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Colombia

Cuando se mira la evolución reciente de la minería y los hidrocarburos no hay un fundamento sólido para predecir un final. Las proyecciones del sector no dan lugar a pensar que en el próximo futuro caerá la contribución de esta actividad al dinamismo de la economía.

Miércoles 06 de Marzo de 2013.- En los últimos días se ha dicho que Colombia está ad portas del final del auge sectorial y que, por lo tanto, una de las causas de la revaluación puede estar cediendo. La otra tiene que ver con la política monetaria de EE. UU. Sin embargo, cuando se mira la evolución reciente de la minería y de los hidrocarburos, no hay un fundamento sólido para tales afirmaciones. Las proyecciones del sector tampoco dan lugar para pensar que en el próximo futuro caerá la contribución de esta actividad al dinamismo de la economía ni a reducir una de las presiones revaluacionistas.

Si esto es así, lo que debe hacer el país es apostarle al incremento de la productividad agrícola e industrial, y a neutralizar los efectos negativos de la enfermedad holandesa mediante el ahorro y la creación de capacidades locales que den lugar a otras fortalezas exportadoras.

En el sector de hidrocarburos, para algunos, el vaso está medio vacío. No hay descubrimientos importantes, las utilidades de Ecopetrol bajaron, los costos aumentaron, así como las trabas a la operación petrolera, y los proyectos de refinación y transporte están atrasados.

Es cierto que en el 2012 Ecopetrol enfrentó dificultades operacionales debido a la temporada invernal, a la demora en las licencias ambientales, a bloqueos por parte de las comunidades, así como a atentados contra la infraestructura. No obstante, los resultados del último trimestre permiten anticipar una recuperación de la producción y una remoción de las dificultades anteriores. Aumentó el crudo equivalente producido con respecto al mismo trimestre en el 2011, y también el total del año, comparado con el periodo anterior. Tanto los ingresos como los volúmenes crecieron en el 2012, y las utilidades fueron ligeramente inferiores a las del 2011, año excepcional durante el cual las utilidades netas aumentaron 90 por ciento.

A pesar de las dificultades para obtener la licencia ambiental, que llevó a una baja ejecución del presupuesto de inversión para la exploración, el reemplazo de reservas superó el ciento por ciento y elevó la relación reservas/producción de 6 a 8 años. Esto aún está lejos del ideal, pero es un avance.

Se espera que este año mejoren los indicadores operacionales, en la medida en que algunos costos y gastos subieron el año pasado como resultado de eventos que parecen haber desaparecido. También es de esperar mejores resultados en términos de hallazgos y reemplazo de reservas, y que mejore la ejecución en las refinerías y el transporte.

Como país, los resultados del sector de hidrocarburos también son positivos. La producción pasó de 914 mil barriles día, en el 2011, a 935 mil, en el 2012, y en términos de crudo equivalente (sumando el gas natural) se superó el millón de barriles. Este resultado es sobresaliente si se piensa que la producción histórica más alta se dio en 1999 (838 mil barriles día, promedio año), cuando coincidieron las explotaciones de dos megayacimientos: Caño Limón y Cusiana y, ahora, por segundo año consecutivo, se supera ese récord sin haber hecho ningún descubrimiento similar.

En el frente minero suenan voces airadas. Las solicitudes de títulos no han sido aprobadas. Las comunidades, las ONG y las autoridades ambientales impiden la exploración en regiones promisorias. Se suspenden proyectos, debido a los bajos precios internacionales. La demanda de carbón de EE. UU. se reduce debido a la sustitución del carbón térmico importado por el gas shale doméstico. La huelga de Cerrejón reduce la producción, frena el crecimiento y reduce las regalías mineras. No hay coordinación entre los ministerios de Minas y Medio ambiente. No arranca la Agencia Nacional Minera: no hay catastro, no hay licitaciones.

Sin embargo, hay varias noticias auspiciosas en la minería. Llega una nutrida delegación de Australia interesada en el mercado colombiano de servicios para la minería. CCX de Colombia desmiente que esté considerando su retiro del país. El proyecto de modificación del río Ranchería se pospone, pero se avanza en la expansión de la producción de Cerrejón de 32 millones de toneladas actuales a 40 millones al año, con inversiones de US$1.300 millones. Codelco anuncia su intención de buscar cobre en Colombia; este metal tiene precios al alza gracias al aumento de la demanda para la construcción en China. Goldman Sachs anuncia inversiones en el proyecto que le compró a la brasileña Vale, hasta llegar a producir cerca de 10 millones de toneladas el año próximo. Prodeco invertirá US41.500 millones para producir más de 20 millones de toneladas en el 2015 y exportarlas por Puerto Nuevo. Minas Paz del Río invierte para explorar y planea hacer el ferrocarril del Carare para exportar por el Caribe los carbones del interior del país. Se actualizan los contratos de Cerro Matoso y de Paz del Río.

La Ronda 2013 de varios minerales en áreas estratégicas se licitará en la segunda mitad del año, una vez se tenga el catastro minero y se conozca el potencial. Se exporta carbón a Europa y se exploran posibilidades en el mercado asiático.

En conclusión, las cifras de la última década muestran un crecimiento sostenido de la producción de hidrocarburos, níquel y carbón. Los precios han fluctuado, pero los valores de las exportaciones han sido crecientes hasta representar más del 70% del total. Esta dependencia de las ventas de productos primarios preocupa, así como la revaluación acumulada del 38% desde el 2004. Los pronósticos de precios y producción de estos minerales no permiten asegurar que la importancia del sector se reducirá.

Conviene continuar trabajando en la promoción de encadenamientos que desarrollen proveedores en el país, capaces de atender la demanda de este sector y la de otros ramos como la infraestructura, y de exportar. La competitividad de la industria y la agricultura deben crecer en el marco de las políticas productivas del Gobierno, haciendo de la revaluación una oportunidad y un reto. Una oportunidad para invertir en bienes de capital y en innovación, y un reto para consolidar una posición en el mercado internacional. Todo esto sin olvidar que la volatilidad de los precios internacionales crea una vulnerabilidad de la economía que se enfrenta con ahorro y prudencia, y con inversión bien hecha.

Astrid Martínez Ortiz / Profesora emérita, Universiadd Nacional - Investigadora Asociada de Fedesarrollo

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