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Chile

27 de Diciembre de 2011.- Parte importante de los problemas eléctricos que vive el país ya tienen una solución. El problema es que está, por ahora, sólo en el papel, en los documentos que entregó, a fines de noviembre, el Consejo Asesor para el Desarrollo Eléctrico (CADE), que preside Juan Antonio Guzmán. El personero aborda en entrevista con PULSO cuáles son las posibles salidas a esta situación, que es, según varios expertos y ejecutivos, apenas una señal de la fragilidad que enfrenta el país en materia energética, en todo el territorio.

¿Cuál es su opinión frente a lo que está ocurriendo en el norte del país?

Esta es una situación que refleja que el sistema eléctrico está en una condición vulnerable, fundamentalmente porque las inversiones se han retrasado -tanto en generación como en transmisión, y en este caso lo que se produjo fue una salida de una central. Este tipo de alteraciones es reiterativo, igual como hace unos meses un problema en una línea de transmisión generó una caída en el Sistema Interconectado Central (SIC) que fue bastante grande.

Entonces, a raíz de esta necesidad de reforzar el sistema, se creó esta comisión CADE, que tenía por objeto analizar la situación y decir cuáles son precisamente los problemas más importantes y de qué manera es necesario resolver ciertas restricciones o limitaciones para que se lleven adelante las inversiones.

Respecto del déficit que existe en Chile en materia de transmisión. ¿Qué es lo que se discutió en el CADE?

-La generación y la transmisión son igualmente importantes. Uno puede pensar que es más importante la generación, porque sin ésta no se puede producir, pero la verdad es que si no se puede transmitir no sirve de mucho que se pueda producir. Tiene que haber un balance entre las dos cosas y fundamentalmente ha habido retraso, principalmente por obstáculos de tipo regulatorios, permisos y por motivo de las servidumbres que se requieren para las líneas, que han demorado todo. Además está el atraso en la construcción de nuevas centrales, en construcción de nuevas líneas y el reforzamiento de las líneas que hay. Todo esto configura un escenario de vulnerabilidad del sistema.

¿El SING está en una situación más grave que el SIC?

-Cada sistema tiene sus particularidades y su necesidad de reforzamiento, pero lo importante es que la disposición para la inversión, en la medida en que se puedan subsanar estas dificultades en la concreción de los proyectos, está. Una de las conclusiones importantes del CADE es que la principal causa del encarecimiento y, eventualmente, de la menor seguridad de abastecimiento, es el retraso en las obras. Un retraso de un año significa un incremento de costo del 20%.

¿Hay una planificación que no se está cumpliendo?

-Se está cumpliendo con atraso.

¿La solución va por el lado de apurar inversiones?

-Hay dos problemas. Uno es de corto plazo, que tiene que ver con permitir que la ejecución de los proyectos que están en curso o por iniciarse, se pueden cumplir en los plazos, sin el riesgo de que los permisos se dilaten más allá de lo deseable, ni que alguno de los permisos se judicialice. Esto es, por ejemplo, el caso de las servidumbres. En algunos casos, las servidumbres han sido utilizadas para pedir compensaciones económicas muy por encima del valor de la propia tierra, lo cual parece bastante absurdo. Eso solucionaría el problema a corto plazo, y en ese sentido la disposición de la autoridad, y en particular del Ministerio de Energía, ha sido muy buena.

¿Qué otro problema vislumbra?

-Hay un problema de largo plazo, que tiene que ver con la decisión de inversiones en centrales de generación mirando hacia 2015 y 2016 y más adelante, porque lo que está disponible hoy va a permitir abastecer la demanda para los próximos 3, 4 o 5 años. De ahí para adelante las decisiones de inversión y el rechazo a ellas incrementa el riesgo a los inversionistas y muchas veces dilata las decisiones de inversión, porque los inversionistas esperan obtener los permisos. Eso también hace que potenciales nuevos actores tengan mayor reticencia a invertir, y no permite que aparezcan nuevos actores porque ven un riesgo mayor que no se compensa frente a la rentabilidad de las inversiones.

En el SING hay muchas líneas dedicadas mina-central, que no se interconectan al sistema. ¿Qué pasa con eso?

-El tema de las líneas dedicadas y el tema de la interconexión es un tema que hay que resolverlo en conjunto, eso corresponde a una planificación ordenada. Claramente, la solución en el norte es que las líneas dejen de ser dedicadas. Los proyectos se están retrasando por la complejidad de la servidumbre, por la complejidad de las regulaciones, de los permisos ambientales y por la oposición cerrada de determinados grupos que no están pensando en el bien común del país.

¿La interconexión SING-SIC sería la solución de largo plazo?

-Ese es un tema que se está estudiando en profundidad, porque no se saca nada con interconectar con una línea que sea muy delgada porque puede trasmitir muy poco, pero por otra parte, el tamaño de una línea, es decir la capacidad de trasmisión, tiene ver con los consumos que pueda tener y con las pérdidas por transmitir en distancias muy largas. Entonces, no es como llegar y decir que hay que abrir la interconexión y se acaba el problema, eso de ninguna manera es así. Yo diría que tal como están hoy dados los consumos y las distancias, lo más probable es que de haber una interconexión sería de un tamaño menor. Hay que esperar el resultado de los estudios (Pulso).

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