, por su interés en perfeccionar el idioma. Allí, en los 70, también estudió flauta traversa y fue una época que lo marcaría a fuego en su afición por la música (ver recuadro). Al volver, terminó en los Sagrados Corazones de Valparaíso.

Tenía bastante mala conducta. "En esa época no se sabía lo que era el déficit atencional, pero de todas formas debo haberlo tenido. Era muy inquieto: desconcentrado, conversador, pero no era revoltoso de maldad. Las notas eran muy promedio, aunque después -un poco más maduro- eso se me pasó, y de ahí para adelante tuve siempre buenas notas", rememora.

Al salir del colegio, no tenía muy claro qué hacer, pero sí lo que no quería: nada con las "ciencias duras". Y medio por corazonada eligió ingeniería comercial en la Universidad Adolfo Ibáñez. Allí fue compañero de conocidos hombres de negocios como Nicolás Ibáñez (Walmart Chile), Gonzalo Bofill (Carozzi) y Gonzalo López (Lápiz López).

Tras salir el 79, tuvo su primer trabajo como analista de estudios en el entonces grupo BHC, lo que le permitió arribar a un entorno marcado por importantes figuras como Alfredo Vidaurre (el fallecido socio de Viña Montes), Vittorio Corbo, Klaus Schmidt Hebbel y Sebastián Edwards, entre otros.

Especializado en el área forestal, Keller llegó a Inforsa, que era el brazo forestal de ese grupo en esos años. Tras un posgrado en Chicago, se integró a Shell, que en ese tiempo tenía una unidad forestal en Chile. La multinacional lo trasladó a Londres y de un plan original de irse por dos años, terminaron siendo cuatro.

De vuelta a Chile, siempre en la angloholandesa, aterrizó en la gerencia de finanzas de Forestal Santa Fe y luego dio el salto a la minería, pues Shell tenía entonces una participación en lo que sería Collahuasi. Keller llega a finanzas para armar la estructura de financiamiento de este mega proyecto.

Tras un breve paso por Ultragas, del grupo Von Appen, Keller regresó. Esta vez, cuando se avecinaba la fase de ejecución de Collahuasi: uno de los trabajos que a Keller le ha dejado una de las mayores satisfacciones. "Cuando yo llegué a esa compañía, éramos 15 personas, y cuando dejé Collahuasi -casi 14 años después-, se habían invertido casi US$ 3 mil millones y estaba produciendo 500 mil toneladas de cobre fino. Tengo un cariño enorme por Collahuasi", cuenta.

De ahí migraría hacia otros sectores: a Cencosud, al área supermercadista, vacante desde la partida del histórico Claudio Haase; y luego Brookfield, para desarrollar infraestructura en Latinoamérica.

¿Por qué hizo carrera en sectores tan distintos? Responde que por dos motivos. Uno, la gente: "A mí no me gusta trabajar solo, lo encuentro muy aburrido, no serviría para trabajar en un banco de inversiones, sentado en una esquina, ideando grandes negocios". Lo segundo: "Me gustan los fierros, hacer realidad proyectos. Estoy esperanzado ahora con Ministro Hales, que espero echarlo en marcha a fines de este año", dice.

Y entra de lleno a su última y actual ocupación como mandamás de Codelco, revelando por qué aceptó dejar el mundo privado ante un llamado directo de Diego Hernández. "Es como si llamaran para jugar en la Selección. No hay mayor orgullo para un chileno bien nacido que trabajar en Codelco. Es la empresa que más contribuye al erario nacional, es la mayor productora de cobre del mundo, y es también una forma de devolverle a Chile todo lo que Chile me ha dado. Soy hijo de inmigrantes. Mis papás cuando llegaron tenían una posición económica bien modesta, y este país les dio la oportunidad de ser felices. Trabajar en Codelco es poner el talento que uno tiene a disposición de una actividad que realmente da bienestar a todos los chilenos", dice.

