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Chile

Las zonas que concentran la actividad minera presentan buenos indicadores en conexión a internet, televisión por cable, vehículos por cada mil habitantes y ventas de supermercados.

Miércoles 26 de Diciembre de 2012.- El PIB per cápita es 163% superior al de regiones no mineras y 45% mayor que Santiago, pero reciben un 15% menos en salud. Si antes el cobre era importante para Chile, ahora lo es mucho más, dice Patricio Meller, investigador de Cieplan, quien a partir de un estudio que encomendó Minera Pelambres al Departamento de Ingeniería Industrial de la U. de Chile, elaboró un proyecto colateral pensando en el 2050, en el cual trabaja con un equipo multidisciplinario.

Su conclusión preliminar es que no hay políticas que estén apuntando a aprovechar las reales ventajas comparativas que todo el mundo reconoce que tiene el país en el sector minero. Y lo grafica, por ejemplo, con el impacto que tiene la minería del cobre en las regiones y lo que este mineral les está dejando.

Las regiones mineras (aquellas con un aporte al PIB regional superior al 30%) son hoy la segunda principal fuente de recaudación tributaria que tiene la economía chilena, fenómeno reciente, asociado a la implementación del royalty. El impuesto que paga la minería del cobre es 3,4 veces mayor al que paga todo el sector industrial; tres veces mayor al que pagan el comercio mayorista y minorista, y 8,6 veces por sobre lo que paga el sector de la construcción.

Las regiones mineras, a su vez, tienen, en promedio, un PIB per cápita 163% superior a las regiones no mineras, y un 45% mayor al de la Región Metropolitana. La remuneración promedio en estas zonas supera en un 60% a las no mineras y en un 8% a la de Santiago, mientras que la productividad es 153% mayor que las regiones no mineras y un 51% por sobre la de la Región Metropolitana.

Las zonas que concentran la actividad minera presentan buenos indicadores en conexión a internet, televisión por cable, vehículos por cada mil habitantes y ventas de supermercados.

Pero esa realidad no se ve reflejada en otros indicadores sociales, dice Meller. El gasto per cápita en salud en las regiones mineras es un 15% inferior al de las regiones no mineras; tanto en la prueba SIMCE como en la PSU los resultados están por debajo de las regiones no mineras y que Santiago. La prevalencia de drogas supera en 43% el registro de las no mineras y está 8% por debajo del indicador que en esta materia ostenta Santiago. La población penal es un 21% mayor que en las regiones no mineras y 26% superior a la de Santiago.

"Las regiones mineras presentan una paradoja: son las que tienen los más altos indicadores económicos y al mismo tiempo los más bajos indicadores sociales (salud y educación). Por otra parte, coexisten altos indicadores positivos de calidad de vida, con elevados indicadores negativos (consumo de drogas y población penal). Esto es, un alto patrón de consumo de cosas buenas y malas", subraya.

Emol

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