Home   +562 2225 0164 info@portalminero.com

Síguenos

Skip to end of metadata
Go to start of metadata

España

El lote abarca un terreno de 1.150 acres en la Guyana Británica

Viernes 07 de Diciembre de 2012.- "Un error muy común es pensar que dado que el precio del oro está muy alto, sobre los 1.700 dólares la onza, el mercado de la compraventa está en su mejor momento, lo que ocurre es que mueve mucho volumen pero con márgenes comerciales reducidos a su mínima expresión, apenas el 1%. En realidad, el verdadero negocio se encuentra en la extracción de la materia prima", asegura Edmundo Júdez, director de World Wide Gold Group.

La firma valenciana, –una de las mayores de España dedicadas a la importación y exportación del metal precioso, sacará a subasta pública el próximo día 13 de diciembre los derechos de explotación de un 'lote' (una mina que abarca un terreno de 1.150 acres).

El objetivo de sacar a subasta pública una mina de oro y diamantes, señala Júdez, "es sobre todo para dar a conocer este mercado, ya que los derechos de las otras once de las que disponemos se negociarán directamente con personas interesadas y que conocen ya el sector".

Así, durante la misma puja, saldrán a la venta otros productos, –desde piezas de joyería hasta relojes de alta gama, pasando por obras de arte. La última pieza que se ofrecerá serán los derechos mineros.

Para los que piensen que es un negocio de película, la personalidad de Edmundo Júdez hará sus delicias. Su nombre es una tradición familiar desde que su tatarabuela, amante de las novelas clásicas de Alejandro Dumas, decidió que su hijo llevara el nombre del famoso Conde de Montecristo.

El nombre se quedó en la familia y pasa de generación en generación. De niño, era uno de esos que pasaba horas mirando los mapas y soñando con viajar. Nacido en el seno de una conocida familia de joyeros -–él es la tercera generación- un día le planteó a su padre la posibilidad de entrar en el negocio de la minería. "Eso es imposible", le respondió, "ese mercado está copado".

Imagen de la zona de explotación de la mina de la Guyana.
Así, con apenas 28 años, decidió demostrarle que estaba equivocado. Con más entusiasmo que experiencia, y acompañado por un amigo, decidió viajar a Ghana. El éxito de esta primera incursión no fue ir, sino volver con vida. Luego probó suerte en Togo (donde la firma contó con otra mina durante dos años) y, tras África, decidió cruzar el charco. Venezuela fue su siguiente destino, y de ahí a Miami, donde entró en contacto con un empresario de diamantes que conocía el mercado de Guyana Británica. Finalmente, decidió instalarse allí. En 2010 creó en España la firma que, un año más tarde, facturó 20 millones de euros.

Exótico pero lucrativo

"En total", explica Júdez, "gestionamos los derechos de doce lotes, pero hemos querido hacer una subasta pública para dar a conocer un negocio que, para muchos, puede parecer algo exótico, pero en el que es posible entrar y puede resultar muy lucrativo".

Aunque el público en general está familiarizado con las pequeñas tiendas de compraventa, el empresario explica que ese mercado está saturado y han entrado operadores nuevos que no siempre ofrecen las garantías necesarias. "Muchos de ellos han pasado de la tienda de venta de móviles a las inmobiliarias, y tras el estallido de la burbuja, se han pasado a este sector".

Según Júdez, el problema del mercado del oro es que "la mayor parte de las operaciones se hacen porque el metal se ha convertido en un valor refugio para los inversores que no confían en los productos financieros habituales, lo que supone que adquirir lingotes está en el límite de la especulación". Este joyero echa de menos los tiempos en el que el precio era más estable, "ya que nos permitía hacer mejor nuestro negocio, que es el de transformarlo en joyas".

No dice que –-como antídoto contra la crisis- invertir en lingotes sea malo, simplemente que no es el 'chollo' que mucha gente se imagina. "Ese oro se ha extraído, transformado, transportado, custodiado y vendido. En otras palabras se compra por encima del 'fixing' -–el precio en el mercado internacional- y hay que esperar a que suba para poder venderlo con un margen de beneficios". En los últimos meses, el precio de la onza ha caído casi 100 dólares. "No dudo que volverá a subir, pero el beneficio no es tan automático como algunos creen", apostilla.

Así, la extracción "sólo ofrece beneficios". En primer lugar, el metal se obtiene a un precio inferior al de mercado e, incluso, se puede almacenar y sacar a la venta en el momento adecuado. "El precio de la extracción es bastante estable, demanda siempre va a existir, y el margen comercial es mucho más alto", concluye.

¿Vender sus minas?

La pregunta a la que ha tenido que responder más de una vez es evidente: ¿si tan buen negocio es, por qué vende las minas? "La respuesta es sencilla, World Wide Gold Group no vende sus minas, de hecho, hemos pasado de tener de una a tener tres en menos de un año, pero gestionar doce es algo que creo que ni las empresas más potentes instaladas ahora en la Guyana Británica podrían asumir", explica.

En la subasta, lo que se puede adquirir son los derechos de explotación mineros (de oro y diamantes) de un terreno, en el que ya se han hecho los estudios geológicos necesarios que acreditan la existencia de los materiales preciosos. Además, los trámites administrativos (una verdadera odisea en la antigua ex colonia) están resueltos. "En principio, en pocos días quien se los adjudique podría empezar a operar. En caso de necesitar algún tipo de asesoramiento en el país, existe la posibilidad de llegar a un acuerdo y nosotros podríamos ofrecerles ese servicio".

Las materias primas que ofrece la firma valenciana están auditadas por diversos organismos internacionales para garantizar que se cumplen con toda la legislación internacional. World Wide Gold Group tiene credenciales y ha pasado la auditoría de la entidad suiza FIMMA (Autorita Federale di Vigilanza Sui Mercati Finanziari) y las exportaciones que realiza de piedras preciosas (diamantes) pasan todas por The Kimberley Process Certification Scheme (KPCS), que garantizan, por ejemplo, que se cumple la normativa sobre seguridad laboral, no se contrata mano de obra infantil o que no proceden de zonas en conflicto.

Además, la firma se ha adherido a un protocolo de actuación puesto en marcha por las autoridades de la Guyana Británica para contribuir a la regeneración de las zonas mineras una vez ha concluido el proceso de extracción.

ELMUNDO.ES

Portal Minero