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Chile

12 de Septiembre de 2011.- El experto considera que con la introducción de tecnologías de punta, Chile tendría potencial para sacar real rinde al esquivo recurso, cada vez más escaso.

¿Se imagina introducir agua de mar u orina en un pequeño recipiente, esperar que el líquido pase por las turbinas y filtros interiores, y finalmente, beberlo sin temor a tomar agua salada o contaminada? Con tecnología israelí, hacer eso es posible.

En Israel han transformado las limitaciones que tienen para abastecerse con el recurso hídrico, en oportunidad para ser más eficientes.

No les importa tener más de la mitad del país ­del orden de 12 mil km2­ ocupado por el desierto Neguev; tampoco que las arenas doradas acentúen los veranos largos y secos en el país; menos se complican con la escasez de lluvias o la poca agua que corre por su geografía. Para Israel las adversidades no han sido impedimento para convertirse en líderes mundiales en gestión del recurso. Hoy, sobre el 90% del agua que consumen es reciclada y reutilizada.

Ante la escasez hídrica nacional, contrastada con ráfagas de exceso que son desaprovechadas porque no hay infraestructura para retener el agua ­según expertos, en Chile, de los 120 mil millones de m3 con que se cuenta en promedio al año, del orden de 20 mil millones se utilizan y lo demás se pierde en el mar­, Chile mira con mucha atención las fórmulas que viene implementando Israel.

En ese país es común ver grandes invernaderos de vidrio o plástico, e incluso producción acuícola en medio del desierto.

A través de la concientización de la sociedad y la introducción de tecnologías de punta para la purificación de las aguas residuales han logrado sortear la escasez interna de agua, obtener altas producciones agrícolas e incluso exportar sus innovaciones al mundo. Más allá de las fronteras, en zonas áridas como el desierto de Kalahari, en Namibia, o en algunas zonas de Kazajistán, se han instalado plantas e implementado proyectos y tecnologías made in Israel.

"Hemos convertido la falta de agua en oportunidad para ser más eficientes", explica Eilon Adar, director del Instituto Zuckerberg de Investigaciones sobre el Agua, dependiente del Instituto Blaustein de Estudios del Desierto de la Universidad Ben Gurión.

De hecho, la semana pasada en una visita flash, Adar no sólo expuso en dos seminarios ­uno en Santiago y el otro en Antofagasta­, además se dio el tiempo de conversar con la Comisión Especial de Sequía Atacama­El Maule de la Cámara de Diputados, e incluso se reunió con autoridades de la Dirección General de Aguas y del Ministerio de Medio Ambiente, entre otras organizaciones, haciendo hincapié en las tecnologías que se podrían adoptar en Chile para aprovechar de forma más eficiente el recurso. Y no era primera vez que venía. Antes había estado en territorio nacional discutiendo el mismo tema con organizaciones como la Fundación Chile.

En su apretada agenda, hizo una pausa para hablar de lo que se está haciendo en Israel y las oportunidades que visualiza para Chile.

­Se habla de Israel como un modelo para el mundo en materia de aprovechamiento de aguas ¿Cómo se instaura esa manera de hacer las cosas en el país?

­Nos dimos cuenta de que consumíamos más de lo que nos proveía la naturaleza, y nos preguntamos, ¿cómo puede ser eso? No estaba bien esa dinámica. Dado que las condiciones climáticas son complejas en Israel, hay que conocer el territorio para suplir las necesidades de consumo, especialmente las agrícolas, dado que es el sector que más consume agua.

Ante la necesidad empezamos a pensar en soluciones como desalinizar el agua de mar y generar agua artificial para el sector de la agricultura y la industria. Hoy, Israel lidera en el mundo en la reutilización de aguas, con sobre el 90% de sus aguas tratadas, reutilizadas.

­¿Cuáles son las tecnologías más relevantes que han introducido para la gestión más eficiente del recurso?

­Israel ha levantado el sistema de gestión de aguas más eficiente del mundo, con la inclusión de distintas tecnologías de innovación. Somos high tech, tenemos todo computarizado, lo cual ha permitido alcanzar cifras relevantes.

Tenemos sistemas muy sofisticados de irrigación y también hemos desarrollado fuerte el concepto de la desalinización de agua de mar, teniendo las mayores plantas de desalinización del mundo.

Integramos sistemas de fertirrigación, con sensores que miden la radiación del agua, la transpiración de la planta para inyectar agua y nutrientes. Podemos medir el agua del suelo, la evaporación, controlarla, ponerle minerales, o sólo nutrientes, dependiendo de lo que necesite la planta.

También tenemos procesos para salvar la evaporación de la planta cuando transpira por exceso de agua. Y los procesos de irrigación que utilizamos en el desierto son medioambientalmente sustentables.

Lo que más impacta es que los cambios grandes se han hecho en pocas décadas.

­Pero me imagino que hacer todo eso, cambiando la configuración de gestión de aguas del país en poco tiempo, no ha sido fácil ni barato, ¿cómo lo toman los sectores productivos como el agrícola?

