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Perú

Jueves 06 de Marzo de 2014.- Pueblo se encuentra en la zona altoandina de Ayacucho y su producción busca aminorar el impacto de la minería ilegal. La iniciativa del “oro ético” apuesta también por una venta directa, sin intermediarios.

Atrapado entre dos cerros desérticos en el sur de Perú, Relave luce a simple vista como una de las cientos de localidades mineras que salpican la geografía del sexto productor mundial de oro. Su nombre, de hecho, es una referencia a los desechos tóxicos que alberga el pueblo. Relave se ubica en la provincia de Parinacochas, en la región Ayacucho.

Pero es también el hogar de Aurelsa, una de las primeras minas a pequeña escala del mundo en producir oro certificado y comercializado como “ético”, dentro de un esquema para reducir el dañino impacto de la minería ilegal en los países en desarrollo.

“Cuando llegamos no teníamos nada (…) Ahora estamos exportando internacionalmente”, dijo el presidente ejecutivo de Aurelsa, Juan Coronado, quien llegó a Relave a fines de la década de 1980 dejando a su familia en los Andes peruanos.

Coronado cuenta que solía recoger los desechos mineros para mezclarlos con mercurio y vender la amalgama a intermediarios en un pueblo cercano.

Luego unió fuerzas con un pequeño grupo de mineros ilegales para crear Aurelsa como una empresa legal en el 2000, pasando a pagar impuestos y a regirse por las regulaciones de la industria.

En sus inicios, Coronado afirma que se las vio negras para competir con otras operaciones ilegales, hasta que en el 2011 inició conversaciones con la Alianza para la Minería Responsable (ARM por su sigla en inglés), un grupo internacional que busca mejorar las condiciones de trabajo de los pequeños mineros a través de la venta directa a clientes en el exterior.

Aurelsa, con 45 empleados, selló su primera venta al exterior a mediados del 2013: 1 kilo de oro certificado como “ético” por ARM. Desde entonces ha exportado otros 10 kilos.

Si bien Aurelsa aún vende algo de oro a intermediarios, la firma espera que toda su producción, que actualmente es de entre 2 y 3 kilos por mes, sea vendida pronto directo a consumidores como “oro ético”.

Existen otras tres mineras como Aurelsa en Sudamérica y, el año pasado, exportaron en conjunto 360 kilos de “oro ético” a joyeros en Estados Unidos y Europa.

Los mineros de Aurelsa trabajan en túneles bien iluminados y reciben sus remuneraciones a tiempo, lo que supone condiciones mucho mejores a las de otras minas de Relave, un pueblo conformado por unos 4.000 habitantes.

Justo frente a la mina, cientos de mineros ilegales excavan sin lentes protectores en La Capitana, una enorme roca que los habitantes locales dicen ha sido trabajada por casi dos siglos.

“En cualquiera de esos huecos tienes que gatear para poder entrar sin poder ver nada”, dijo Daniel Arcos, un ingeniero de Aurelsa.


AUGE Aurífero

En medio de la escalada del precio del oro a niveles récord en la pasada década, cientos de miles de personas pobres desde Perú hasta Indonesia han escarbado ríos y montañas en busca del metal precioso en operaciones al margen de la ley.

Sin los permisos ambientales y legales, usualmente usan grandes cantidades de mercurio para separar el mineral de la roca, muchas veces manejando la neurotoxina con sus propias manos e inhalándola cuando la queman.

Después venden los pedazos a intermediarios y plantas de procesamiento que lo refinan antes de enviarlo a otras refinerías en el exterior, donde el oro recabado en todo el mundo se convierte en lingotes.

Las refinerías compran la mayor parte de su oro a grandes mineras que operan en varios países, pero expertos de la industria afirman que es imposible decir con ciencia cierta de dónde provino el oro cuando es vendido como lingotes.

La iniciativa del “oro ético” busca cambiar eso vendiéndolo directamente a los mayoristas con una prima del 10% a cambio de tener las garantías de que se cumplió con buenas prácticas laborales y se protegió el ambiente.


Hubo demoras en transacción

“Antes estaba tan frustrada con la industria”, dice Amanda Li Hope, una joyera en Londres que fue de las primeras en adquirir “oro ético”. “Ningún vendedor de lingotes puede garantizar al 100% su origen”, agregó. Li Hope vende vía online sus anillos, collares y aretes sin remordimiento y ha comprado desde el 2011 unos 130 gramos de oro catalogado como “justo”.

El primer embarque de oro certificado de Aurelsa fue vendido directamente a Ethical Metalsmiths, una joyería en Estados Unidos. Su directora ejecutiva, Christina Miller, dijo que la transacción demoró mucho más de lo esperado, lo que supone un potencial obstáculo para los mineros de “oro ético” que recién comienzan a exportar.


La clave

El gobierno estima que hay 100.000 mineros ilegales en el país, pese a que algunos dicen que esa cifra alcanza los 500.000. Los altos precios del oro atrajeron a peruanos pobres a la Amazonía, donde más de 50.000 hectáreas de selva fueron destruidas. Este auge tuvo como resultado el vertimiento de más de 3.000 toneladas de mercurio en los ríos.


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