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Argentina

Martes 07 de Mayo de 2013.- Este 7 de mayo se cumplirá el bicentenario de la primera ley de fomento minero establecida por la Asamblea General Constituyente bajo la presidencia de Juan Larrea. Seguía los lineamientos del Plan de Operaciones, la plataforma política de la revolución de mayo, ideada por Manuel Belgrano y Mariano Moreno. La minería al servicio de un estado nacional, revolucionario y para lograr “la felicidad de 400 mil habitantes” y en contra de las minorías que “son como el agua estancada” de una sociedad, según el decir del secretario de la Primera Junta, uno de los primeros desaparecidos de la historia.

Minería para la independencia y la revolución.

Ya en la sesión del 29 de abril de 1813, se estableció que “no se puede pensar sobre la importante materia de rentas públicas, sin que ocurra desde luego el ramo de las minas en un país que parece ser el depósito común de las tierras minerales. Los inmensos depósitos de plata y oro que contienen estas cordilleras, deben quedar abiertos para cuantos hombres quieran venir a extraerlos desde todos los puntos del globo…”, apuntaba el escrito de los asambleístas.

Aquella primera ley del 7 de mayo de 1813 estableció que “el ramo de minas, después del crédito público, formaba la base más sólida del sistema de hacienda, porque era imposible que existiera agricultura, población y comercio, en grado de prosperidad progresiva, sin el fomento poderoso y bien entendido de las minas, para lo cual es necesario grandes capitales, en primer lugar y en segundo una población activa e ilustrada que proporcione a los emprendedores ganancias capaces de estimularlos a correr los riesgos que consigo tienen los trabajadores”.

Por otro lado, la misma asamblea ya había suprimido la mita el 12 de marzo de aquel año, esa forma de explotación esclavista contra los pueblos originarios.

Se daba lugar en aquella primera ley minera al capital extranjero pero siempre subordinado a los intereses nacionales: declara como primera medida, libre el ingreso al país de la maquinaria y utensilios para las faenas mineras; faculta a los extranjeros a denunciar minas, en todo el ámbito de las provincias unidas y en los mismos términos que los nacionales; dispuso organizar un establecimiento de rescate de minerales en la Villa del Potosí, entre otras cosas.

En la segunda mitad de la década del veinte del siglo diecinueve, Bernardino Rivadavia, siendo empleado de una minera inglesa, es convertido en presidente de las Provincias Unidas y, como tal, ordena la invasión a la provincia de La Rioja para apoderarse del cerro de Famatina y sus recursos minerales. La idea era que esos bienes del subsuelo formaran parte de la compañía de Tierras y Minas del Río de la Plata, de capitales ingleses. El pueblo se organiza en asamblea en movimiento y esa montonera liderada por Facundo Quiroga echa al ejército al servicio de los intereses extranjeros.

A mediados del siglo veinte la cuestión minera seguía siendo sinónimo de soberanía nacional y popular: “La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de un orden económico conforme a los principios de la justicia social...Los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas, y las demás fuentes naturales de energía, con excepción de los vegetales, son propiedades imprescriptibles e inalienables de la Nación, con la correspondiente participación en su producto, que se convendrá con las provincias”, decía el artículo 40 de la fenomenal Constitución peronista del año 1949.

Sin embargo, doscientos años después, las principales mineras que trabajan en el país son extranjeras y se llevan la totalidad de sus ganancias.

La Barrick, hoy suspendida por la justicia chilena por su agresión al medio ambiente y en defensa de cinco comunidades diaguitas del país hermano, tiene el nombre de Minera Argentina Gold y es la tercera empresa que más dinero ganó en el país durante 2012. Tuvo utilidades netas por 2.409 millones de pesos, a razón de 6,6 millones diarios y 278 mil pesos por hora. Quizás por eso sus principales defensores sean el gobernador de la provincia de San Juan y el poder ejecutivo nacional.

O Minera Alumbrera que saca sus riquezas por el puerto privado de Terminal 6, en Puerto San Martín, sur de la provincia de Santa Fe, que ganó nada menos que 1.920 millones de pesos, a razón de 5,5 millones diarios y 222 mil pesos por hora. Fue la empresa número 6 entre las 100 que más ganaron en la Argentina.

Por eso en este 7 de mayo, el día que Evita cumpliría 94 años, es necesario pensar que los fantasmas de Mariano Moreno, Manuel Belgrano, Facundo Quiroga, el Chacho Peñaloza y miles de enamorados de aquella constitución del 49 se estarán moviendo inquietos con la necesidad que el país retome la idea fuerza original de doscientos años atrás: los bienes comunes, las riquezas del susbsuelo deben servir para el desarrollo del pueblo argentino y no solamente para el negocio de los cómplices del saqueo y el modelo extractivista hoy vigente.

Argenpress.info

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