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Internacional

19 de Diciembre de 2011.- Ni Barrick ni Antofagasta Minerals ­el brazo minero del grupo Luksic­ se resignan aún a perder el proyecto minero Reko Diq, ubicado en Pakistán y en el que, pese a que ya habían invertido US$500 millones, les fueron denegados los permisos para operar.

Ambas compañías, además de persistir en instancias internacionales ­ya recurrieron al Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI)­, salieron en búsqueda de apoyo internacional que diera más peso a su postura. Y al menos Barrick ya consiguió el respaldo de su país.

En concreto, la semana pasada, el gobierno canadiense salió a mostrar su "preocupación" por lo ocurrido en Reko Diq y a cuestionar la legitimidad de la decisión de las autoridades de Baluchistán ­la provincia paquistaní en la que se emplaza Reko Diq­ que, además, dieron señales concretas de iniciar el trabajo por su cuenta, algo que ya había anunciado hace algunas semanas, aunque sólo como una intención.

Precisamente el segundo comisionado de Canadá en Pakistán, Lajoas Andraaz, fue el encargado de dar a conocer el malestar del gobierno canadiense sobre la decisión en Reko Diq, señalando que está preocupado por la situación y que Canadá no tiene otros intereses en Paquistán, para intentar acallar las dudas.

En declaraciones recogidas por medios paquistaníes, Andraaz señaló: "nosotros no tenemos ningún objetivo político en Paquistán. Canadá realmente quiere una Paquistán viable y fuerte y nosotros seguiremos apoyándolos en eso", señaló el personero.

Andraaz agregó que Canadá quiere invertir en la industria minera, por lo que lo ocurrido en Reko Diq es "realmente decepcionante".

Cerró señalando que el gobierno canadiense está siempre dispuesto a promover los intereses económicos de los paquistaníes, más allá de las situaciones políticas e intereses contrapuestos.

Hasta ahora, no ha habido respuesta a la inquietud canadiense.

Paquistán interviniendo
Pese al emplazamiento, el gobierno de la provincia de Baluchistán continúa con sus planes para Reko Diq, una vez que logró deshacerse de las corporaciones extranjeras. De hecho, ya anunció para los próximos días el inicio de la construcción de una refinería, con un costo cercano a los US$300 millones, la que se utilizará para tratar los minerales provenientes del yacimiento desde la etapa de presstriping.

"La decisión de iniciar (la construcción del proyecto) debe ser implementada inmediatamente y sin demora", señaló un alto representante de Baluchistán, de acuerdo con versiones de prensa fichadas en el país asiático.
El proyecto minero, que consideraba un costo de US$3.300 millones, fue inicialmente desarrollado por la minera canadiense BHP Billiton, que se deshizo de él a mediados de la década pasada, tras formar la empresa Tethyan Copper (TC). Posteriormente, entraron a la propiedad de TC los dos socios: Antofagasta Minerals y Barrick, que en Chile posee intereses en los proyectos de oro y cobre Pascua Lama y Cerro Casale y en la mina de cobre Zaldívar. Ambas compañías desarrollaron extensos estudios para confirmar la viabilidad de la iniciativa, a la vez que perfeccionaron los estudios de exploración y análisis del contenido de la roca.

Una vez que ya habían invertido cerca de US$500 millones, y tras haber recibido el rechazo al primer estudio de factibilidad por parte de las autoridades de Baluchistán ­que también tocaba una participación en TC­ ingresaron un segundo análisis, el que volvió a recibir un "no" como respuesta.

Tras eso, el gobierno local anunció que avanzaría por su cuenta con la iniciativa, situación que pilló de sorpresa a los privados, que comenzaron a analizar nuevos pasos. A fines de noviembre, anunciaron que iban a recurrir a distintas instancias internacionales, situación que ya se produjo (mediante el CIADI) y que ahora están avanzando en etapas preliminares (Pulso).

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