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Colombia

Expertos dicen que más ahorro del Estado y control a la tasa de cambio también son los otros retos.

Lunes 20 de Mayo de 2013.- Toda renta petrolera y minera tiene de alguna forma un impacto en la economía de los países y de la administración del Estado depende si la explotación de esta riqueza se convierte en un motor de desarrollo o en la llamada maldición de los recursos mineroenergéticos.

Teniendo en cuenta esto, algunos expertos consideran que Colombia tiene muchos retos por superar para lograr que esta actividad se refleje en mejores condiciones de vida para los nacionales.

Adriana Martínez Villegas, presidenta del Congreso Internacional de Minería y Petróleo (Cinmipetrol), asegura que todavía preocupa la amenaza de la enfermedad holandesa (que se da cuando un país se dedica solo a explotar sus recursos naturales y baja su producción manufacturera) y por otro lado, asegura que falta innovación en el sector.

“La industria minera y energética se ha convertido en la mejor oportunidad para acelerar el desarrollo económico y social del país, en la fuente del más importante aporte a la prosperidad”, dijo Martínez.

Guillermo Perry, exministro de Hacienda y Crédito Público, coincide en que uno de los retos por superar tiene que ver con el impacto de la inversión y los ingresos mineros en la tasa de cambio, algo que ha venido viviendo Colombia. El año pasado la revaluación del peso frente al dólar fue de 8 %.

“Se obtienen abundantes ingresos fiscales, pero el efecto de la entrada de grandes cantidades de moneda extranjera coincide con la sobreevaluación cambiaria y la concentración inconveniente de la producción nacional”, explicó Perry, al tiempo que llamó a que se implemente una política fiscal y monetaria que evite volatilidad y más bien genera ahorro de largo plazo a través del diseño de impuestos y regalías que aseguren una distribución adecuada de las rentas y los ingresos.

Falta de ahorro

Eduardo Lora, ex economista jefe y gerente del Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), asegura que hay cuatro situaciones que si bien suelen ser una consecuencia del ingreso de recursos de este sector al fisco nacional, pueden desestabilizar la economía interna.

Por un lado, la volatilidad de la tasa de cambio, problema que ha sido evidente en el país y del cual se quejan los empresarios. Por otra parte, la falta de ahorro, pues generalmente los países petroleros cuentan con recursos que no ahorran para reponer a futuro sino que gastan desmedidamente, sobre todo en capital humano, sin pensar en inversiones retributivas.

El Gobierno colombiano determinó que a partir del 2014 entrará en vigencia una medida que busca llevar el déficit fiscal del 2,3 % del PIB hasta el 1 % gradualmente, terminando en 2022; esto, acompañado por fondos de ahorro establecidos por la Ley de Regalías y asociaciones público-privadas para invertir más en infraestructura, lo que se consideran un avance en este tema.

Adicionalmente, Eduardo Lora teme que hay una tendencia a dejar de lado la innovación, acción que conlleva como consecuencia inmediata la llamada ‘enfermedad holandesa’. “Las mayores exportaciones aprecian la moneda y aumentan el gasto público, inevitablemente se expande el sector de los servicios y decae la industria, lo que significa menores exportaciones de manufacturas”, dijo el experto.

La cuarta debilidad, coinciden los analistas, es la debilidad institucional que también afecta los resultados.

Elpais.com.co

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