Este último período en la estatal estuvo marcado por la negociación con Anglo American, para poner término al conflicto que se había desatado por los términos del ingreso de Codelco a la sociedad dueña de Disputada de Las Condes. Pese a lo álgido del conflicto, Keller se ríe de ciertos episodios... como cuando se frustró un viaje a Nueva York porque no tenía visa.

"Soy terriblemente desordenado. Y revisando mis cosas, me di cuenta la noche anterior a reunirme en Nueva York con Peter Whitcutt, en abril, que la visa para EE.UU. estaba vencida. Íbamos a negociar, era la primera reunión con Anglo, estábamos pitucos pitucos y... no tenía visa. Yo sabía que la gente de Anglo iba viajando (de Inglaterra) a Nueva York a esas alturas... Me puse a llamar como loco, pero no había nadie, y decidimos que nos juntaríamos en Londres, porque ahí no necesitaba visa. Y yo tratando de explicarle a la gente de Anglo que tenía este problema. Los negociadores de Anglo llegaron a Nueva York y se tuvieron que devolver a Londres. Elegí esa ciudad porque era reconocer la culpa mía, y era ir a verlos a su casa, porque Nueva York era un lugar neutral", relata.

Hoy, Codelco enfrenta otra coyuntura. Por un lado, "un período muy desafiante", dice Keller, en alusión a las inversiones históricas y proyectos estructurales, pero también aspectos menos gratos. "Se esperan cosas de Codelco que la empresa no está en condiciones de hacer. Muchas veces se confunde a una empresa del Estado -como Codelco- con un ministerio o una repartición pública, y no somos eso".

-Respecto de la movilización que convocó la FTC, ¿están en condiciones de responder a sus reivindicaciones, como AFP estatal, renacionalizar el cobre, refinar el cobre en Chile?

"No vemos ninguna razón para que haya una paralización en Codelco, porque muchas de esas demandas no tienen mucho que ver con la compañía. No podemos hacernos cargo de esas peticiones, porque superan lo que podemos hacer como Codelco. Con respecto a las demandas propias de la compañía, estamos súper abiertos a discutirlas, y disponibles al diálogo, a buscar consensos. Pero no configuran un cuadro que pueda justificar un paro. Hay situaciones puntuales que se pueden entender en Chuquicamata, porque está pasando por una transformación importante para recuperar competitividad y transitar hacia la minería subterránea".

"Si bien es entendible que sus trabajadores estén preocupados, estamos abiertos al diálogo y al acuerdo. Justamente llegamos a un acuerdo luego de una negociación colectiva bien compleja en diciembre, definimos un comité para hacer esta transición y se entregó un bono histórico de casi $19 millones, que pagamos con recursos de todos los chilenos. Pedimos que todas las partes respeten lo que firmamos de común acuerdo hace apenas dos meses".

-¿Influyen las elecciones?

"Puede ser, pero no nos corresponde en Codelco hacernos cargo de eso. Temas como AFP estatal, renacionalizar el cobre, refinar todo el concentrado de cobre en Chile, escapan a lo que podemos hacer como compañía. Los temas que pueden complicar están concentrados en Chuqui y no justifican un paro. Estamos viendo cómo concretamos la instauración de mesas de trabajo, donde logremos avances concretos".

-¿Cómo van a enfrentar el caso de El Salvador?

"Estamos trabajando para asegurar la continuidad operacional, lo que pasa por revisar el modelo de negocios. Acá estamos hablando de qué pasa en el 2014 y 2015, y el año en que puedan entrar a operar los nuevos proyectos, que pasa también por ver cómo resolvemos el suministro eléctrico a costos competitivos. Soy optimista de que vamos a configurar un modelo de negocios que nos permita extender las operaciones en El Salvador más allá del 2015, pero obviamente que se va a requerir conversar con los trabajadores".

-¿Puede frenarse Andina por los temas ambientales?

