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Chile

Martes 15 de Abril de 2014.- El sector de la energía solar térmica y fotovoltaica distribuida espera con ansias el anuncio de la estrategia de energía del actual gobierno. Es tan clave lo que allí ocurra, que de ello depende la sobrevivencia de la industria tras un 2013 ausente de políticas de desarrollo, que terminó por sepultar por un lado la solar térmica y estancar la fotovoltaica antes de que empiece su despegue.

El programa de Michelle Bachelet señala que fomentará “la distribución de ERNC generada por pequeños consumidores, creando mecanismos para resolver restricciones de liquidez que inhiben la inversión inicial para su conexión a los sistemas, e; incorporaremos en el subsidio habitacional un componente para sistemas que aprovechen la energía solar, ya sea para calentar agua o generación distribuida”. También plantea “la implementación de la Ley de Fomento de las ERNC y la de Fomento de la Energía Distribuida y extender la de incentivo a la instalación de paneles termo solares en viviendas”.

Que el ministerio de Energía cumpla con estas promesas depende que la industria solar térmica, por un lado, recupere el promisorio ritmo de crecimiento que tuvo entre 2010 y 2013. Esto, gracias a la franquicia tributaria que permitió la instalación de sistemas solares térmicos en viviendas nuevas hasta UF 4500. Durante ese corto período se instalaron más colectores solares que todos los que existían hasta esa fecha. No sólo 30 mil familias pudieron contar con agua caliente gratis en una política social que ha sido muy bien evaluada por las autoridades. El inicio de esta industria permitió el desarrollo de capacidades técnicas que no existían, una producción nacional que hoy está detenida y aprovechar nuestro tremendo potencial energético con ahorros anuales promedio de $150 mil en combustibles fósiles.

Por su parte, la industria solar fotovoltaica lleva más de dos años esperando la publicación de un reglamento que permita que las personas que cuentan con una instalación Renovable no Convencional  puedan producir su propia energía eléctrica e inyecten sus excedentes a la red, recibiendo por ello un pago de la empresa distribuidora. Esto sería a través de la ley de NetBilling, que ha sido muy criticada, dado que no al no pagar un precio justo a los usuarios por la producción de energía, no incentivará su uso. Como Asociación Chilena de Energía Solar (Acesol) hemos apoyado el cambio de esta ley a un netmetering, que paga por la inyección de energía el mismo precio que los generadores pagaron por la energía consumida. Algo muy distinto a la ley promulgada, que castiga ese valor en un 50%, a pesar de que se trata de una energía limpia y renovable. La medición neta permite que si la casa está produciendo energía fotovoltaica, el contador de la luz corre hacia atrás para proporcionar un crédito contra la electricidad que se consume en la noche. Muchos países que han adoptado este sistema han logrado excelentes resultados, que junto a incentivos para desarrollar la energía fotovoltaica han contribuido al positivo desarrollo de la generación distribuida, un medio para democratizar la energía y promover el autoabastecimiento energético, favoreciendo la seguridad y eficiencia, al restringir el uso de redes de transmisión y la necesidad de grandes centrales de energía. Por Verónica Munita, Gerente de Asesol. 

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