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Chile

El presidente del Consejo Minero sostiene que los problemas de Barrick con Pascua Lama son graves y que la forma en que actuó la firma no corresponde al estándar del sector. Valora que la multinacional haya asumido los efectos de sus errores y ahora espera que reconstruya las confianzas dañadas.

Lunes 03 de Junio de 2013.- Una dura crítica contra la forma en que actuó Barrick en la construcción de su proyecto binacional Pascua Lama hizo el presidente ejecutivo del Consejo Minero, Joaquín Villarino. El líder de las grandes mineras del país señaló que, "tal como ha reconocido la misma canadiense, en Pascua Lama se cometieron errores graves”. Sin embargo, afirma que la actuación de la compañía no marca el estándar con que el sector minero ha venido desarrollando sus proyectos en el país.

Interrumpiendo sus exposiciones en el seminario minero efectuado en Guatemala, Villarino se dio el tiempo para exponer la visión del gremio ante las graves faltas ambientales en las que incurrió Pascua Lama, según calificó la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), organismo que la semana pasada multó por US$ 16,4 millones a la canadiense -valor histórico para un conflicto medioambiental- y paralizó la construcción del proyecto, cuya puesta en marcha se estimaba para mediados de 2014.

“A estas alturas, lo relevante es que Barrick asumió las consecuencias de esos errores y está tomando las medidas correctivas del caso”, dice Villarino. De hecho, el viernes el copresidente de Barrick Gold, John Thornton, se reunió con el Presidente Sebastián Piñera, en el marco de su gira por Canadá, y reconoció que la paralización del proyecto por parte de la autoridad ambiental “es justa” y “correcta”. En las reuniones que sostuvo con empresarios canadienses, Piñera señaló que Pascua Lama debe cumplir con la normativa ambiental para avanzar.

Para Villarino es destacable que cuando se desataron los problemas ambientales del proyecto de oro y cobre -al no cumplir con las medidas impuestas en la Resolución de Calificación Ambiental (RCA)-, desde las oficinas centrales de la empresa, en Canadá, se decidió cambiar a la plana ejecutiva que estaba trabajando en Chile. También es meritorio, a su juicio, que la minera haya renunciado a apelar a la sanción de la Superintendencia de Medio Ambiente, “que impuso una multa cuantiosa”. Agrega que hoy la empresa en general está concentrando sus esfuerzos en hacer las inversiones necesarias para el resguardo ambiental y para rectificar lo que no se hizo bien.

Nueva institucionalidad

Para el vocero de las grandes mineras, el actuar de la Superintendencia de Medio Ambiente fue correcto. “Debe operar y así ocurrió en este caso”, dice. Explica que al gremio no le corresponde decir si se debió o no revocar la RCA de Pascua Lama, ya que “la superintendencia hizo una acuciosa investigación luego de la cual resolvió aplicar una multa muy significativa y paralizar las obras”.

A su juicio, la nueva institucionalidad ambiental es fruto de un trabajo político, social y legislativo que contribuye a mejorar el cuidado del medioambiente. En relación al rol que tendrá el Tribunal Ambiental, indica que espera que se consolide como una entidad especializada, “de modo que sea en él donde se resuelvan las controversias ambientales y no se transforme en una instancia adicional que solo incremente la burocracia”, dice Villarino.

Daño a la imagen

El daño ambiental de Barrick no solo perjudica las aguas de la IV Región, sino que también puede afectar a la industria. Villarino, sin embargo, no quiere generalizar y dice que es fácil que alguien pueda caer en la tentación de sacar conclusiones apresuradas. Por eso se apura y enfatiza que el actuar de la compañía “no marca el estándar con que se desempeña la gran minería chilena”.

Agrega que generalizar a partir de esto “significaría desconocer el trabajo que desde hace años viene haciendo la gran minería a la vanguardia de la gestión ambiental en Chile”. Señala que el cuidado ambiental en el diseño y ejecución de los proyectos mineros no nace a raíz de los problemas que causó Pascua Lama. “Este no es el campanazo inicial para la preocupación minera por el medioambiente. No olvidemos que este sector, cuando aún no regía la ley de bases del medio ambiente, fue el primero en someter voluntariamente sus proyectos a evaluación ambiental”, señala.

Para Villarino, Pascua Lama más bien viene a confirmar y ratificar que es “indispensable” la proactividad en materia ambiental. “Hay que mantener un estricto respeto por las obligaciones emanadas de las resoluciones de calificación ambiental y de las normas en general. La gran minería asumió hace varios años que actuar responsablemente en materia ambiental y social es un imperativo para lograr la sustentabilidad de su actividad y de su entorno”, explica.

Si este tema se conversó antes en las reuniones del gremio, Villarino precisa que el Consejo Minero no cogestiona ni supervisa los proyectos de sus empresas afiliadas, “por lo tanto, escapa a nuestras posibilidades evaluar el manejo técnico” de los proyectos. Añade que el rol del gremio es compartir e incentivar las buenas prácticas y estándares. Y en ese sentido, destaca que la transparencia en la entrega de información es una característica de la industria minera, lo que se ve evidenciado en la entrega de los reportes de sustentabilidad de las firmas, aunque no descarta que se pueda seguir avanzando en ella.

“Constantemente hacemos esfuerzos en consolidar la información que generan nuestras empresas, para ponerlas en un formato más fácil de procesar por parte de la ciudadanía y también que podamos avanzar en agrupar la información a nivel de los territorios. Aquí el problema no es falta de información, sino que al contrario, hay mucha y cuesta consolidarla y comunicarla adecuadamente”, argumenta Villarino.

¿Qué espera la gran minería de Barrick ahora? Villarino responde que la empresa tiene una misión difícil por delante. “Pero desde su gobierno corporativo en Canadá hasta los ejecutivos responsables directos de Pascua Lama, están trabajando denodadamente por solucionar los problemas, rectificar el proyecto, volver a ponerlo en marcha y reconstruir las confianzas con las comunidades aledañas y con las autoridades a nivel central, regional y local”, reflexiona.

Pascua Lama ya pagó su multa y ahora debería presentar, durante la próxima semana, el plan de trabajo de las obras que la superintendencia solicitó para poder reactivar sus operaciones. La misma autoridad ambiental reconoció que esas obras podrían demorar entre uno a dos años en su ejecución, tiempo durante el cual el proyecto seguirá paralizado.

LTOL

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