"La vamos a realizar cumpliendo rigurosamente la legislación ambiental, y con el menor impacto posible sobre las comunidades y el medio ambiente. Si no se hace este proyecto, ponemos en riesgo el liderazgo de Codelco como primer productor mundial de cobre y su capacidad de generar más recursos para el Estado. Sería una mala decisión para el futuro de Chile, y pésima para miles de compatriotas que todavía esperan que el crecimiento llegue a sus familias, a sus vidas".

-¿Le gustaría quedarse en Codelco?

"Yo, hoy, estoy feliz trabajando en Codelco. Y sí, me gustaría seguir".

-¿Cambiaría mucho Codelco si gana Bachelet, Allamand o Golborne?

"Una de las cosas más importantes que se han hecho en Codelco en mucho tiempo es la instauración y el funcionamiento del nuevo gobierno corporativo, en 2010. Una gran ventaja es que hemos desacoplado un poco los tiempos de minería, y de Codelco en particular, de los tiempos políticos. Pero eso no quiere decir que esté eternamente en el cargo. El directorio está evaluando continuamente, y generalmente lo hace una vez al año. Afortunadamente, mi gestión ha sido muy bien evaluada en el 2012".

"Soy hijo de inmigrantes. Mis papás cuando llegaron tenían una posición económica bien modesta, y este país les dio la oportunidad de ser felices".

"Muchas veces se confunde a una empresa del Estado -como Codelco- con un ministerio o una repartición pública, y no somos eso"."(No expandir Andina) sería una mala decisión para el futuro de Chile, y pésima para miles de compatriotas que todavía esperan que el crecimiento llegue a sus familias".
Las "propinas" en el hotel Terrado y su desayuno con Paulmann

Fanático de la música, Thomas Keller canta y toca piano, guitarra y flauta traversa. Y esta afición le ha significado varias anécdotas en su vida. Cuando trabajaba en Collahuasi, se alojaba en el hotel Terrado en Iquique y allí aprovechaba de tocar en el piano del complejo, "de un cuarto de cola, Yamaha", especifica.

"Una vez, un par de pasajeros me dejaron unos billetes de cinco lucas. Lo cual, lejos de ofenderme, me pareció algo importante", cuenta entre risas.

La sensibilidad por la música viene de ascendencia paterna, ya que su padre era "un gran músico, eximio pianista y jazzista. Muy genio loco", cuenta Keller.

También incidió la estadía que pasó en Alemania de joven, en los 70. "En esa década se creó la mejor música de todos los tiempos", dice. Se confiesa fanático de Peter Gabriel - su músico favorito "por lejos. Después vienen todos los demás"-, sin perjuicio de gozar con Pink Floyd, grupo que, cuenta, vio en "una de las primeras actuaciones en vivo de The Wall, que fue en Nueva York en el año 70 y tantos", dice.

"Cada vez que salgo fuera de Chile trato de ver si es que hay algún evento musical", narra. ¿Uno de los últimos conciertos? George Michael en Londres, en octubre del 2012.

En el área profesional destaca que le hubiera gustado en algún momento haber hecho un post grado en leyes. Y cómo fue su llegada al grupo Cencosud. Ocurrió por medio de Fernando Matthei, headhunter , por quien se entera de que Cencosud estaba buscando un ejecutivo. Resultó que Horst Paulmann lo citó a su casa, un sábado a las 8 de la mañana.

"Conversamos una mezcla entre alemán y castellano. Me invitó a tomar desayuno. A la semana siguiente me junté de nuevo a las 8 de la mañana, pero esta vez con él y con sus hijos".

Y si bien en Cencosud trabajaba más con Laurence Golborne (en esos años gerente general del holding), Keller también se juntaba con Paulmann para aprender. "Salíamos los fines de semana a recorrer supermercados y era lo más entretenido que hay", rememora. Thomas Keller tiene una hermana, Eva, que se desempeña como oftalmóloga en Viña del Mar.

Emol

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