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Chile

El yacimiento todavía no cuenta con los recursos para iniciar su construcción. Codelco intenta buscar fórmulas que permitan hacerlo viable, ante un escenario con dos grandes complejidades: el cierre de la extensión norte de la Mina Sur y la dificultad para construir un negocio que genere utilidades para Chile.

Martes 06 de Agosto de 2013.- La actual extensión norte de la Mina Sur (ENMS) genera 125 mil toneladas de cobre fino para la División Chuquicamata. El yacimiento tiene un horizonte de término definido. En diciembre del próximo año, los recursos (óxido de cobre) se agotarán y las operaciones bajarán la cortina.

Este escenario, determinado por la naturaleza de ese yacimiento, ha hecho que la administración de la División Chuquicamata, supervisores, los trabajadores y sus dirigentes hayan buscado alternativas para las personas que son parte de esta organización.

La tarea, precisan desde Codelco, no ha sido fácil. Es en este escenario donde surge PROYECTO QUETENA, un yacimiento de óxidos que permitiría que las actuales plantas de lixiviación sigan funcionando, pero con una serie de diferencias.
Según detallan desde el proyecto, las principales dificultades de Quetena se basan en diversos aspectos, como detalló Jorge Vargas Lechuga, gerente de Desarrollo de Chuquicamata Futuro:

PROYECTO QUETENA tiene una ley de mineral muy baja, por lo que la producción de cobre estaría cercana a la mitad de la que genera la actual ENMS. La distancia entre la mina y el chancador primario es de más de 15 kilómetros, lo que encarece, obviamente, el costo de producción. Por ende, si no somos capaces de crear esta solución, es como ir a pedirle plata a Chile y ofrecerle pérdidas a cambio, por lo que corremos el gran riesgo de que este proyecto no sea realidad”.
Lamentablemente, detallan, los problemas no terminan allí. El hecho de que la producción de cobre fino se reduzca a la mitad de lo que se genera hoy en la ENMS, tiene complicada a la línea de óxidos.

José Miguel Fernández, gerente de Extracción y Lixiviación, ha iniciado un trabajo tendiente a hacer cada día más competitiva esta área de la División Chuquicamata, de modo de adaptarla a la realidad que podría generarse si PROYECTO QUETENA se construye.

“Estoy muy agradecido del esfuerzo de los trabajadores, supervisores, superintendentes, en fin, de todos quienes trabajan en esta gerencia, puesto que estamos luchando para implementar mejoras que disminuyan los costos de tratamiento de mineral. Aun así, sabemos que nuestra planta está diseñada para producir el doble de cobre fino de los que puede producir Quetena, por lo que claramente deberá optimizarse para lograr mayores productividades”, precisa Fernández.

LAS ALTERNATIVAS PARA LOS TRABAJADORES

Con estos elementos a la vista, explicitan desde Codelco, no es posible que todos los puestos de trabajo que requerirá la mina Quetena se completen con trabajadores provenientes desde la ENMS, sin que ello conlleve un cambio de prácticas y condiciones. Este elemento, sumado a otras variables, como la baja ley, las distancias y una planta diseñada para otro yacimiento, eleva el costo de producción hasta hacer el proyecto inviable para Codelco.  José Miguel Fernández precisa al respecto: “podemos manifestar que los trabajadores no son parte del problema, pero sí de la solución”.

La empresa se encuentra en un proceso de diálogo abierto con los dirigentes sindicales para buscar soluciones. El viernes pasado se les dieron a conocer las razones económicas que hacen imposible no hacer modificaciones importantes, si se quiere dar viabilidad al proyecto Quetena.

“Lo que planteamos es buscar, en conjunto con la dirigencia sindical, la mejor forma de demostrarle al directorio de Codelco –que debe autorizar los fondos para dar vida al proyecto- que somos capaces de encontrar una solución que haga que Quetena sea viable, que genere empleabilidad para trabajadores que actualmente operan en la ENMS y que también permita instalar un nuevo modelo de operación. Queremos una estructura más flexible, con menos cargos, con una jornada de trabajo diferente. Esto no es un capricho, lo necesitamos porque es un camino para reposicionar a Chuquicamata, para decir que somos capaces de seguir aportando riquezas para Chile”, precisa Juan Carlos Avendaño, gerente general de Chuquicamata.

A la vez, es claro en manifestar que “pretender que Quetena se opere sólo con trabajadores provenientes desde la ENMS, en las mismas condiciones económicas que tienen actualmente, sin introducir cambios en la flexibilidad laboral, en los turnos, etcétera, es algo a lo cual no podemos decir que sí. Sería una absoluta irresponsabilidad de nuestra parte y estaríamos mintiéndoles a nuestros propios trabajadores. Eso no lo voy a hacer. Pero sí estamos dispuestos, es más, solicitamos abiertamente, que trabajemos en encontrar alternativas, en buscar soluciones, porque si nos quedamos de brazos cruzados o hacemos de esto una batalla, no llegaremos a ninguna parte y la División y sus trabajadores se verán muy afectados. No podemos darnos el lujo de perder más tiempo, es hora de actuar”.

El gerente general de la división precisa que hoy existen alternativas de reubicación en mina Chuquicamata, para operadores y mantenedores; reubicación de operadores en mina Quetena, de ser viable el proyecto; y el plan de egreso pactado en el convenio colectivo de diciembre pasado.

CON EL TIEMPO EN CONTRA

Lo que más preocupa a la División, según Avendaño, es que el tiempo transcurre y cada día que se pierde sin tener el acuerdo, es un día más de retraso para el proyecto.

“Estamos conscientes de que es un tema difícil, pero eso no implica que no podamos buscar soluciones. Tenemos  a un gran equipo trabajando arduamente en encontrar las mejores vías posibles y sabemos que todas ellas implican cambios. Pero es mejor enfrentar la realidad que mirar para otro lado o pretender que alguien busque la solución por nosotros”, especifica el gerente general de Chuqui.

En la empresa dicen que el cumplimiento del plan de egreso es uno de los elementos centrales para poder disponer de soluciones de empleabilidad.

Mario Elgueta, gerente de Recursos Humanos precisa que “en la medida que más trabajadores tomen esta alternativa acordada con la dirigencia sindical en el reciente convenio colectivo, más posibilidades de movilidad interna se generarán para faenas que se están cerrando, como la  ENMS; o disminuyendo su actividad, pero si nadie lo hace entonces el camino se pone más difícil. Si hay quien duda de que Chuquicamata está sufriendo cambios y necesita ajustarse en su transición a la Subterránea, estamos dispuestos a mostrarle los detalles de nuestro futuro minero, que indican claramente que entramos en una nueva era, que podemos ser los primeros nuevamente, pero que debemos hacer muchas cosas de otra forma, conservando también una serie de elementos que nos han hecho grandes durante la historia”.

Tiempos complejos los que vive Chuquicamata, que deposita sus esperanzas de un futuro mejor en sus ejecutivos, trabajadores, supervisores y dirigentes sindicales.

Codelco

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