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Perú

Lunes 21 de Abril de 2014.- Glencore/Xstrata ha anunciado la venta de Las Bambas en US$ 5,850 millones a un consorcio estatal chino (MMG, Guoxin y CITIC). La noticia ha dado la vuelta al mundo por la magnitud de la adquisición, que será pagada en efectivo y por su carácter bastante particular.

El primero es el control previo de la fusión entre Glencore y Xstrata, dos empresas suizas, que ha ejercido el gobierno chino, a través de su Ministerio de Comercio. Esta fusión, que se concretó en mayo del 2013, la convierte en la cuarta empresa minera a nivel mundial y en la segunda empresa comercializadora de minerales (“trader”). Así, sus ventas ascienden a US$ 210,000 millones anuales, equivalentes al PBI del Perú.

El gobierno chino –que tiene el 40% del consumo mundial de cobre– se preocupó, pues consideró que el poder de mercado de la fusionada pondría en riesgo su seguridad de abastecimiento, ya que buena parte de sus importaciones proviene de dicha empresa. Además, Glencore tiene varias acusaciones de subvaluación de activos en minas africanas (Mopani, en Zambia; Mutanda en Congo) y, también, del uso de precios de transferencia que subvalúan las exportaciones.

¿Y qué hizo? Muy simple: solo aprobaría la fusión si se dejaba fuera a Las Bambas y 460,000 toneladas anuales de cobre. Lo más probable era que la compradora fuera una empresa china. Y así sucedió.

Así, ahora un país realiza control previo sobre las fusiones en otro país. Inédito. Pero lógico, pues se quiere evitar la concentración empresarial y la posición de dominio. Pero aquí en el Perú no se quiere ni comenzar a discutir el proyecto de ley 972-2012 del congresista Jaime Delgado sobre el tema.

No solo eso. El gobierno peruano debería haberse pronunciado sobre las implicancias de la transacción y, también, para que quede claro que cualquier ganancia de capital tiene que pagar impuestos en el Perú, como lo dispone la Ley 29757 de julio del 2011. Es lo menos que se puede pedir.

¿Quién debe calcularlo? De hecho la Sunat, con información de la empresa, claro. Pero algo se sabe. Según la Memoria 2013 de Glencore, al 31/12 se habían invertido US$ 4,420 millones. Y la Nota de Prensa de Glencore de la semana pasada dice que en el I Trimestre 2014 se invirtieron US$ 400 millones, estimándose que al III Trimestre, fecha de cierre de la venta, se habrán invertido US$ 400 millones adicionales.

Así, la inversión en Las Bambas sería US$ 5,220 millones y su precio de venta US$ 5,850 millones. La ganancia de capital de US$ 630 millones tendría que pagar el 30%, o sea, US$ 189 millones. Los “tasadores” tienen que estar con los ojos bien abiertos para evitar perjuicios al Perú.

Hay más. En diciembre pasado la Resolución Legislativa 30143 aprobó el Convenio para evitar la Doble Imposición (CDI) entre Perú y Suiza y también, CDIs con México, Corea del Sur y Portugal. El objetivo –teórico– es evitar que se paguen impuestos dos veces por el mismo concepto, una vez en el país receptor y otra en el país de origen.

Los CDIs benefician a los países que tienen grandes inversiones en el extranjero. Y no tanto, o casi nada, a los que, como el Perú, apenas si tienen invertidos afuera US$ 1,682 millones, según el BCR. Esto marca una gran diferencia incluso con países cercanos como México, Chile y Brasil, que tienen inversiones en el exterior por US$ 89,000, 77,000 y 68,000 millones, respectivamente.

El informe de la Comisión de RREE del Congreso del 9/12/2013 dice que, según la Sunat, la posible pérdida tributaria de un CDI con Suiza sería de S/. 26.2 millones anuales, tomando como referencia las retenciones a ciudadanos suizos en el 2010. Para el MEF, “este sacrificio fiscal depende de la realidad tributaria de los países y la experiencia ha establecido que su incidencia como desventaja siempre es menor respecto de los beneficios que implica la suscripción de estos convenios” (www.mef.gob.pe). Ojo, se sabe desde mayo del 2013 que Las Bambas se va a vender y eso no se menciona en el informe citado. ¿Por qué?

Por tanto, se impone una revisión de estos convenios, que si bien están aprobados, recién serán aplicables desde el 1 de enero del 2015. En especial, debe revisarse el Artículo 13, “Ganancias de Capital”, para que no haya ninguna “sorpresa” en los pagos de Glencore/XStrata por sus ganancias de capital.

Para terminar, las fusiones y adquisiciones son pan de todos los días en este mundo globalizado: en el 2011 ascendieron a US$ 555,000 millones. En Las Bambas, Glencore/XStrata sabe perfectamente a qué juega y va a tener importantes ganancias de capital. De su lado, el gobierno chino avanza hacia su seguridad de abastecimiento, a precios convenientes, y no parece importarle mucho algún sobreprecio.

¿A qué juega el Estado peruano? ¿Es que la globalización nos hace cholitos? ¿O hay quienes, a propósito, nos hacen cholitos?

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