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Chile

16 de Diciembre de 2011.- En 2008, en medio de la crisis del gas argentino, el gobierno se la jugó por la fuente alternativa que revolucionaría la matriz eléctrica local: la geotermia.

Entonces, se hablaba de un potencial de 16 mil MW, que permitiría cubrir gran parte de la demanda eléctrica nacional y, además, basada en un recurso sumamente abudante en el país, cual es la red de volcanes cordilleranas. Se licitó una veintena de zonas de exploración ­posteriormente se hicieron otros dos procesos similares, el último en 2010­ y el interés fue importante. Era, posiblemente, el despegue de la geotermia en Chile.

Con todas esas expectativas, era de suponerse que hoy, tres años después, la geotermia despegaría, los anuncios de inversión se multiplicarían y las inauguraciones se sucederían.

Pero nada de eso ocurrió.

En efecto, el último plan de obras de la Comisión Nacional de Energía (CNE), incluido en el estudio de precio de nudo de octubre, plantea que el primer proyecto, que inyectará 40 MW al SING (Polloquere 01, propiedad de un joint­venture entre ENAP y Antofagasta Minerals), recién entrará en operaciones en mayo de 2016, casi diez años después de la primera licitación de exploraciones.

El mismo documento plantea que las perspectivas en relación con la relevancia futura que tendrá esta tecnología en la matriz eléctrica no son alentadoras, tanto en el Sistema Interconectado Central (SIC) como en el del Norte Grande (SING).

Razones de la demora

El entusiasmo por esta actividad chocó de frente con barreras de entrada como la falta de información geológica, los costos de exploración y la burocracia. Este es el principal "pero" que no ha permitido su desarrollo a mayor escala, según opinan en la industria.

"Los procesos administrativos para la obtención de las concesiones son el primer paso en los proyectos geotérmicos. Desafortunadamente éstos no son rápidos y constituyen la primera traba que el gobierno debe apuntar a remover. Por ejemplo, existen solicitudes de concesiones que llevan más de dos años en tramitación además que la licitación que se convocó en noviembre del año pasado aún no está resuelta", plantea el presidente de la Asociación Chilena de Energía Geotérmica (Achegeo), Fernando Allendes. A esto se agrega la falta de instrumentos financieros que permitan mitigar los riesgos de la exploración, y la falta de señales sobre la estabilidad de precios para las energías no convencionales.

El personero plantea que el potencial geotérmico puede superar los 3.000 MW ­el 10% del consumo a 2020­ e incluso encumbrarse sobre los 16.000 MW.

Sin embargo, el ejecutivo cree que el tema es más político. "Yo lo resumiría en voluntad política de querer desarrollar la geotermia" (Pulso).

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