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Chile

El dueño de la cascada sobre SQM dice en sus descargos que los remates y aumentos de capital objetados por el regulador de Valores, fueron para mantener el control de la minera no metálica y enfrentar la crisis Sub Prime.

Martes 12 de Noviembre de 2013.- Una de las principales críticas de la defensa de Julio Ponce, controlador de la cascada sobre SQM, a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) es que en su formulación de cargos se habrían omitido antecedentes.

Las participaciones que habrían tenido las AFP o las sociedades del presidente Sebastián Piñera en varias de las operaciones cuestionadas, serían algunas; pero una de las mayores quejas es la omisión sobre el contexto en el cual se realizaron las operaciones que cuestiona el fiscalizador del mercado.

El aumento de capital de 2008 -por US$288 mills. en Calichera y las consecuentes capitalizaciones proporcionales de sus matrices, Oro Blanco y Norte Grande- habría sido el punto de partida de las operaciones del "esquema" detectado por la SVS (colocaciones de remanentes en bolsa, por ejemplo); capitalización cuya justificación no es clara para el regulador, lo que generó el rechazo de los abogados de Ponce: "Este total y absoluto desapego de la realidad económica y financiera, por una parte, y de las características propias del negocio de estas compañías, por la otra, dejan a los cargos sin sustento alguno", afirman en sus descargos.

EL ORIGEN Y LA PUGNA POR EL CONTROL
Según la defensa, previo al cuestionado aumento de capital, SQM gozaba de un contexto favorable.

El alza de los precios de los fertilizantes y de los commodities, junto con un buen panorama económico mundial, auguraban buenas expectativas sobre los resultados y proyecciones de SQM. Pero con ello, "el control de SQM volvió a cobrar relevancia", dice la defensa de Ponce a la SVS.

Fue así como a principios de 2008, "tanto Bancard, Axxion (sociedades ligadas entonces a Sebastián Piñera), como la compañía noruega Yara, habían manifestado su intención de vender sus posiciones", abriendo una nueva amenaza sobre el control de SQM, lo cual ya había estado en juego tras una larga disputa con la canadiense PCS y que finalizó con el pacto de Ponce con los japoneses Kowa para alcanzar el 34%.

Por tanto, dicho aumento de capital, permitiría tener caja para comprar acciones de la misma cascada y reducir las deudas que se habían adquirido en la pelea con los canadienses.

Así fue como se compraron a las sociedades de Piñera y a Yara sus participaciones por más de US$580 millones, de los cuales US$211 millones fueron para el mandatario. Compras que no se hicieron con los fondos de la capitalización, "no se alcanzaba a colocar el aumento de capital habida consideración de los trámites y consultas que es necesario hacer ante esa propia autoridad (...) Por eso es que las compañías se endeudaron (a corto plazo), principalmente con instituciones bancarias, con la intención y bajo la promesa que los bancos iban a renegociar dichos créditos al largo plazo", argumenta la defensa. Una situación que gatilló el "credit watch negativo" a la calificación de riesgo de Calichera, por sus bonos internacionales emitidos en 2007.

LA CRISIS DEL 2008 Y LA VENTA DE ACTIVOS
La crisis "Sub Prime" habría profundizado aún más la delicada situación de deuda de la cascada. No sólo por las desfavorables condiciones para los aumentos de capital, sino por sus efectos en los bancos.

"Fue así que, en mayo de 2009, el Banco de Chile declinó renovar los pagarés de corto plazo suscritos con Oro Blanco y Norte Grande", deudas adquiridas para comprar las posiciones de las sociedades ya mencionadas. "Este banco fue particularmente inflexible, dejando a las sociedades del grupo sin ninguna otra alternativa que pagar los créditos en las oportunidades originalmente convenidas", sostienen los abogados de Ponce. Bci, otro banco acreedor, condicionó la vigencia de la línea de crédito a que se mejoraran las garantías y la deuda de todas esas sociedades (NG, OB, PC y SQYA), se concentrara en Oro Blanco.

Ello motivó la venta de activos. Oro Blanco se desprendió de 126 millones de acciones de Calichera-A, y Norte Grande y SQYA lo hicieron con 2.022 millones de títulos de Oro Blanco. Ventas que, según la defensa, se hicieron a Moneda, a las AFP Habitat, Capital y Provida, y otros inversores, los cuales meses más tarde habrían revendido estos títulos a precios superiores. "En los remates participó el mercado y no un grupo ‘selecto’ de beneficiarios como pretende sostener la SVS merced a su teoría", agregan los descargos.

En principio, la cascada redujo las deudas de Oro Blanco pagando US$62 millones a Bci (US$42 millones) y al Banco de Chile (US$20 millones), con fondos provenientes de dividendos de Calichera y ventas de acciones. Pero luego, comenzó a pagarle a la banca con los aumentos de capital -a los cuales Ponce no suscribió toda su participación-, y colocando en bolsa los remanentes. Todas esas operaciones habrían permitido levantar US$290 millones, los que fueron destinados al financiamiento de pasivos.

Según Ponce, parte de esas deudas quisieron pagarse con dividendos de SQM, pero PCS se opuso ofreciendo a cambio un crédito de US$90 millones.

La defensa critica reiteradamente la omisión de la SVS respecto de la crisis de 2008 y su efecto en estas sociedades, argumento que, sin embargo, para los accionistas institucionales que han criticado el manejo en la cascada, no son suficientes.

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