­Tratar el agua en procesos como el de desalinización es más caro, pero, sorpresa, la agricultura puede pagar y se ha vuelto más eficiente por metro cúbico por minuto, porque usan la eficiencia extrema.
Al servicio del agro

En Israel, cuando se abre la llave, todos lo hacen con mucho cuidado para no despilfarrar el recurso. Está muy instaurada la idea de ahorrar, y hay agresivas campañas que fomentan, por ejemplo, el cerrar la llave de paso. Y los que no cumplen salen perdiendo feo, porque hay sanciones materializadas en cobros extras que son altamente significativos.

Por ejemplo, allá los agricultores pagan al menos 35 centavos de dólar por metro cúbico de agua tratada que utilizan. Es decir, pagan por el agua ya filtrada. Además, se sanciona con cargos adicionales a quienes usan el recurso en exceso, y se premia a quienes la reciclan con incentivos. Esa lógica los motiva a cuidar el recurso.

­¿Cómo se han insertado los agricultores en la lógica moderna de la gestión eficiente del agua?

­Dado que la agricultura es el sector que más consume agua, en Israel los agricultores pagan según el volumen que consumen.

Junto con el riego por goteo, que es una técnica que se usa hace décadas, se han instalado muchas plantas desalinizadoras. Y el agua usada por el sector agrícola tiene una eficiencia de uso de 92% por la utilización de fertirriego por goteo. Así, los productores producen más con menos; ellos pagan por el agua, pero también obtienen incentivos para producir. Si son más eficientes son subsidiados.

En Israel sobre el 70 por ciento del agua que usa la agricultura es reutilizada desde aguas desalinizadas o aguas negras, y sólo el 30% es fresca. Además, el 25% de las aguas lluvia se recolecta, sólo por dar algunas cifras.

En 1965 la agricultura en el país consumía 1,1 billones de metros cúbicos para regar al año y el ciento por ciento era agua fresca, con una población de 3,2 millones de personas. Hoy, según cifras de 2010, con el doble de población, 7,5 millones de personas, la agricultura consume un poco menos, 0,998 billones de m3 al año, pero produce 30 veces más.

En Israel el agua es entendida como un commodity, al igual que el petróleo o el cobre. En términos de administración, el recurso se distribuye entre localidades y son las autoridades locales quienes la gestionan cobrando un costo extra a quienes gastan más. La sociedad es consciente de que debe cuidarla y pagar por su uso.

­¿Cómo ve la situación en Latinoamérica y las oportunidades de mejorar la gestión del agua en el agro chileno?

­En América ustedes están locos, despilfarran mucho. ¡Deben cuidar el agua! No hacerlo, desde el punto de vista económico, es un sinsentido.

En Chile el agua es más o menos gratis. No es que recomiende elevar las tarifas, pero sí cambiar la percepción de que es gratis. Falta un tema de educación, de apreciar los recursos naturales.

También creo que sería factible traer tecnologías de Israel y adaptarlas a modelos locales. Chile tiene muchas similitudes con Israel, por ejemplo en su desierto de la zona centro­norte. Para administrar el recurso hídrico en el desierto de Atacama en Chile, en Sudamérica o otros países del mundo, se puede introducir tecnología israelí, pero hay que adaptarla a las condiciones locales.

­¿Habría entonces posibilidad de insertar estos modelos en la agricultura nacional?

­Primero hay que diferenciar. Es muy distinto hablar del comercio, de granjas familiares o un gran campo. También hay que ver de dónde proviene el agua. Mientras en el sur de Chile hay excesos, en el norte tienen menos recursos; pero a la vez disponen de mucha agua salada. Hay que pensar en un desarrollo en términos cuantitativos y cualitativos, y para qué lo vamos a destinar, es decir, para qué especies plantadas.

Acá hay más acceso, pero hay que ver la capacidad de las comunidades locales de implementar esto, de adaptarse. Además, pagamos un monto por eso, habría que ver la disposición de los distintos sectores.

­¿Cómo visualiza el escenario futuro para el agua?

­A veces, cuando hago presentaciones, las personas piensan que estoy loco por las ideas que planteo. Creo que para un científico eso es bueno. Creo que puede haber conflictos cuando el origen del recurso proviene de otros países. En el caso de Israel puede pasar con Palestina, Jordania, Siria, Egipto y Libia. Pero depende del foco. Por ejemplo, hoy en día enviamos mucha agua a Gaza, porque es necesario políticamente, y moralmente correcto.

Entonces, no necesariamente tiene que haber conflictos, si el mundo toma conciencia de la importancia del agua.

Si me preguntas las claves en dos ideas, te digo que es fundamental la educación y entender que el agua es un commodity, como el oro, el gas, el petróleo, o la gasolina, y se debe valorar y pagar.

Recuadro :

En Israel sobre el 70% del agua utilizada en agricultura es de reciclaje, ya sea de agua de mar o aguas negras.
Feria Watec 2011Irrigación, tratamiento, desalinización, estabilización y tecnologías con membranas, son parte de los temas que se van a discutir entre el 15 y 17 de noviembre en la Conferencia de Tecnologías de Agua, Energías Renovables y Control Medioambiental, en el Centro de Exhibición de Tel Aviv, en Israel. La Embajada de Israel en Chile está haciendo programas de trabajo para esa fecha, con visitas técnicas (DF).

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