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Internacional

Lunes 28 de Abril de 2014.- El presidente francés, François Hollande, convocó a una reunión de crisis económica para analizar la situación del grupo industrial Alstom, que corre el riesgo de convertirse en presa de la despiadada batalla que se libran General Electric y el alemán Siemens.

Hollande reunió en el Palacio del Elíseo al primer ministro, Manuel Valls, y a los titulares de Economía e Industria, Arnaud Montebourg, y de Ecología y Energía, Ségolène Royal.

La preocupación actual del presidente se explica por el hecho de que, dado que Alstom opera en sectores estratégicos como la energía nuclear, la venta requiere la autorización del Estado francés.

Esa conferencia puso de relieve la importancia que acuerda el gobierno socialista a la venta de una parte o la totalidad de Alstom, considerado como uno de los grupos industriales más importantes del país. La empresa creada en 1908 factura 20 mil millones de euros (unos 28 mil millones de dólares) anuales y emplea 18 mil personas en Francia y 75 mil en el resto del mundo. En América Latina, está presente en México, Brasil y Argentina.

Por su importancia como fabricante del tren de alta velocidad, metros y tranvías, así como productor de energía eléctrica y nuclear, Alstom ocupó siempre una posición clave en el esquema industrial de Francia. En 2004 fue salvada de la quiebra por Nicolas Sarkozy, entonces ministro de Economía, invocando que operaba en sectores estratégicos para el país.

Gracias a su tecnología de alto nivel, equipó los metros de Nueva York, de Santiago de Chile o Caracas y las redes de tranvías de Barcelona o Dublín. Pero su balance fue penalizado por la baja actividad de sus centrales térmicas. Debido a esa situación, la empresa atraviesa nuevamente una fase de dificultades financieras. En los últimos 5 años su capitalización bursátil cayó 43 por ciento.

Aprovechando esa debilidad, Alstom recibió la semana pasada una oferta de General Electric, interesada en comprar la totalidad de sus actividades energéticas que representan 45 por ciento de sus actividades. GE se interesa igualmente por los sectores de transporte de electricidad (19 por ciento) y de energía renovable (9 por ciento). Esos tres rubros representan poco más de 70 por ciento del volumen de negocios de Alstom, mientras que el segmento de transportes ocupa 27 por ciento.

La oferta, según fuentes bursátiles sería de 9 mil 400 millones de euros (13 mil millones de dólares), lo que representa una valorización superior en 25 por ciento a su precio de mercado.

El CEO de General Electric, Jeff Immelt, viajó a París con intenciones de poder finalizar la operación con Alstom el domingo, pero sus intenciones tropezaron inicialmente con la prudente actitud del ministro Montebourg, que le pidió precisiones sobre su proyecto y luego demandó un plazo de reflexión para estudiar la oferta.

Al mismo tiempo, el presidente de la empresa alemana Siemens, Joe Kaeser, envió una carta a Alstom anunciando su intención de abrir una fase de negociaciones a fin de estudiar una "cooperación entre ambas empresas". Detrás de esa fórmula alambicada se oculta una clara oferta que prevé la reunión de las actividades energéticas de ambos grupos en manos de Siemens, y del sector de transportes para Alstom.

Esa feroz batalla industrial llega en un momento particularmente delicado para el gobierno, pues se trata de la cuarta operación que pone en peligro un grupo francés. En los últimos meses, la cementera Lafarge fue comprada por la brasileña Holcim, la agencia Publicis fusionó con la estadounidense Omnicom y el grupo chino Dongfeng ingresó al capital de PSA Peugeot Citröen.

La compra de Alstom, por otra parte, podría amenazar miles de puestos de trabajo en Francia en un momento en que el gobierno no consigue controlar el desempleo, que afecta a 3 millones de franceses.

En un esfuerzo por evitar la venta de esa joya de la industria francesa, el ministro Montebourg intentó interesar a otros grandes grupos industriales franceses en los que el Estado tiene participación, como Areva, Safran, Schneider o Thales. Pero al parecer no obtuvo ningún eco favorable.

Medios financieros le atribuyen haber sido el promotor de la iniciativa de Siemens, pues el gobierno prefiere que Alstom se alíe con un grupo de la Unión Europea (UE). Hollande sería incluso partidario de replicar el modelo Airbus, en referencia al gigante europeo de aeronáutica, espacio y defensa, formado con capitales de Francia, Alemania y, en menor medida, España y otros socios de la UE.

Para evitar la especulación con los títulos de la empresa mientras duran las consultas, las autoridades bursátiles suspendieron la cotización de Alstom. La empresa, por su lado, prometió informar a los accionistas antes del miércoles próximo. Eso significa que las próximas 48 horas pueden ser decisivas para definir esa batalla que no tiene precedentes recientes en la historia industrial de Europa. 

Oem.com.mx

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