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Chile

27 de Diciembre de 2011.- Una verdadera crisis es la que vive, por estos días, el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), detonada tras la caída del complejo Compañía Eléctrica de Tarapacá (Celta), de propiedad de Endesa.

La salida de la central a carbón y diésel, que sufrió una falla que la obligó a salir del sistema al menos, hasta fines de diciembre generó graves complicaciones en la zona de Iquique, con medidas de racionamiento incluidas, entre ellas, la reducción del consumo de las tres mineras grandes que operan en la región: Quebrada Blanca (Teck), Collahuasi (Anglo American y Xstrata) y Cerro Colorado (BHP Billiton).

Esto podría no ser grave si se tiene en cuenta que el SING, en términos agregados, cuenta con la holgura suficiente como para cubrir la salida de unidades productivas. El problema es que el sistema tiene serios problemas en transmisión, pues, si bien la energía en el SING está disponible, no existe la capacidad para transmitirla desde Mejillones y Tocopilla, donde se ubican los complejos de generación, hacia el norte.

"Sabemos que en la zona sur del SING (Mejillones) existe sobreoferta producto de una capacidad instalada excedentaria, pero para poder hacer llegar esa energía a la zona norte del SING, donde la capacidad de generación es limitada, se hace necesario un sistema de transmisión robusto hacia el norte", ratifica el gerente general de la Asociación Gremial de Generadoras de Chile (AGG), René Muga.

También lo reconoció, por ejemplo, el propio ministro de Energía, Rodrigo Álvarez, quien sostuvo que el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), al igual que el Sistema Interconectado Central (SIC), son sistemas que tienen "una fragilidad muy relevante".

Según un alto ejecutivo de una empresa eléctrica, la conexión que existe en el SING entre las regiones de Tarapacá y Antofagasta es absolutamente insuficiente, y esto se repite en otras zonas de país, como por ejemplo, de Copiapó al norte, en el SIC. "Es un verdadero cable de timbre", sostiene.

Lo que se precisa, dicen en el sector, son inversiones. No inversionistas (interesados hay suficientes), sino condiciones para que las obras requeridas se ejecuten rápido.

Falla estructural

"Este es un problema estructural, y en la medida de que no ingresen mayores proyectos de generación, así como que se robustezca el sistema de transmisión, no van a haber mayores novedades, siempre se va a tener que gestionar así", explica, de forma oficial, el Centro de Despacho Económico de Carga (CDEC) del SING. Es decir, mientras no ingresen nuevas líneas de transmisión o, en su defecto, plantas generadoras en el norte del SING, todo seguirá igual.

"Pasa que todo se ha ralentizado, y los trámites para poder ejecutar proyectos, que hasta no tanto tiempo atrás se podían ejecutar en plazos preestablecidos, ya no sirven", señala al respecto el socio de Electroconsultores, Francisco Aguirre, quien agrega que esto ha provocado que los estudios de expansión de transmisión en el SIC y el SING se hagan con desfase, pues las recomendaciones de inversión se concretan varios años después de lo que se requiere.

"Este año se está elaborando un nuevo informe de expansión de los sistemas. Es altamente probable que antes de que los proyectos recomendados estén listos, ya estemos debatiendo qué otros proyectos se necesitan", agrega el experto. Según el presidente de la Comisión Asesora para el Desarrollo Eléctrico (CADE), Juan Antonio Guzmán, es necesario realizar cambios en los pagos de servidumbres, pues la estrechez eléctrica puede prestarse para intereses particulares.

Reducción de consumo y decreto preventivo

El viernes pasado, el ministro de Energía, Rodrigo Álvarez, anunció un decreto de racionamiento de carácter preventivo, que si bien no contempla en lo inmediato cortes programados, sí considera algunas medidas para evitar, precisamente, los apagones, lo que por ahora no ocurrirá.

Una de las medidas más eficientes es la reducción del voltaje, lo que permite un ahorro de hasta 10% en los requerimientos eléctricos.

A su vez, se solicitó a las mineras una reducción de su consumo en 5%, situación que afecta a las tres faenas mineras grandes que operan en la región de Tarapacá: Quebrada Blanca, Collahuasi y Cerro Colorado, además de algunas operaciones de SPL y SQM.

No obstante, se espera que la situación esté resuelta antes del 29 de diciembre, fecha en la que, de acuerdo con la información que maneja el ministerio de Energía, la central Celta debería volver a operar con normalidad (Pulso).

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