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Chile

Para experto en tecnología de la Universidad De Boston, los inversionistas chilenos son conservadores y ven a la sustentabilidad como "una cosa de bastante largo plazo". La innovación está en buen pie en Chile, donde falta profundidad en el tipo de emprendimiento.

Miércoles 26 de Junio de 2013.- Emprender en nuestro país ya es un desafío, pero es aún más difícil hacerlo en sustentabilidad. Así piensa Fernando Suárez, experto en tecnología y profesor de la Universidad de Boston, quien viaja constantemente a Chile ha realizar clases como profesor visitante en la Universidad de Los Andes.

¿Cómo evalúa las posibilidades de generar emprendimientos hacia la sustentabilidad en Chile?

Creo que este país, al igual que todos, está bajo los mismos desafíos. Hablo de desafíos de sustentabilidad por exceso del uso de los recursos, contaminación en las ciudades, aguas y problemas energéticos. En cuanto a este último, nuestra matriz energética es insuficiente para el consumo. Pero aquí existen las mismas posibilidades que existen en otros países de ahorrar energía y al mismo tiempo crear nuevos modelos de negocio que puedan hacer que el país sea menos dependiente de energía externa y que a la vez genere nuevas fuentes de valor.

Y en cuanto a financiamiento de este tipo de emprendimiento e innovación…

Eso es un tema importante y difícil en Chile, y en Latinoamérica en general. Creo que los emprendimientos para sustentabilidad son tal vez es un poco más difíciles que otros porque en general los inversionistas de este país son bastante conservadores y lo que ocurre es que la sustentabilidad se ve como una cosa de bastante largo plazo.

Si lo ponemos en comparación con otros países de la región, ¿la realidad es similar en cuanto a innovación “verde”?

En general, debemos estar bien en comparación con otros países de Latinoamérica. Donde probablemente no estamos tan bien es en el tipo de emprendimientos que tenemos. Los emprendimientos de aquí no son de punta tecnológica. En Brasil se ven más iniciativas tecnológicas que los que uno ve acá como tecnología de informática o de biotecnología. Tal vez por el hecho de que es un país más grande, con una base manufacturera y científica más importante. Aquí, el gobierno tiene programas que tratan de fomentar los distintos tipos de innovación, pero en cuanto a la profundidad del tipo de desarrollos estamos bastante atrás.

¿Falta acercar el conocimiento y la academia a la innovación?

El gran secreto de Estados Unidos y países europeos es justamente un acercamiento bastante mayor entre conocimiento científico y tecnológico que se desarrolla fundamentalmente en las universidad y las empresas. Acá eso existe poco.

Y en cuanto al apoyo de los privados a la innovación que podría ayudar a solucionarles problemas inclusive, ¿cómo analiza esa relación?

Los grandes empresarios y las grandes empresas de este país no valoran las ideas y el talento de la misma forma que lo valoran en otros países. Me refiero a que cuando parte una idea y tiene talento, las empresas europeas y norteamericanas van a invertir en esa idea pero la persona va a seguir siendo el controlador de la compañía, porque esa persona es el talento y es clave para que funcione.

Aquí hay una especie de distorsión del valor del capital versus el valor de las ideas y del talento. En general el empresariado chileno tiende a valorar mucho más el capital respecto a las ideas. Entonces, cuando una persona busca financiamiento le ofrecen comprar la mayor parte y que se quede con una parte pequeña. Eso tiene que ver con la percepción conservadora de los inversionistas, que son bastantes reacios al riesgo y no están dispuestos a apostar. En cuanto a sustentabilidad esto se agrava aún más.

¿Cómo evalúa el trabajo de las empresas en la generación de conciencia del consumidor sobre los efectos de su consumo?

Es natural en una primera etapa que las empresas traten de vender y vender. Pero a la larga intentar vender a toda costa puede resultar perjudicial para la empresa. El cliente una vez que se da cuenta que la empresa no le ha entregando toda la información que tenían y que podría haber servido para tomar mejores decisiones, lo que ocurre es que le va a pasar la cuenta.

Aquí debería darse naturalmente una especie de maduración en el sistema económico y empresarial chileno.

¿Está mal entendida la responsabilidad social empresarial?

Están en un proceso de entender mejor cuál es el beneficio de ser una entidad más transparente con el consumidor. Ese es el proceso de balance, que significa a veces dejar de ganar algo en el corto plazo para ganar algo más a largo plazo.

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